Israel «se une a Estados Unidos y a muchos otros países para condenar enérgicamente el ciberataque malicioso de Irán contra Albania», indica un comunicado del Ministerio de Exteriores.
«Irán debe rendir cuentas por este ciberataque sin precedentes que tuvo como objetivo la infraestructura de información crítica de Albania», añadió, al subrayar que «Irán sigue siendo una amenaza clara y presente para la paz y la estabilidad de la región del Medio Oriente y del mundo entero».
Albania rompió sus relaciones diplomáticas con Irán tras acusar a este país de haber cometido el ataque cibernético a mediados de julio que paralizó los servicios digitales y las páginas oficiales del Gobierno albanés en la red.
El 15 de julio, el portal de servicios públicos e-Albania dejó de forma repentina de funcionar, así como varias páginas gubernamentales, incluida la del primer ministro, cuya recuperación de datos y funcionamiento total tardó casi un mes en conseguirse.
Estados Unidos, que trabajó durante semanas con el Gobierno albanés para mitigar e investigar el ataque cibernético y ha llegado a la conclusión de que Irán fue el responsable, reiteró su «fuerte» apoyo a Albania.
Por su parte, Irán condenó la decisión de Albania de romper relaciones diplomáticas y calificó de «infundadas» las acusaciones en su contra.
La OTAN y los países Aliados reconocieron a Irán como responsable del ciberataque, y la organización advirtió de que está dispuesta a tomar “respuestas colectivas” para disuadir ciberamenazas.
En Albania vive un grupo de unos 3.000 disidentes de la oposición iraní de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán, conocida como MEK, lo que ha provocado varias veces tensiones entre los dos países.
Estos exiliados iraníes, contrarios al régimen de Teherán, empezaron a llegar a Albania en 2013, ya que este país los acogió por razones «humanitarias» tras una petición de Estados Unidos. Aurora y EFE