Foto: Fuerzas de Defensa de Israel

Por Ofer Sela

Sin embargo, desde el 7 de octubre, más de 200 palestinos han sido abatidos allí en intensa actividad de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Shabak (Servicio de Seguridad General), y los elementos explosivos que podrían llevar a una gran conflagración se están acumulando: la creciente presión económica, a medida que a los trabajadores palestinos se les niega la entrada a Israel; la debilidad de la Autoridad Palestina y el aumento de la popularidad de Hamás; y las provocaciones de extremistas judíos, con el apoyo descarado de algunos miembros del gobierno y de la coalición.

Esta situación no es sólo un tercer frente que exige aún más los recursos y la atención de las fuerzas de seguridad, sino una amenaza significativa al apoyo a Israel en Estados Unidos y Europa y a nuestra capacidad de defendernos contra el ataque político cada vez más intenso. 

El problema no es sólo que el primer ministro guarda silencio ante los acontecimientos; aquellos que se supone que son las partes más sobrias del gobierno y del sistema político en general no hablan en absoluto, lo que envía una clara señal a los extremistas para que continúen e incluso intensifiquen su actividad. 

El resultado para la capacidad de Israel de defenderse, en todos los frentes, podría ser bastante grave.

Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies

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