El Supremo finlandés ratifica la ilegalización de un grupo neonazi

Vista de Helsinki Foto Mayya666 Pixabay

El Tribunal Supremo de Finlandia ratificó la ilegalización definitiva del mayor grupo neonazi del país, el Movimiento de Resistencia Nórdico (PVL, por sus siglas en finés), al considerar que su actividad es contraria a la legalidad vigente y al interés público.

El fallo del Supremo, contra el que no cabe recurso, avala dos sentencias anteriores de sendos tribunales de primera y segunda instancia, por lo que a partir de ahora quedan prohibidos los símbolos, las actividades y las reuniones relacionadas con el PVL.

«El Tribunal Supremo considera que las actividades del PVL han supuesto una ilegalidad tan esencialmente contraria al interés público que dar una advertencia no puede considerarse una sanción suficiente, por lo que la asociación debe ser disuelta», señala el fallo del tribunal.

Según el Supremo, los objetivos del grupo neonazi son contrarios a la Constitución y al código penal finlandeses, ya que violan derechos humanos fundamentales protegidos por la ley y, cuando menos, aceptan tácitamente el uso de la violencia.

El proceso legal contra el PVL, rama local de la mayor organización de extrema derecha de los países nórdicos, se inició en 2017 a instancias de la Policía finlandesa, tras la muerte de un joven antifascista durante una manifestación en Helsinki a manos de un activista neonazi.

Según la demanda interpuesta entonces por la Policía, el grupo ultra se dedicaba a difundir discursos de odio contra los inmigrantes, las minorías sexuales y los judíos, cuestionaba el Holocausto, glorificaba el fascismo y aceptaba el uso de la violencia en sus operaciones.

Un tribunal de primera instancia decidió ilegalizar el PVL ese mismo año, pero sus dirigentes recurrieron la sentencia alegando que esta violaba su derecho a la libertad de expresión y a la libre asociación.

Además, adujeron en su defensa que no se puede hacer responsable a una organización de los delitos que puedan cometer algunos de sus miembros, aunque estos sean violentos.

No obstante, un tribunal de apelación ratificó la sentencia en 2018, al estimar que el PVL es una organización con valores racistas y antisemitas, admira el fascismo y viola los derechos de las minorías sexuales, por lo que no puede escudarse para ello en la libertad de expresión u otros derechos fundamentales.

El PVL presentó un nuevo recurso ante el Supremo, que dictaminó la disolución temporal de la organización hasta la emisión del fallo definitivo que se ha conocido hoy. EFE

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