A los casi 100 años de edad, luego de vivir una vida llena de logros y casi sin limitaciones, falleció el director y artista Max Berliner.
Nacido en 1919 en Varsovia, Polonia, emigró a Argentina junto a su familia a los dos años. Allí Berliner vivió una vida fuera de lo normal en un ambiente muy común, «[…] mi padre quería que yo fuera un niño prodigio, pero yo quería ser un niño normal […]» comentaba en diferentes entrevistas, en las que blandía su buen humor y la buena memoria que lo llevaba a recordar, incluso, el viaje en barco en el que abandonó la convulsionada Europa de 1922.
Toda su vida la desarrolló en el teatro, el cine y la televisión, tanto en Argentina como en algunos guiños en el extranjero (Highlander II y Apartment Zero) y desde 1947 y durante 60 años se dedicó a la enseñanza de teatro y música en idioma idish en la escuela Shalom Aleijem de Buenos Aires, cuyo salón de actos fue bautizado en su honor.
Fue encomiable su tesón en la defensa del idish, al que insistía en definir como un idioma y no como un dialecto. En una oportunidad insinuó que lamentaba que el Estado de Israel adoptara el hebreo como lengua, en lugar del idish, y no dejaba de anunciar en cada oportunidad que se le presentaba que una obra en idish como «El zoo de cristal» permaneció dos años en cartelera.
Con su efusividad característica dejaba claro su dicotomía vital: «[…] yo hago en idish teatro universal y en castellano temática judía».
Berliner cumpliría 100 años dentro de dos meses. La joven generación de estos días lo conoció gracias a un comercial de televisión para un revitalizador geriátrico, donde se le vio representando su verdadero papel de ancianito, pero mostrando una agilidad y vitalidad sorprendentes que se ganó amplias simpatías.
Inmediatamente se convirtió en un personaje reconocido en las calles y en las redes sociales, donde fue calificado como un «héroe urbano que todo lo puede», con presencia e influencia en medios como Youtube y televisión, en los que se le hicieron tanto parodias como homenajes. El hashtag #maxberliner, en el top-ten durante meses, lo muestra jovial, deseándole lo mejor a todo el mundo en Instagram y anunciando alegremente su próximo cumpleaños número 100.
Su filmografía comienza en 1972 (El profesor tirabombas) y llega hasta el 2018 (El último traje). En la televisión recorre desde 1970 (Otra vez Drácula) hasta 2012 (Graduados). Su carrera artística fue reconocida con los premios Podestá a la Trayectoria de la Asociación de Actores Argentinos en 2002 y el famoso premio Martín Fierro en 2012.
Posiblemente, esta triste nota deba cerrar con una declaración memorable y aleccionadora, entre muchas otras, del siempre joven Max Berliner:
«Yo vivo con alegría. Cuando me siento mal, escapo de eso. ¿Tristeza? Si me aparece, trato de salir de allí, huyo de la tristeza y me concentro en las cosas lindas de la vida».