Israel registró estos últimos días un ligero descenso en la cifra de contagios diarios y pacientes graves, pero su morbilidad aún es alta y lleva a cabo una lenta desescalada, mientras plantea maneras de reabrir ciertos espacios para vacunados.
El país detectó ayer 5.543 casos nuevos entre más de 76.000 test realizados, de los que un 7,5 % salieron positivos, siendo estas las cifras más bajas en más de un mes. A su vez, el número de enfermos en condición crítica disminuyó a poco más de mil, el más bajo desde inicios de enero, aunque la presión hospitalaria sigue siendo alta.
El leve declive de la curva se produce después de que este domingo se iniciara una reapertura cautelosa tras un cierre de seis semanas, que hoy siguió con la vuelta parcial al colegio de niños de preescolar y de parte de primaria en las localidades con pocos contagios.
Pero el Gobierno alerta de que no es momento de bajar la guardia, y pone esperanzas en su veloz campaña de vacunación para ir levantando restricciones. Más de 3,6 millones de personas fueron inoculadas con la primera dosis, y 2,3 -el 25% de habitantes- ya recibieron la segunda.
La inoculación está abierta a todos los mayores de 16 años desde hace una semana, pero ha perdido fuelle por la reticencia de algunos sectores a vacunarse, sobre todo los más jóvenes.
Ante ello, las autoridades buscan contrarrestar la desinformación contra la vacuna por redes sociales, e intentan generar alicientes y estrategias para animar a la gente a inocularse.
El Gobierno debate y perfila ahora las funciones del «certificado verde», un documento que permitiría acceder a ciertos espacios de ocio a los vacunados y a personas recuperadas del coronavirus. Para ello, prepara una aplicación digital a través de la cual podrían justificar su condición.
El Ministerio de Salud elabora también una lista de espacios donde se daría acceso a los que puedan garantizar que se vacunaron. Entre estos espacios habría hoteles, gimnasios o instalaciones de eventos culturales y deportivos, según la emisora estatal Kan.
Asimismo, el ministro de Justicia en funciones, Benny Gantz, pidió a la Fiscalía General del Estado que emita una opinión legal sobre la viabilidad del plan, que se podría poner en marcha en cuestión de dos semanas si la morbilidad sigue bajando.
Desde el inicio de la pandemia, Israel registra más de 712.000 contagios y 5.266 muertos. El objetivo del Ejecutivo es inmunizar a la mayor parte de población para finales de marzo, cuando el país celebrará elecciones generales, las cuartas en menos de dos años. EFE