La Liga Antidifamación (ADL) es una organización judía fundada por la organización B’nai B’rith. Desde su creación ha investigado el fenómeno del neofascismo a nivel mundial y tiene como uno de sus objetivos primordiales evitar el antisemitismo.
En el último período, comenzó a circular en la red social ahora llamada X una campaña que busca prohibir a la ADL. Uno de los principales impulsores del hashtag #BanTheADL es Keith Woods, un nacionalista blanco irlandés y autodenominado «antisemita furioso».
«La táctica favorita de la ADL es chantajear financieramente a las empresas de redes sociales para eliminar la libertad de expresión en sus plataformas», afirmó Woods a través de su cuenta. Además, agregó: «¿Por qué deberían tener una plataforma en X para chantajear a @elonmusk? Es hora de #BanTheADL».
Elon Musk, el dueño de la red social, ya le había dado me gusta a algunos de los tweets de Woods en relación a este tema. Pero este sábado, el empresario fue un paso más allá. Le consultó a sus seguidores si estaban de acuerdo con realizar una encuesta en relación a la campaña contra la ADL.
Otro de los que empezaron a difundir el hashtag fue Andrew Torba. Torba es el fundador de Gab, una red social, como refugio para la extrema derecha después de que Twitter comenzara a prohibir a extremistas.
Si bien no hizo referencia explícita a Musk, en un comunicado la ADL afirmó que la violenta campaña se da luego de «una reunión con el liderazgo de X […] que claramente molesto a estos grupos de odio. Tales esfuerzos insidiosos no nos amedrentan. En cambio, nos impulsan a ser inquebrantables en nuestro compromiso de luchar contra el odio […] garantizar la seguridad de las comunidades judías y otros grupos marginados».
Lo mismo que estila este diario judío. Le da lugar a comentarios antisemitas y todos felices !….
La Liga Antidifamación es una organización muy conocida en todo el mundo que recibe críticas feroces desde los dos extremos de las ideologías más antisemitas, tanto de comunistas o izquierda más radicalizada como de la extrema derecha, fascistas y neonazis. Los críticos tienen en común que asocian la ADL con un lobby judío muy poderoso en Estados Unidos, la diferencia está en que mientras para los comunistas o la izquierda radicalizada la ADL es sionismo, que para ellos es sinónimo de fascismo o nazismo, sobre todo últimamente con Netanyahu y sus socios de gobierno religiosos y ultranacionalistas; en cambio, para la extrema derecha y cía la ADL forma parte de la conspiración mundial de los judíos, como en el caso de los seguidores de Qanon, uno de sus disparates es que son creyentes en la teoría de el gran reemplazo, una revisión de un antiguo libelo antisemita de neonazis, un plan mundial con el que judíos y masones, junto con sus afines de partidos de izquierdas, aunque estos nuevos antisemitas generalizan a todos sus enemigos con el eufemismo de «las élites», quieren exterminar a la raza blanca mediante sus políticas laxas con los inmigrantes, con el aborto, con los homosexuales, etc. Además, estos ultras creen en una libertad de expresión extrema, como por ejemplo también es el caso del comunista antisemita Noam Chomsky, una de las grandes referencias de los comunistas de todo el mundo, que llegó a escribir el prólogo de un libro del conocido negacionista francés Robert Faurisson.
Por esto, aunque parezca muy contradictorio, las dos ideologías ultras atacan a los que intenten prohibir o denunciar sus disparates, y debed tener éxito entre su público más inmaduro o sin educación, o no pocas veces serán apoyados por inmorales o amorales, por ejemplo en España existiría el runrún de que los fascistas, en gran parte abarcando a la derecha tradicional católica, son fieles al libre albedrío, o a hacer lo que les da la gana, como al hacer negocios o contratar «sin papeleos», es decir, sin pasar por trámites burocráticos o sin pagar impuestos. Siendo España uno de los países con más economía sumergida, una gran parte se basa en el dinero negro o sin controlar, o, según mi experiencia, muy habitualmente se llega a realizar arreglos extrajudiciales incluso en graves delitos, muy al estilo moro con la sharía, solo que en el caso de los españoles podría deberse o a una fuerte manipulación ideológica contra la división de poderes de la democracia o quizás por un temor a las mafias clientelares.
Si bien aún siguen siendo minoritarias estas ideologías extremistas, hace poco se dijo en medios españoles que entre los afines al nuevo partido ultraderechista Vox existe un pequeño ejército de 400.000 activistas que difunden sus disparates entre los españoles mediante publicaciones en las redes sociales o con comentarios en noticias de diarios online, hasta de izquierdas, por ejemplo habitualmente se les puede leer en El País, el diario socialista más conocido, o en el también socialista Periódico de Catalunya, que para un extranjero en ocasiones incluso puede parecer un panfleto neonazi, o no pocas veces saldrán al exterior de España, ya que ahora con internet es muy sencillo. En número de activistas, a los ultraderechistas les siguen los comunistas del nuevo partido Podemos y de los otros partidos en los que se han ido dividiendo, con 200.000. Mucho más bajo es el número de activistas en el resto de partidos políticos, incluidos los dos partidos mayoritarios de siempre, PSOE y PP.
Con frecuencia los ultraderechistas, fascistas y neonazis emplean eufemismos o los dobles sentidos para escapar de las denuncias o saltarse las prohibiciones en las redes sociales, como en YouTube, donde es fácil encontrar vídeos sobre nazis como Leon Degrelle, un criminal nazi ultracatólico especialmente antisemita que se refugió en España y ahora es una de las referencias de los más fascistas y neonazis españoles o hispanos. O en otros vídeos muestran una excesiva benevolencia con el bando de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo exaltando su papel militar, o más bien heroico para estos, y naturalmente luego entre los comentarios de los vídeos solo se encuentran neonazis.