El kóraj interior

26 junio, 2023
Foto: Pixabay

«Kóraj , hijo de Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví, (se) tomó (aparte), así como Datán y Abiram, hijos de Eliab, y On hijo de Pélet, y se levantaron frente a Moshé junto con doscientos cincuenta hombres de los Hijos de Israel, líderes de la asamblea, los convocados a la reunión, varones de renombre. Se congregaron contra Moshé y contra Aharón, y les dijeron:
¡Demasiado es para ustedes! Pues (en) la asamblea entera todos son santos, y el Eterno está entre ellos; ¿y por qué ustedes se exaltan por encima de la congregación del Eterno?».
Libro de Números capítulo 16, versículos 1-3

Discusión y el discutidor.

Si buscamos significados, podemos exponer que discusión es un discurso o conversación entre dos o mas personas sobre un tema específico con sus puntos de vista. Que puede terminar en acuerdo o desacuerdo o en una conclusión.

De esto se desprende que, puede en ciertos casos, y según la intención, podría tener un aspecto positivo y productivo para todos los involucrados. Por otro lado, en otras situaciones, y por el contrario, tiene como finalidad solo generar confrontación o desunión, o socavar el principio de autoridad, o estar motivada por celos, envidia, odio, o un ego herido o lastimado, o ser parte de un rasgo que se ha naturalizado en una persona, en una familia o en un colectivo.

También ser un emergente de un fuerte tinte de maldad, enraizada en el alma de algunas personas. Baja autoestima o resentimiento internamente no tolerado. O incluso intentado obtener alguna parcela de poder o de ganancia económica, intentando paralizar piscológicamente al interlocutor y como dijimos ningunearlo y obtener con ello alguna clase de beneficio. Y lo último y para otros muchos, ser una especie de desahogo por problemas o tensiones donde se busca alguna válvula o vía de escape, que por lo general culmina generando mas tensión y problemas.

Por otro lado, el discutidor o sujeto: es aquel propenso a disputas y discusiones o aficionado a ellas.

También cuando los niños entran en la adolescencia muchos se tornan ariscos y discutidores.

Discutidor y sus sinónimos.

Y aquí podríamos señalar: polemista, polémico, provocador, retador y reñidor.

Exíste lo que se denomina personalidad discutidora. De hecho, la discusión está ligada a la pelea o al pleito, o generalmente en esto termina.

De hecho, hay personas que buscan las disputas ya que desean alcanzar notoriedad por medio de peleas o confrontaciones, dado que no pueden o no saben hacerlo por medio de su esfuerzo o capacidad o logros. O por medio de su educación  o por medio de su trabajo en pos de ayuda al prójimo.

Todos tenemos un Kóraj en el closet.

En este capítulo semanal, de la lectura de la Torá, vemos en esta Parashát Kóraj, al Kóraj personaje bíblico, y al Kóraj que simboliza esa mala cualidad o virtud de correr tras los pleitos o generar confrontación sin pensar que daño nos hacemos a nosotros mismos, y hacemos al prójimo. Y muchas de las veces, estas discusiones tienen su origen en sentimientos de impotencia o frustración.

Reflexión final.

El tópico es extenso, y hay mucha exégesis sobre este capítulo y sus enseñanzas a futuro. Y que duda cabe, que las discusiones y peleas son la moda y lo habitual en un presente lleno de confusión moral, y convulsión social y económica nunca antes vista.

Frente a todo este desafío que proviene tanto de nuestro medio circundante como desde nuestro interior, el estudio constante de la Torá, la Tefilá o plegaria si es que son sinceras, y el cumplimiento de las mitzvot o preceptos junto al desarrollo individual y grupal de las midot o cualidades positivas, es el único antidoto conocido y seguro y probado. Este combo o polipildora, administrada o ingerida en una dosis diaria, es lo único aprobado para lograr un ser humano que tenga más paz interior, y que sin ser conformista, de siempre gracias por todo lo que recibe y de lo cual muchas veces no reconocemos al Todopoderoso por cada día de vida y cada despertar y cada respirar.

Saber ubicarnos, y entender que todos tenemos un lugar y ocupamos un espacio en el cuerpo social, nos ayudará a evitar la frustración o mermar cualquier odio emergente hacia nuestro prójimo.

Para concluir: según la cosmovisón judía no todos somos iguales, pero todos somos parte y necesarios dentro del cuerpo social. Y todos cumplimos diferentes funciones al igual que los diversos órganos del cuerpo, que, cumpliendo cada uno su parte, forman parte de un todo, posibilitando la vida y la existencia.

Kóraj tenía muchos bienes materiales y familia y prestigio y relevancia social. Igualmente, y en su caso, el deseo de sumar poder o tomar el poder por una cuestión personal y no de servicio, terminó en tragedia.

Antes de cualquier planteo, deberíamos reflexionar cual es nuestra motivación o interés en el punto a discutir. Cuál es nuestra causa y nuestra intención.

¡Shavua Tov!

por el Dr. Natalio Daitch

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.