Por Dr. Israel Jamitovsky
El manuscrito completo y más antiguo de la Biblia Hebrea, rotulado El Tanaj (Biblia) de Sasón a nombre de su antiguo propietario se venderá en subasta pública en dos meses y previo a su venta se está exhibiendo en el Museo del Pueblo Judío en Tel Aviv. En el futuro se exhibirá asimismo en Estados Unidos e Inglaterra(Londres).Se trata de un hecho excepcional ya que se estima que la última vez que dicho manuscrito estuvo en la Tierra de Israel fue hace más de mil años.
En este contexto, cabe señalar dos manuscritos bíblicos no menos trascendentes que la Biblia de Sasón. Uno de ellos es el Keter Adam Tzova que se conservó durante miles de años en la comunidad de Halab en Siria. Al comenzar los desmanes contra la colectividad judía en 1947, se logró rescatarlo y en la actualidad se exhibe en el Heijal Hasefer (Palacio del Libro) del Museo de Jerusalén. El segundo manuscrito rotulado Manuscrito de Leningrado se encuentra en la actualidad en la ciudad de Santa Petersburgo en la Federación Rusa. El manuscrito de Leningrado se conservó íntegramente y fue un referente para distintas ediciones de la Biblia Hebrea tanto en Israel como en distintas universidades del mundo. Tanto en la Biblia de Sasón como en la de Keter Adan Tzova y la de Leningrado, amén del texto bíblico afloran aproximaciones relativas a su puntuación así como a los distintos signos que marcan la entonación pronunciada durante la lectura de los Rollos de la Ley y conforme a la tradición de cada comunidad
Durante muchos años se desconoció totalmente la suerte de la Biblia de Sasón.Se sabe que se elaboró en Siria, pasó por distintas sinagogas o por las manos de personas privadas pudientes, se conoce que en el siglo 13 fue asignado a una sinagoga en Markada, Siria.En 1978 fue adquirida por el Fondo de Pensiones de los Trabajadores del Ferrocarril Británico, que lo compró como inversión y fue expuesto al público en la Biblioteca Británica en 1982.Finalmente en 1989, la Biblia de Sasón fue adquirida por el banquero Jack Safra residente en Ginebra, quien abonó algo mas de 4 millones de dólares. Posteriormente a su adquisición , a instancias de Safra, el Prof. Yosef Ofer-vicepresidente de la Academia de la Lengua Hebrea en Israel y docente de la Universidad de Bar Ilán- con la colaboración de dos ayudantes, analizaron este manuscrito y percibieron un buen número de anotaciones que no afloraron en otros manuscritos de índole semejante. Especialistas en este ámbito señalaron que la Biblia de Sasón configura el primer código de la Biblia Hebrea. En años anteriores que precedieron a su escritura, existieron únicamente segmentos de textos bíblicos que recibieron el rótulo de Meguilá pero ellos no incluyeron versículos, capítulos o puntuaciones.
¿Por qué la familia Safra decidió poner a la venta la Biblia de Sasón? Sencillamente se desconoce la razón. Más allá de ello, la Biblia de Sasón, es realmente un volumen impresionante, pesa 12 kilogramos, el manuscrito contiene 360 páginas elaboradas sobre la piel de 200 corderos.
Investigadores bíblicos y de manuscritos antiguos, concuerdan que la Biblia de Sasón configura uno de los volúmenes más importantes del mundo. Se está exhibiendo en Israel desde el 23 de marzo y se extenderá hasta al 29 de marzo. Posteriormente se lo someterá a la venta que se realizará en la Casa de Subastas Sotheby’s de Nueva York. El interrogante que aflora es quienes serán los futuros propietarios de este valiosísimo manuscrito y más aún, si cualquier persona podrá acceder a este patrimonio del acervo mundial o permanecerá enclaustrado en alguna caja fuerte de un anónimo coleccionista.
Se estima que en subasta público el precio de la Biblia de Sasón oscila entre 30 y 50 millones de dólares. De ser así, sería la venta en subasta pública más cara de la historia. Últimamente Sotheby’s fijó el récord en el espacio de las ventas públicas, al vender una versión original de la Constitución Norteamericana en 43 millones de dólares, de tal suerte que existe la posibilidad que la venta de la Biblia de Sasón pueda configurar la venta más cara de la historia en este espacio.
A la luz de su trascendencia, se han escuchado voces a los efectos que al Biblia de Sasón permanezca en el Museo Nacional de Israel en Jerusalén o en el Museo de la Diáspora de Tel-Aviv. En este contexto, cabe citar las declaraciones que el investigador , docente argentino- israelí y a su vez director del Palacio del Libro en el Museo de Israel en Jerusalén, Dr. Adolfo Roitman formulara a un cotidiano israelí:
«La adquisición de este código debe ser un meta.Es uno de los tesoros eternos del pueblo judío y de la humanidad.En otros espacios hay actualmente disidencias pero todos consentimos en que la Biblia Hebrea es un pilar fundamental de la nación y pertenece a todos».
No fue la única voz. Desde la Fundación Hashavá-que apunta a recuperar los tesoros artísticos robados al pueblo judío en el Holocausto- se reclamó al Ente de Antigüedades de Israel evitar su venta y declararlo «antigüedad de interés nacional».
Mas allá de ello, la Biblia de Sasón marca y refleja la eternidad judía, la preservación de la tradición judía de generación en generación y todo lo que ello implicó.Es un espejo del quehacer de personas, de su deambular , del misterio que los envolvió muchas veces, de su desaparición , renacimiento y ansias de vivir como individuos y como nación.