FOXTROT – Film israelí conmovedor y triste

18 octubre, 2017

Henry Weich

Israel, 2017. Dirección: Shmuel Maoz. El film ha logrado el cotizado premio del jurado del Festival de Venecia y asimismo ocho premios Ofir, el Oscar israelí y por lo tanto además representará a Israel en la competencia próximo del Oscar para filmes extranjeros.
El film se divide en tres partes distintas, si bien la toma del principio y del final es de la parte trasera de un auto que viaja por un lugar desértico en un camino lleno de baches, que podría representar el punto de vista de alguien que viaja ahí, se verá, una manera de sacar la narración de la claustrofobia. El comienzo es impactante, Dafna abre la puerta y se encuentra con tres soldados que pregunta por la familia de Ionatan Feldman y ella se desmaya porque ese el modo en el que aparecen representantes del ejército para anunciar la caída de un soldado en el cumplimiento del deber.
El padre, Mijael queda paralizado y enmudecido y la cámara registra una serie de expresiones de alguien al que se le ha caído el mundo encima. Los soldados le inyectan un poderoso tranquilizante a Dafna que la tendrá postrada unas horas y luego le explican al padre que, tal como suponía, el hijo Ionatan, soldado, ha caído en cumplimiento del deber. Llega el hermano de Mijael, Avigdor y comienza a hacerse cargo de lo que pasa ya que el hermano parece como ido.
Le conminan a hidratarse y debe beber un vaso de agua cada hora, para eso el celular es programado para avisarle el paso del tiempo. También llega un oficial del rabinato que le va informando mecánicamente al padre de los procedimientos del funeral, pero Mijael insiste en ver al cadáver y después de algún tiempo hay una noticia sorprendente que el hijo en realidad no murió.
La segunda parte se lleva a cabo en algún lugar perdido del desierto donde Ionatan y otros compañeros realizan su servicio militar, albergados en una furgoneta, en ese ambiente surrealista uno de ellos emprende el baile del foxtrot que le da el título al film, se va dos pasos al costado, dos adelante, dos atrás y lo que sucede es que se termina en el mismo lugar en que se ha empezado, un motivo que volverá en la tercera parte del film.
Hay una barrera que se levanta luego de que ellos verifican la identidad de los pasajeros de un auto que quiere pasar, está claro que se trata de palestinos y no hay duda de que se expone a estos jóvenes a situaciones para las cuales no están preparados, por supuesto se portan con severidad hasta con rigor, hasta provocar su muerte. Nos familiarizamos con el hobby de Ionatan, dibujos animados que surgen del cuaderno de notas que registra sus dibujos, bocetos tal vez. Un camello pasa y hay que levantar la barrera, un momento de alivio cómico en un film que tiene mucha angustia y tristeza en el trasfondo. Llega finalmente un alto oficial, que les dice cómo medirse con un suceso trágico, puede decirse inevitable.
Esas cosas pasan y hay que seguir adelante, un tractor sepulta los resultados del suceso. Obviamente Maoz alude indirectamente a la situación de estar en territorio ocupado y para eso se emplea a los jóvenes atemorizados e inexpertos reclutas.
La tercera parte nos devuelve al espacioso apartamento de Mijael y Dafna, diseñado por él, arquitecto, muchas ventanas, vidrios opacos que dejan ver siluetas. Ellos finalmente ponen sobre la mesa muchos temas que han sido reprimidos durante años y tratan de descodificar lo que ha dejado Ionatan con sus dibujos. Es algo que habla de la inmovilidad masculina que no saben cómo medirse con lo que implican sentimientos lo que sí pertenece al parecer a las mujeres.
Un film conmovedor, triste, que no se limita al tema del dolor de la irreparable pérdida, gran actuación de Lior Ashkenazi, también de Sara Adler y otros integrantes del elenco. ■

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