Se inauguró en la capital la Sexta Beinal de Dibujo “Traces VI” que marca un regreso al uso del papel en todas sus formas y utilidades. Es un proyecto único en su estilo que surgió del Hogar del Artista (Beit Haomanim) de Jerusalén, que realiza en la sede de esta institución y también en otras galerías: en la Casa Anna Ticho, en el Taller de impresión, en la galería Barbur y en la nueva galería Agripas 12, que desarrollan el arte del dibujo en Israel. Se puede visitar con numerosos encuentros, diálogos y talleres (entrada libre). Hasta febrero 2017. Más datos: www.art.org.il
Las curadoras Edna Moshenson y Sally Haftel Naveh informan que 700 artistas respondieron al llamamiento a participar en la Bienal, de entre ello se eligieron los 83 destacados artistas veteranos y nuevos, esta lista junto a cientos de obras, se manifiestan en un amplio espectro de estilos, técnicas, medios de comunicación y temas, uniéndose para formar una gran celebración artística, que sirve para justificar la centralidad actual del dibujo en el mundo de las artes.
La exposición actual enfoca la práctica contemporánea en el campo del dibujo en Israel, con el objetivo de delinear las inclinaciones, haciendo hincapié en las transformaciones conceptuales y temáticas que se produjeron y la renovación constante en los últimos años.
La bienal Traces V, se centró en la línea y la actual marca el retorno al papel que se vuelve el centro de atención, el papel no sólo como superficie sino como materia prima, es la elaboración de la relación entre la superficie y la imagen.
Una de las muestras importantes de este año es la de los primeros trabajos de Gershuni, del año 1970 en el papel que demuestra que es “blanco por fuera, pero Negro por dentro”, sirve como punto de partida para la discusión de las intrincadas relaciones entre la planitud del papel y su profundidad, entre la superficie y en su interior, entre contenido y forma. Este es el punto de partida que marcó los trabajos de los artistas de esta bienal. Todos oscilan entre el espacio real y el espacio imaginario. En los trabajos se usa una variedad de prácticas artísticas, en las que el papel es no sólo una plataforma plana, sino también un espacio de pensamiento creativo, que se enfrenta con otros materiales, es una expresión personal. La Bienal se acompaña con un catálogo con las obras e información de los artistas.