Kedoshim: ama a tus prójimos como a ti mismo, ¿no?

22 abril, 2021 , , ,

“Adentro de toda persona cínica hay un idealista decepcionado”, dijo el gran filósofo americano George Carlin (1937-2008). Ninguna afirmación capta los dos extremos de las opiniones de Carlin como el verso “Ama a Tus Prójimos como a Ti Mismo” (Vayikra, 19). ¡¿Como a ti mismo?! Claro. Todos hemos oído hablar de la Regla de Oro: “Trata a los demás de la misma forma que te gustaría que te traten a ti” o “No trates a los demás como no quisieras que te traten a ti”. Les repetimos eso a los niños en las escuelas casi todos los días. Sin embargo, esperar que alguien pueda amar y cuidar a otra persona como lo haría por uno mismo es un tipo de expectativa completamente diferente.

El próximo paso que pueden preguntarse los cínicos y racionalistas, es: ¿esto funciona— como una ecuación matemática—en ambas direcciones? ¿Es posible aplicar la Regla de Oro en ambas direcciones?; “Trata a los demás como te gustaría que te traten a ti”; ¿eso significa que si no te molesta el maltrato, puedes maltratar a los demás?

Los rabinos más conocidos en la época de Mishnaic, luchaban con esta misma pregunta:

“Ben Azzai dijo: “Estas son las generaciones de Adam” (Bresheet 5:1) el cual es un gran principio del Torá. El Rabino Akiva dijo: Este es un gran principio del Torá: “Amarás a tu prójimo como te amas a ti mismo” (Vayikra 19:18). Por lo tanto, uno no debería decir “Ya que soy despreciado, despreciaré a mis pares también; como fui insultado, insultaré a mis pares”. (Rabá Bresheet, Parshat Beresheet 24).

El rabino Akiva y Ben Azzai desacuerdan sobre en qué debería basarse el núcleo de la interacción humana. Ninguna desacuerda con cualquiera de los versos de arriba escritos en el Torá. La pregunta es cuál está en el centro de todo. Ben Azzai ve la clave a la dignidad humana en respetar la imagen de Dios, la cual se encuentra en cada uno de los seres humanos. Al hacerlo puede no haber diferencia entre una persona u otra; todos se crean en imagen y semejanza de Dios. El Rabino Akiva no está de acuerdo. El nexo y epicentro de cómo tratamos a los demás no está conferido en ver la imagen de Dios en los demás; uno podría discutir: “bueno, tengo la imagen de Dios en mí, y sufro, ¡entonces que los demás sufran también!” Nuestro trato para con otros.

R’ Yitzchak Bart, un académico y abogado israelí explica la diferencia entre estos dos enfoques como la diferencia entre un trato dinámico con otros, vs. un trato estático con otros. Cuando respetamos a otros porque son tratados en imagen y semejanza de dios, las cosas no pueden salir demasiado mal, pero tampoco pueden salir del todo bien. Dicha perspectiva es similar a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos:

“Mantenemos estas verdades para ser evidentes, respecto de que todos los hombres son creados en igualdad, que son dotados por su Creador con Derechos inalienables, y entre estos se encuentra la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad”.

Tratamos a los demás con dignidad y respeto; no vulneraos sus derechos y, esperamos, ellos no vulneran los nuestros. Según Ben Azzai, el aspecto fundamental en la interacción con otros—similar a las Declaración de Independencia de los Estados Unidos—descansa en establecer límites; reconocer que los otros son creados en imagen y semejanza de Dios, y deben ser tratados de esa forma.

El Rabino Akiva escoge un enfoque—más cálido— diferente. No solo pienses en cómo no tratar a tu amigo, sino que también debes ver qué hacer para tratarlos bien. Algunos comentaristas articulan un enfoque balanceado, y también apasionado, a este mandamiento, como el Rabino Moses Ben Nachman (1194–1270) en su comentario respecto de este verso. Él escribe audazmente:

“La frase “ama a tu prójimo de la misma forma que te amas a ti” es una exageración, ya que el corazón de una persona no aceptará que ama a su compañero de la misma forma en la que se ama a sí mismo. Además, el Rabino Akiva ya ha dicho (Bava Metzia 62), “Tu vida está primero que la vida de tu compañero”.

Wow.

Hablando de bajar las expectativas.

Y, sin embargo, el Ramban declara apasionadamente que:

“El Torá nos ordena que uno debería amar a su prójimo con la misma fuerza con la que se ama a un mismo, [recibir] cada beneficio [que desee para uno mismo]… a veces una persona puede desearle a sus prójimos algunos beneficios, pero únicamente económicos, no de sabiduría. Pero incluso si desea lo mejor para su querido amigo en todo, es decir, riqueza, honor, conocimiento y sabiduría, no lo igualará a él, sino que aún deseará en su corazón una mayor parte de todos los beneficios. Y [entonces] el Tora comanda que no debía haber estos mezquinos celos en su corazón. Más bien, un hombre debe desearle lo mejor a su prójimo en todo, tal como lo hace en su caso, y no poner límites a su amor”.

Según esta lectura, inspirada por la proximidad a la prohibición de vengarse o guardar rencor, la definición de “ama al prójimo” consiste en estar feliz por los demás. Estar feliz por la otra persona, no necesariamente significa ver su éxito como algo perjudicial para el éxito personal. De la misma forma en la que no estarías afectado si ganaras la lotería, no te disgustes si tu amigo la gana. Según Nachmanides, este es el significado de “ama el prójimo de la misma forma que te amas a ti”, es decir estar feliz por los demás, y no envidiar su éxito. En este sentido, puedes acercarte a amor a otros de una forma similar a como te amas a ti mismo. Sin embargo, está muy lejos de accionar y preocuparse por los demás.

A veces es necesario lo negativo para comprender lo positivo.

El rabino Joseph ben Isaac el Tosefite, también conocido como el Bechor Shor, de Orléans (siglo XII) muestran una perspectiva completamente diferente de este verso, en sus comentario. Los rabinos del siguiente episodio ilustran la definición de no vengarse o guardar rencor. El Sr. A vino a ver al Sr. B el domingo y le preguntó si podía pedir prestado un martillo. El Sr. B, que tenía un martillo, dijo que no. Simplemente porque sí. Al día siguiente, el Sr. B necesitaba un destornillador y se acercó al Sr. A, que tenía uno y se lo pidió. Si el Sr. A se negaba a prestarle el destornillador al Sr. B, correspondiendo a la negativa anterior a prestarle un martillo, esa sería la definición de venganza. Si el Sr.B. acepta prestar el destornillador pero luego agrega: “Te lo doy porque soy más amable que tú”, esa sería la definición de ser un rencoroso.

El Rabino Yosef Bechor Shor pregunta: ¿por qué necesitamos este mandamiento? ¿Por qué el Torá no comandó que le prestemos nuestro martillo o destornillador como primera opción? ¿Por qué esperar las consecuencias? Su respuesta aparece en los términos más poderosos. Cuando no le prestamos algo a un amigo, suele ser simplemente porque estamos muy apegados a ese objeto. Cuando no prestamos algo como respuesta a que no nos hayan prestado algo anteriormente, es algo personal. Dios dice: “Tenatze’ ach Ahava she’ yesh lecha immi“, deja que el amor que tengo por ti supere el resentimiento que sientes por él. Préstaselo por el amor que siento por ti.

Cuando Dios dice, “Ama al Prójimo como te Amas a Ti Mismo”, no está hablando acerca de cuánto te amas a ti mismo; está hablando acerca del Amor que Él tiene por ti. Cuanto más reconozcas el amor que Dios tiene por ti, estarás listo para proyectar ese amor en otros. Esta generación, más que ninguna otra, ha demostrado que enfocarse en los “derechos” y “legitimaciones” no puede sostener una sociedad. Necesitamos un mundo en el que podamos accionar para ayudar a los demás, preocuparnos por los demás, y cuidarnos entre todos. “Tenatze’ ach Ahava she’ yesh lecha immi”, permite que el amor que siento por ti supere el resentimiento que puedas llegar  asentir por él. Levántate, fíjate qué puedes hacer para preocuparte por los demás, aunque sientas rancor hacia ellos, hazlo por el amor que siento por ti. Al comprender esto, “ama al prójimo como a ti mismo,” quiere decir “ama al prójimo como yo te amo a ti”. Seamos bendecidos para ver un mundo que aprende a ver más allá de una “factura de sentimientos”, y abracemos la responsabilidad mutua y el cuidado por los demás. 

* Rabbi Elchanan Poupko es miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Rabínico de América.

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