La historia de la selección israelí de fútbol es digna de contar en una charla de café. Las idas y vueltas que tuvo el equipo hebreo a lo largo de sus más de siete décadas de vida la vuelven un combinado muy particular.
1. Reconocimiento continental
En 1956, la selección israelí fue reconocida por la AFC (Asociación Asiática de Fútbol) con una enorme oposición de algunos miembros de la mencionada confederación. Como consecuencia de dicho rechazo, previo a esta inclusión, estuvo ocho años sin estar afiliada a ningún ente como equipo nacional independiente.
2. Casi, casi…pero no
En 1958, Israel estuvo a nada de disputar su primera Copa del Mundo en su historia, pero con la salvedad de no pisar el verde césped ni una sola vez. Esta razón obligó a la FIFA, en carácter de urgencia, de hacer jugar al combinado hebreo una instancia previa de play-off ante Gales para evitar un papelón mundial: con resultados adversos en ambos cotejos (2-0 y 2-0), no clasificó a la cita mundialista.
3. Los años 60, la década dorada
Sin lugar a dudas, si hay una década que Israel brilló en demasía, esa fue la del 60: en 1964, consiguieron su único título oficial hasta el momento al conquistar la Copa Asiática como locales, tras un par de subcampeonatos conseguidos en 1956 y 1960. Sin embargo, este trofeo se desdibujó porque 11 de los 16 conjuntos participantes se bajaron del certamen.
4. Y llegó el primer Mundial
En México 1970, el equipo hebreo logró su plaza para codearse con los mejores del mundo por primera vez en su vida deportiva, a pesar de quedar eliminado en la fase de grupos. Integrante del grupo B con Uruguay, Italia y Suecia y con la base de los Juegos Olímpicos de México 1968 (Shmuel Rosenthal y Mordechai Splieger), un par de empates y caída ante la selección charrúa han sido los resultados que obtuvo.
5. Fin de ciclo
Debido a la hostilidad en alza de los países árabes para con Israel, en 1974 se culminó su afiliación a la AFC gracias a que Kuwait y Corea del Norte promovieron unos injustos comicios que contaron con 17 votos a favor, 13 en contra y seis abstenciones. Este hecho determinó que, hasta 1991, la nación en cuestión ronde varias federaciones sin asentarse definitivamente en ninguna.
6. Miembro fijo de la UEFA
Desde 1991, la selección israelí pudo colarse en el ente europeo por excelencia de manera fija gracias a la integración de los clubes de su liga local en las competencias continentales. El primer gran resultado fue su aporte para la eliminación de Francia en la clasificación rumbo al Mundial de Estados Unidos 1994, además de mejorar su rendimiento y su competitividad en divisiones juveniles y mayores.