Pablo Sklarevich
La decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de sacar sus tropas del este de Siria, es percibida con preocupación en Israel. La medida no es vista con buenos ojos por el Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado. También entre los países árabes sunitas existe el temor de que Irán y sus aliados chiís ocupen el vacío que dejará la partida de los dos mil soldados del Ejército norteamericano, que comprende la columna vertebral de una fuerza a la que se han asociado las milicias kurdas y tribus árabes locales.
Con la caída de Goutha Oriental, el bastión de los rebeldes sunitas a las afueras de Damasco, el régimen sirio y sus aliados se disponen a reconquistar el sur de Siria junto a la línea fronteriza con Israel y Jordania.
El ataque a la base aérea T-4, en las cercanías de la ciudad de Homs, atribuido a Israel, estaría indicando según los analistas, que el Estado judío no tolerará el afianzamiento militar iraní en Siria, lo que podría llevar a la larga a una confrontación entre Jerusalén y Teherán. Aparentemente, Moscú es cada menos propenso a aceptar las incursiones aéreas israelíes.
Mientras tanto en Gaza, mediante las marchas masivas y la violencia de baja intensidad en la valla fronteriza, el grupo Hamás parece haber descubierto la patente para desviar la ira de la población por la crisis humanitaria hacia Israel y reubicar la cuestión palestina en el centro del escenario mediático internacional. Sin embargo, sus exigencias maximalistas sobre el regreso de los refugiados (y sus descendientes) al territorio de Israel, garantizan que, al final de cuentas, no llegará demasiado lejos.
En este sentido, en una entrevista ofrecida al diario Israel Hayom, el jefe de Estado Mayor, Gadi Eizenkot, advirtió recientemente que la probabilidad de guerra (en general) ha aumentado sustancialmente.
Bajo este telón de fondo, el primer ministro, Biniamín Netanyahu, la ministra de Cultura, Miri Regev, y el presidente de la Knéset (Parlamento), Yuli Edelstein, se han entreverado en un fiero e infantil debate sobre quién preside el encendido de antorchas en la ceremonia en el Día de la Independencia (Iom Hatzmaut).