Nacido en Rishon LeZion en 1987, Eran Zahavi, de padre judío francés y madre israelí, comenzó su aventura futbolística en Hapoel Tel Aviv con seis años. Y luego de completar el servicio militar obligatorio, llegó al elenco profesional del club.
Ya consolidado en primera división, en la temporada 2009/2010 conquistó la Copa del Estado de Israel y el campeonato de primera división nacional. En la final del certamen, el ofensivo marcó un gol en el minuto 92. Esto le valió, dos años más tarde, firmar un contrato con Palermo de Italia por cinco años.
Sin embargo, a mitad del mismo fue transferido a Maccabi Tel Aviv. Allí se convirtió en capitán en la temporada 2015/2016 y marcó un hecho sin precedentes: marcó 35 goles en 36 partidos, un récord nacional e histórico.
Al año siguiente, se afilió al Guangzhou de la superliga china. Y como si jugara diez años allí, se convirtió rápido en el goleador del equipo y se ganó el apodo de “Rey de Yuexiushan”. El elenco rival, Shandong Luneng Taishan FC, lo quería en sus filas y le ofreció 20 millones de dólares por un intercambio, el sueldo más alto para un futbolista israelí. No aceptó la oferta y lo bien que hizo: MVP de China en 2017 y Bota de Oro.
En 2020, regresó a Europa para jugar en PSV Eindhoven y estableció récord de goles del equipo. A su vez, en la fase clasificatoria a la Eurocopa, quedó empatado con Cristiano Ronaldo en la tabla de artilleros, detrás de Harry Kane.
Por último, tras ataques a su vivienda en Países Bajos y algunos incidentes personales allí, decidió retornar a su país natal. Hace algunas semanas, volvió a firmar contrato con Maccabi Tel Aviv por dos años. El máximo goleador histórico de su selección está de vuelta y la gente está feliz.