El 27 de julio, un grupo de investigadoras de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Países Bajos y Noruega publicaron los resultados de un estudio en la revista Journal of the American Medical Association. El informe reúne evidencia para afirmar que, incluso una cantidad mínima de ejercicio físico, reduce las chances de tener cáncer.
Ora Paltiel, profesora de la Facultad de Salud Pública Braun de la Universidad Hebrea de Jerusalén explicó la importancia de este estudio. Paltiel asoció su relevancia más a su posible impacto en la difusión de la salud en el ámbito público que a su innovación médica. “Tiene sus limitaciones, pero es un buen estudio de prueba de concepto. Significa que hacer algo es mejor que no hacer nada”, expresó la científica israelí.
Además, Paltiel agregó que “al final del día, es un muy buen mensaje. Significa que incluso si su estilo de vida no le permite hacer actividad física con regularidad o si el ejercicio no es parte de su forma de pensar, potencialmente puede hacer una diferencia en su salud al estresar su cuerpo varias veces al día”.
A partir del análisis de una base de datos biomédicos de casi un millón de voluntarios, el estudio seleccionó 22.398 adultos que no hacían deporte. Se siguió a esos individuos durante seis años, brindándoles acelerómetros de muñeca para medir la actividad física.
A partir de esa información, los científicos afirmaron que 4.5 minutos de actividad física fuerte pueden reducir un 31% la incidencia de cáncer. Sobre todo de colon, de mama, de esófago, entre otros.