Por Galia Lavi y Ofir Dayan
El Sistema de Transporte Masivo Metropolitano de la NTA dividió el proyecto en varias sublicitaciones.
La licitación para la excavación de los túneles y la construcción de las estaciones en la parte oriental de la línea fue ganada por la empresa israelí Shikun y Binui y la china CRTG; la licitación para la excavación de los túneles y de las estaciones occidentales y de la estación Carlebach fue ganada por la israelí Denya Sibus y la china CCECC; la licitación para el suministro de los sistemas eléctricos y de comunicaciones la ganó un grupo de dos empresas chinas, junto con una empresa alemana; y la licitación para el sistema de señalización de los trenes –que debido a un extraño mal funcionamiento en uno de sus componentes provocó que el tren frenara bruscamente y generó repetidos retrasos en la apertura de la línea– fue ganada por la empresa francesa Alstom.
Todas estas licitaciones son licitaciones de construcción, en las que el Estado de Israel contrató los servicios de un contratista operador que no tiene influencia en el futuro funcionamiento del ferrocarril.
Sin embargo, la operación y el mantenimiento de la línea roja durante diez años fue ganado por empresas chinas que forman parte de la compañía Tevel, que incluye a Egged (51 por ciento de las acciones), Shenzhen Metro (30 por ciento) y CCECC (19 por ciento).
Aunque estas empresas chinas no son las propietarias mayoritarias de la empresa Tevel, tienen estrechos vínculos con el gobierno de Beijing, y empresas vinculadas a ellas incluso están en la lista negra de Estados Unidos y el Banco Mundial, debido a sus vínculos con el ejército chino, corrupción, fraude, etcétera.
La sensibilidad estadounidense ante la participación china en la infraestructura pronto podría poner a prueba las relaciones entre Israel y Estados Unidos.
Por ejemplo, en la licitación del tren ligero Nofit, que conectará Haifa y Nazaret, dos de los seis grupos participantes incluyen empresas chinas.
Lo mismo ocurre con la iniciativa del «tren bala», que conectará el norte del país con el sur, y parece casi obvio que las empresas chinas tendrán una ventaja.
Siendo así, y frente a las sensibilidades estadounidenses, ya en un futuro próximo, Israel tendrá que gestionar cuidadosamente los activos de experiencia y calidad que traen consigo las empresas chinas.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Involucramiento…
Si Israel no tiene sumo cuidado, caerá en una trampa del Partido Comunista de China. No deben darle participación alguna a empresas relacionadas con dicho tirano partido, culpable del ya comprobado genocidio contra los huigures.
Y con quien se van a relacionar:
Usa: masacre a nativos americanos comprobada
Francia: tiene colonias en africa comprobada
Alemania: holocausto comprobado
Japon: masacre de nanjing comprobado
Las empresas chinas son entes del Partido Comunista Chino que sólo van a espiar y robar secretos. Así se ha hecho rica la presente China.
Israel no debe permitir que los chinos tengan algun tipo de influencia que les permita exigir cosas, cualquier tipo de cosas, politicas o economicas al Estado Judio,.
Tamnpoco que lo haga USA (que ya la tiene en la idustria israeli de defensa), y mucho menos la UE que es mas peligrosa, mucho pero mucho mas peligrosa para Israel que los mismos chinos !!!!
Las empresas privadas de Israel pueden comprar y vende libremente a China pero el estado de Israel no puede tener una relación con el comunismo Chino por violarla las libertades de sus ciudadanos
solo son intereses economicos