Isaac Sananes: “Me duele mucho reconocer que estamos viviendo el antisemitismo en España”

13 diciembre, 2023 , ,
Isaac Sananes, actual vicepresidente de CIV y presidente en los últimos 20 años en la sinagoga ortodoxa de Valencia.

Isaac Sananes, presidente de la Comunidad Israelita de Valencia durante 20 años y actual vicepresidente señala que “Antes teníamos miedo a la extrema derecha porque era el símbolo del nazismo, ahora las tornas han cambiado a la extrema izquierda”.

Entre sus logros figura la culminación del cementerio judío de Valencia tras 600 años de silencios. Destaca también por las excelentes relaciones entre las comunidades judía, musulmana y cristiana. Sananes confiesa que “son muchos años” al frente de la CIV por lo que abre una nueva etapa con la elección de la primera mujer presidenta de la comunidad israelita, Marilda Azulay. Su pasión es la vela y el mar. El viaje de sus sueños, atravesar el mediterráneo desde Valencia a Israel por toda la costa mediterránea europea. Recuerda una infancia feliz en Tetuán, en aquella pequeña Jerusalén, y una adolescencia entre Mallorca y Las Palmas por traslados en el trabajo de su padre. Hoy manifiesta un inmenso dolor tras la masacre del 7 de octubre en Israel y el antisemitismo que sufre España y Europa, tras más de 50 años viviendo en Valencia.

Entrevistó: Gonzalo Gayo/Valencia
– ¿Por qué eligió Valencia para vivir?

– La familia Benalal en Tetuán contrataba a judíos de Tetuán para su red comercial de electrodomésticos en España y mi padre nos llevó a Mallorca. Nos encantaba el mar. De allí nos fuimos a Las Palmas, de isla en isla. Acabé el bachillerato y estudié Arquitectura Técnica. Para continuar los estudios en Arquitectura superior opte por Valencia. A Valencia le tenía mucho afecto. Cuando vivíamos en Mallorca a mi padre le encantaba las fallas e íbamos con la cámara súper 8 visitando cada rincón de la ciudad. Y aquí sigo.

– ¿Cómo era entonces la comunidad judía en Valencia?
– Cuando llegué a Valencia por estudios la CIV estaba en un bajo de la calle Asturias. La mayoría veníamos del norte de África, Tetuán, Tánger, … del entonces Marruecos español. La Comunidad Israelita de Valencia (CIV) se constituyó en 1970, hace 53 años. Es una de las primeras comunidades judías de España y la primera de Valencia, desde la expulsión de 1492.
Aquí desarrollamos nuestra vida como judíos y ofrecemos un espacio para quienes vienen de fuera. Lo que nos mantiene juntos es saber lo que somos. Somos judíos y queremos mantener nuestras tradiciones.

– En los últimos 20 años ha presidido la Comunidad Israelita de Valencia, la primera comunidad judía en Valencia con más de 50 años. ¿Qué le ha impulsado a no presentarse a la reelección?
– Han sido casi veinte años, desde que falleció Samuel Serfaty, nuestro querido primer presidente. Me tocó ser presidente por decisión digital. Me dijeron, “tu presidente”. En este tiempo he procurado conseguir que la comunidad tuviera financiación para desarrollar sus actividades y los ciclos festivos, recibir el Shabat, un local donde poder enseñar a los niños hebreo y formación sobre judaísmo. He disfrutado mucho, pero son muchos años. Había que romper el ciclo y en la última asamblea se reeligió al misma junta directiva con la incorporación de un joven pero hemos rotado el puesto de presidente y vicepresidente. Agradezco mucho a Marilda su dedicación y le deseo lo mejor de lo mejor. Sabe que cuenta conmigo para los asuntos que me ha encomendado en temas religiosos y cuestiones administrativas, aportando mi experiencia en lo que haga falta.

Por primera vez una mujer preside la Comunidad Israelita de Valencia. ¿Qué destacaría de la actual presidenta Marilda Azulay?
– Es una persona con profundas raíces judias. Es una familia de gran prestigio en la Comunidad Valenciana. Marilda es doctora en Arquitectura y urbanismo y dedica mucho tiempo a estudiar la judería de Valencia. Junto a Estrella Israel Garzón editaron el libro de “La Valencia judía” que desarrolla la trama urbana y cómo vivían los judíos de Valencia. Otra de las publicaciones es la biografía de Blanquina March, entre otras. Todo lo que puedo decir de Marilda me quedaría corto. Tiene muchos libros en su haber y estamos todos muy contentos en la comunidad con su elección.

– ¿Cómo es posible que haya tantas comunidades en Valencia con tan pocos judíos?
– Estamos en el año 5784. Son muchos años de judaísmo y es importante la pluralidad adquirida de donde vivimos durante tantos años de historia. Aprendemos la cultura sabiendo lo que somos. Tenemos la suerte de tener en Valencia el reflejo de esa historia y cultura. Hay una sensibilidad azkenazi, de origen centro europeo y también la sefardí. Son los dos grandes bloques. Dentro de la sensibilidad sefardí estamos los que vivimos en España. En Valencia se han establecido tres comunidades de tipo religioso, la comunidad AVIV masortí, la de Jabad Luvavich ortodoxa de tipo azkenazi que sigue al rabino Shalom y la Comunidad Israelita de Valencia que engloba a todos los judíos sin distinción de sensibilidad. En la CIV tenemos ortodoxos, argentinos, marroquíes, conversos que han realizado Teshuvá, a lo largo de los últimos 50 años.

– ¿A qué se debe el escaso apoyo de las administraciones valencianas en la puesta en valor del pasado judío en Valencia? ¿Por qué no se ha señalizado el barrio judío?
– Ha sido una de las luchas que hemos llevado a cabo con bastante poco éxito y no será porque no hemos peleado con Ayuntamiento, historiadores, y todo tipo de gente para intentar al menos tener una señalítica de lo que fue la judería de Valencia. Tenemos la trama urbana de lo que fue y debería señalizarse. Marilda y Estrella publicaron un artículo sobre “la Plaza sin memoria”, en referencia a la actual Plaza del Patriarca donde se ubicaba una de las más importantes localizaciones de la judería de Valencia, junto a la universidad. Sin embargo, después de las obras ni siquiera se ha señalizado, ni consta que aquello fue parte de la judería. Lo único que recuerda que allí vivieron los judíos de Valencia son dos estatuas de Isabel y Fernando, que firmaron el edicto de expulsión. Creo que no eran los más apropiados para presidir esa plaza del barrio judío de Valencia.

Durante estos últimos 20 años consiguió que el cementerio judío de Valencia fuera una realidad.
-Eso fue de mucho tiempo atrás. La gestión del cementerio judío de Valencia nos llevó más de 30 años. Intentamos comprar un terreno cerca del cementerio de Cheste pero no alcanzó el presupuesto para llevar a término el cementerio judío y fue descartado. Solicitamos al Ayuntamiento de Valencia una parcela, al igual que ya tenía la comunidad musulmana, para cumplir con nuestras tradiciones. Hasta entonces, los enterramientos eran en el cementerio General de Valencia, en la llamada zona civil, procurando que fueran correctos en cuanto a orientación. Tenemos que estar enterrados en tierra, con orientación hacia Jerusalén y la verdad es que teníamos graves problemas.
La alcaldesa Rita Barbera concedió el cementerio judío y se llevó a cabo con el anterior alcalde Joan Ribó, tras superar muchos obstáculos.  El cementerio es un elemento vital para la vida del judaísmo. Lo primero que preguntan los judíos que vienen a Valencia a vivir es si tiene cementerio. Es muy importante para el futuro de la comunidad y por fin se consiguió. Tenemos una parcela que deseo que usemos lo menos posible. En aquellos tiempos que no teníamos cementerio en Valencia estaba prohibido morirse ya que no teníamos medios.

– ¿Cómo han sido sus relaciones con otras asociaciones musulmanas o cristianas en Valencia? ¿Es importante el diálogo interreligioso para promover la paz?
– Vivimos en una sociedad plural y tenemos que adaptarnos desde la convivencia. Nosotros luchamos por la integración, no por la asimilación. El fin de una comunidad es la asimilación y evitarlo también es nuestra lucha. La integración obliga a relacionarte con las otras culturas. En Valencia hay comunidades musulmanas muy importantes y mantengo muy buenas relaciones. Tenemos muchas actividades en común. Como dice la canción, soy un moro judío que vive entre cristianos. Soy marroquí, judío y vivo en Valencia entre cristianos, mayoritariamente, y musulmanes.
Con los cristianos hay una amistad muy importante, especialmente con la Asociación de Amistad judeo cristiana que preside el doctor Francisco Fontana. Somos como hermanos en casi todo. También está la asociación Comunidad Valenciana Israel en el que hay muchos amigos de todas las procedencias políticas o religiosas.

– ¿Le preocupa el crecimiento del antisemitismo? ¿A qué se debe ese resurgir antisemita en la izquierda?
– El antisemitismo no es de ahora. Ya sabemos lo que pasó desde los tiempos de la Inquisición y en el Holocausto, en la Shoá. Antes teníamos miedo a la extrema derecha porque era el símbolo del nazismo. Hoy en día parece que las tornas han cambiado. Nos preocupa muchísimo. No sé si va en la genética de muchos de los españoles. Lo estamos pasando muy mal. Estamos recordando también todo lo que pasó en el Holocausto, cuando al comienzo marcaban a los judíos con una estrella. La única ventaja es que tenemos un Estado judío. Israel es el único estado judío y somos la única democracia real en la zona. No somos más grandes que la Comunidad Valenciana y sin embargo nos culpan de todo. Últimamente han salido muchos cínicos, de los que te daban palmaditas y ahora resulta que somos unos apestados. Sinceramente, me duele mucho tener que reconocer que estamos viviendo un resurgir del antisemitismo.

Hay un antes y un después del 7 de octubre tras la masacre sufrida en Israel por la banda terrorista Hamás.
– Duele mucho que ni siquiera los ministros de este país han condenado el acto terrorista del 7 de octubre. Parece ser que para ellos era normal que unos terroristas ametrallaran a civiles en poblaciones agrícolas y en un festival por la paz a jóvenes, a 1.400 mujeres, niños y civiles con 240 secuestrados. Eso no lo condenan. Hamás es una organización de terroristas del ISIS que gobierna en Gaza, cuando allí no hay un solo soldado o civil israelita desde hace 20 años. Israel es un estado que no se le puede arrojar al mar como ellos quieren. Hamás tiene en su carta fundacional que desparezca Israel y los judíos del mundo. Eso también lo pensó Hitler. Los que les apoyan están apoyando otro Holocausto.
Siento dolor pese a tanto diálogo y lucha por la paz desde Israel, desde los pactos de Abraham con los países árabes y musulmanes. El problema son aquellos que abanderan el odio y el mal.
El 7 de octubre ha significado revivir en España todo el antisemitismo visceral que tenemos en este país.

– ¿Cuál ha sido la reacción de sus vecinos y ciudadanos de Valencia?
– Cuando te ven te reprochan, esto o lo otro, cuando hace unos meses los mismo aplaudían las grandes aportaciones del pueblo judío en la historia de la humanidad, la investigación y desarrollo del mundo.
La Comunidad Israelita de Valencia no es política, aquí damos servicio a los judíos. No queremos mezclarnos con temas políticos, pero esto es un asunto de vida que afecta a los judíos que sufren un terrorismo que no tiene comparación con nada.
Hay un problema de pedagogía y de conocer al otro. Cuantas veces he ido a colegios y pregunto si conocen a un judío. Nadie levanta la mano y les digo que al menos conocen a uno, que está en la imagen que cuelga en las pareces y se llama Jesús. Hay que educar en la convivencia y sobre conceptos básicos como quien es judío o israelita.

– ¿Hay confusión entre los términos israelí e israelita?
– Nosotros somos israelitas de Valencia. Somos los seguidores de Israel, como Jacob y las doce tribus. Cuando decimos Shema Israel reconocemos la unicidad de Dios, como monoteístas. No se refiere al estado de Israel sino al pueblo de Israel, el pueblo de Jacob. Israelí es el que tiene un pasaporte de Israel y pueden ser cristianos, musulmanes, budistas y judíos. No sé si la nueva etapa se cambiará o no el nombre para evitar estas controversias. Nosotros somos israelitas, seguidores de Jacob, de las doce tribus.

– ¿Qué se puede hacer para mejorar la relación entre Israel y Valencia?
– Hay una estrecha colaboración entre investigadores israelíes y valencianos entorno a la naranja y en otros muchos campos. También sería positivo hermanarnos con ciudades de allí. Nos gustaría que la relación que existe entre España e Israel fuera como era antes en tiempos de Sefarad. Toledo era como Jerusalén, un lugar en la que convivían las culturas. Estudiaban y vivían en paz. Ahora, todo vuelve a estar en crisis pese a que se ha hecho una gran labor de convivencia en Valencia. Hay muchas asociaciones como la Asociación de Amistad judeo-cristiana que dirige Francisco Fontana con los que participamos. O también la Asociación de Amistad Valencia Israel que impulsó la Cámara de comercio. Hay muchas acciones positivas y estamos en disposición de hacer todo lo posible para unirnos un poco más. Lo que pasa es que ha renacido ese antisemitismo y judeofobia que nos entristece mucho.

– Le sorprendió la reciente visita del presidente del Gobierno español y sus declaraciones?
– La visita no me sorprendió, ni como presidente del Gobierno, ni como presidente temporal de la UE. Tenía que hacerla. Ha demostrado que de diplomático tiene poco.

– Un deseo para el futuro, agradeciéndole el tiempo dedicado en esta entrevista
-El deseo de todo el mundo es vivir en paz. La historia de la humanidad está plagada de guerras. Vivir en paz en nuestro deseo para todo el mundo, desde la concordia, el diálogo y el respeto.

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