Judaísmo, donde nace el río

26 julio, 2020
El Moisés de Miguel Ángel en su ubicación actual en la basílica San Pietro in Vincoli - Foto: Wikipedia - CC BY-SA 2.5
La pregunta capciosa
En cierta oportunidad, el Secretario General de una Obra Social donde trabajo, en una charla informal, me hizo una pregunta acerca de la religión judía, que yo dudé si venía de una mezcla de confusión, prejuicio o ignorancia, o era una pregunta capciosa. Para mi fortuna pude contestarle que se fijará en un dato: los cristianos se encuentran en el año 2020, y los musulmanes en 1440 (en ese momento), mientras que nosotros los judíos nos encontrábamos en el 5780.
Es decir, solo por tomar los números somos los más antiguos, y obvio el tronco de donde se desprenden las otras dos grandes religiones monoteístas. Sería como manifestar que somos el padre y ellos nuestros hijos (nos guste o no a nosotros, o les guste a ellos o no).
Religiones comparadas
Y obvio hay muchos especialistas en la materia. No soy uno de ellos, pero me atrevo a dar el paso, pero no cabe duda que nosotros los hebreos somos el padre, y el tronco, y ellos las ramas. O como dijo el Papa Juan Pablo II, los hermanos mayores. Igualmente esto que debería ser fuente de reconocimiento del punto de vista espiritual hacia los judíos, el pueblo que recibió los 10 mandamientos, que son un legado universal, es decir para toda la humanidad, las cosas no son así. Por el contrario, estos «hijos deseados o no», han optado por el camino de «querer adueñarse de la verdad» que les fue transmitida o conocida y otros (cristianos o musulmanes) en este punto podrían decir (o replicar) que son versiones «nuevas y mejoradas del monoteísmo».
Cantidad versus calidad
Ante el impacto del misionerismo tanto en el mundo cristiano como musulmán desde la antigüedad, su «éxito» en números de adeptos o almas (por millones) conquistadas sea por persuasión o por coacción, han puesto a los judíos en una situación de debilidad y hasta diría cierta orfandad, y ha posibilitado el desprecio y la persecución de los hebreos desde antaño. Y más allá de que a los judíos nos fue profetizada cual sería nuestra condición entre las naciones, y nuestra dispersión (sus causales), y la redención final, esto no deja de ser fuente de un sufrimiento persistente para los israelitas en todos los tiempos y aún en la actualidad.
Amén de nuestros» hermanos menores», en general nuestros nuestros perseguidores históricos, el judaísmo ha tenido además problemas graves en su «frente interno», ejemplo de ello son los caraítas una secta que no aceptaba la Tradición oral, y de otros judíos que optaban por seguir el sendero de la filosofía Aristotélica y abandonaban paulatina o abruptamente el rebaño del pueblo de D’os.
No en balde, Yehuda Ben Samuel Haleví (Rab Yehuda Haleví 1075-1141), que era médico, filósofo y poeta sefaradí escribió su famoso libro o Séfer Hakuzarí, haciéndose eco de la historia de todo un reino que con su Rey Bulan (se supone que los Jázaros vivían a orilla del río Volga y en la región del Mar Caspio), optan en el siglo VIII luego de comparar los discursos de un rabino, un cura y un Imán, por elegir el judaísmo y convertirse plenamente. Según he leído en el frontispicio de su libro está sentenciado: «En defensa y prueba de la Fe despreciada».  Y aunque el reino de los Jázaros fue conquistado y disuelto por algún príncipe moscovita, no cabe duda que la visión de este Jajam o Sabio de su época era rescatar el prestigio del judaísmo ante los ojos de los propios judíos, muchos de los cuales se encontraban abatidos, perseguidos o confundidos, y cuantos de ellos dudaban, en abandonar una religión o creencia que del punto de vista práctico causaba muchos dolores de cabeza.
Política o religión. Final
¿En otra ocasión recibí una consulta si el grupo terrorista Hamás tiene motivaciones políticas o religiosas? Esto es difícil de contestar en sociedades donde los dos aspectos se encuentran firmemente anudados el uno con el otro.
 Y esto no solo pasa del lado árabe-musulmán, también es del lado judío donde la reivindicación territorial tiene mucho que ver con la verdad histórica y religiosa. La eterna pregunta, y la infinita disputa, quién tiene la escritura o los derechos de propiedad de la Tierra de Israel. Y para los judíos es el Tanáj, pero los árabes dan su versión. Ejemplo de esto es que, si bien ellos creen en el Patriarca Abraham, al cual ellos llaman Ibrahim, en la festividad musulmana de Eid al -Adha (fiesta del sacrificio o fiesta grande), ellos se basan en un pasaje del Corán que muestra la voluntad de sacrificar a su hijo Ismael, y que luego D’os interviene y se sacrifica a un cordero en su lugar. Entonces ellos plantean otra historia, opuesta a la nuestra, y por lo tanto ellos dicen que Ismael fue el elegido y no Isaac. Por esta ruta, no es raro entender las bases del rechazo mutuo, ya que esto dificulta cualquier compromiso con ellos. Y obvio, que la estrategia de los árabes-palestinos con Abbás a la cabeza es afirmar que Jesús era palestino y no judío, y otros disloques, ya que ellos tienen que negar o rechazar o intentar distorsionar la historia universalmente aceptada que la Tierra de Israel se encuentra prometida al pueblo de Israel. De esta manera pueden acusar a Israel de ocupante (es decir cortar los lazos históricos del pueblo judío con la tierra), y esto ya lo vio proféticamente el exégeta Rashí hace más de 1000 años en su explicación del primer versículo del Génesis. Que es el Todopoderoso el dueño de toda la tierra y Él la asigna a cada pueblo según su voluntad. Además, el punto básico y fundamental a nuestro favor es que Mahoma (fundador del islam 571 a 632 d.C), es posterior al nacimiento del pueblo judío, y más allá de las gambetas de muchos historiadores gentiles, es sabido que este hombre tomó las ideas monoteístas de los comerciantes judíos que transitaban la península arábiga y no a la inversa.
Para concluir, todos los rituales judíos han sido tomados, pero luego cambiados (modificados,maquillados,adaptados, y aún distorsionados en ciertos casos) por los primeros católicos y musulmanes. Ellos no pueden reconocernos abiertamente como sus antepasados, ya que ello supondría aceptar que nuestros derechos son válidos y preceden a los de ellos. De eso se trata en el fondo. Y esto es lo que vieron Yehuda Halevi, el Rey de los Jázaros, y tantos otros… que se dieron cuenta cual es la fuente genuina y primigenia, y de donde verdaderamente nace el río.
Mi idea, no es despreciar a las otras dos grandes religiones (que no pueden ser ignoradas), pero intentar como siempre una reflexión sincera y sin anestesia.
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