La Agencia de Seguridad de Israel descubrió una red de espías iraníes, que operaban dentro del territorio israelí. Las principales sospechosas son un grupo de mujeres adultas que seguían órdenes provenientes de Irán.
Las actividades en las que las imputadas fueron involucrados por la Red de Espionaje de Irán han estado bajo una amplia vigilancia por mucho tiempo. Hasta que se confirmó que se habían forjado relaciones entre un agente de inteligencia iraní y las sospechosas israelíes.
Los investigadores han acumulado amplia evidencia de estos vínculos y, en consecuencia, varias de las sospechosas han sido acusadas. Las mujeres israelíes fueron contactadas en Facebook por un hombre llamado «Rambod Namdar», que afirmó ser un hombre judío residente en Irán.
Se cree que este iraní tuvo acceso a las mujeres israelíes por varios años. Algunas de las acciones que ellas realizaron por pedido del impostor fueron: fotografiar la Embajada de Estados Unidos en Tel Aviv, recorrer las oficinas del Ministerio del Interior, y extraer información de distintos lugares concurridos como centros comerciales.
Una mujer israelí de 57 años, residente en Beit Shemesh es acusada por los mismos cargos. A cambio de llevar a cabo acciones que le solicitó «Rambod Namdar», recibió distintas sumas de dinero, cerca de 5000 dólares por pago.
Tres mujeres israelíes más fueron imputadas en el caso, aunque no se descarta que haya más sospechosos que aún no han sido revelados por las autoridades. En medio de una fuerte tensión con Irán por el armamento nuclear de ese país, este hecho puede generar nuevos enfrentamientos.
Sería una muy buena idea de justicia que Israel aplicara la misma ley que aplica el mundo musulmán contra sus propios traidores y espías.