Vista frontal de la estación espacial. - Foto: Wikipedia - Dominio Público

Estados Unidos y Rusia se han debatido en las últimas décadas la geopolítica terrestre, pero también la del espacio ultraterrestre. La National Aeronautics and Space Administration (NASA) y la Agencia Espacial Federal de Rusia (Roscosmos) han desarrollado en los últimos años tecnología aeroespacial, computación cuántica e inteligencia artificial (IA), capaz de llevar a cabo la conquista del espacio en poder del hombre, o al menos de una parte dentro de un universo de infinitos, como lo afirmó el célebre matemático Georg Cantor.

Ahora bien, la Estación Espacial Internacional (ISS), considerada como uno de los logros más grandes de la humanidad, es un proyecto conjunto entre 5 agencias espaciales (NASA -Estados Unidos-, Roscosmos -Rusia-, JAXA -Japón-, ESA -Europa-, y la CSA -Canadá-) que tiene como objeto principal ser una base en la órbita terrestre baja para misiones a la Luna, Marte y demás asteroides. Además, se adelantan continuos estudios de astrobiología, astronomía, meteorología y física, entre otras.

Ahora bien, SpaceX del magnate futurista Elon Musk, se ha convertido en la principal proveedora de la NASA y con la pasada misión Crew-1, los Estados Unidos vuelven a estar a la cabeza, luego que Rusia había monopolizado las misiones espaciales a la ISS.

El jueves 22 de abril será el lanzamiento del Crew-2 – nave Crew Dragon – en concordancia con el Día Internacional de la Tierra, desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha llamado a esta nueva misión “Alpha” en honor a Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano a nuestro Sol.

En otro orden de cosas, Rusia, anuncia que construirá su propia estación espacial para 2025. Esto a raíz de la delantera americana y advierte que dejaría su participación en la ISS. Además, la cooperación intergubernamental entre Estados Unidos y Rusia se había convertido en uno de los pocos espacios de cooperación entre estas naciones y la eventual salida de Rusia podría aumentar las tensiones geopolíticas.

La nueva carrera espacial es prometedora, incluso se ha creado un nuevo interés económico por parte de reconocidos empresarios. “The NewSpace”, como se les conocen a estos magnates (Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson, etc.) han desarrollado un ambicioso plan, incluso el de establecer asentamientos humanos permanentes en la Luna o Marte. Además, el sector privado, contrarrestaría la carrera espacial de Rusia o China, favoreciendo a la NASA. Por ejemplo, en Israel, una startup con financiamiento total privado busca regresar a la Luna.

Asimismo, Roger Penrose, nobel de física de 2020, afirma que el Big Bang no fue el comienzo de nuestro universo, sino que antes había otros cosmos, los cuales desconocemos en consecuencia.  Además, sostiene Penrose que nuestro universo no fue el primero ni será el último. Y, el adalid de la física moderna, Albert Einstein, en 1935 publicó un artículo junto al joven físico israelí Nathan Rosen, que dio paso al “puente de Einstein-Rosen”, es decir, “el agujero de gusano”, que es un atajo espaciotemporal que permitiría transportar materia de un punto a otro atravesando un agujero negro y que permitiría llegar a espacios que normalmente hubieran tomado años luz. Por ahora esto es teoría, pero podría dejar de serlo.

@rosenthaaldavid 

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