El jefe del Shabak advirtió que se debe evitar la “influencia interna” de cara a las elecciones en Israel

Ronen Bar (derecha) con el jefe del Estado Mayor Aviv Kohavi Foto: Fuerzas de Defensa de Israel vía Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0

El director del Servicio de Seguridad (Shabak), Ronen Bar, manifestó que las disputas internas y la inestabilidad política en Israel alientan a los terroristas, ya sea organizados o individuales, a perpetrar ataques.

El jefe de la agencia de contraespionaje y antiterrorismo volvió a poner sobre el tapete, un tema que es motivo frecuente de preocupación de los líderes del establishment de seguridad. A saber, las discordias y las brechas internas dentro de la sociedad israelí.

“A partir de la inteligencia que hemos leído, de los interrogatorios de los atacantes que hemos realizado, y también de muchos años de familiaridad con nuestros adversarios, dondequiera que estén, podemos decir hoy sin ninguna duda que la inestabilidad política, la creciente los conflictos internos… son un estímulo para el eje del mal, para las organizaciones terroristas y los atacantes individuales”, apuntó Bar, en una conferencia en la Universidad Reichman de Herzlía

Ronen Bar manifestó que los informes de inteligencia muestran que los enemigos sienten que la «resiliencia nacional del Estado judío se está desvaneciendo», y afirmó que la «brecha profunda» en la sociedad es el desafío «más complejo» que enfrenta Israel.

El jefe del Shabak (organización también conocida como “Shin Bet”), advirtió también en contra de las interferencias externas en las próximas elecciones en Israel. Durante su discurso pronunciado en la Conferencia de Antiterrorismo, Bar aseguró que “intentamos evitar la influencia externa en las elecciones de 2022. Además, tenemos que evitar la influencia interna”.

Ronen Bar comentó la situación de seguridad del último período y la vinculó con Irán y los desarrollos en Judea y Samaria (Cisjordania).

“Recientemente, estamos presenciando un cambio en el terrorismo de Estado, iraní o suborganizacional de Hamás, que difunde armas de combate en el terreno junto con ideas en las redes sociales, creando así una infraestructura amorfa de atentados, mientras permanece bajo un espacio de inmunidad. Hamás no dudará en aprovechar las dificultades personales de los palestinos para incorporarlos al círculo del terror”, señaló Bar.

“La violencia en Judea y Samaria (Cisjordania) está aumentando”, manifestó el jefe del Shabak, “y hemos entrado en un circuito cerrado debido a la limitada gobernabilidad de la Autoridad Palestina. Por lo tanto, nuestra gente debe emprender detenciones y contramedidas todas las noches y absorber el fuego para crear un manto protector y proteger a nuestros ciudadanos desde el corazón del territorio. El precio está también en las bajas palestinas y en el estatus de los mecanismos».

Ronan Bar subrayó que en lo que va del año el Shabak frustró más de 130 ataques con armas de fuego en comparación con 98 en todo el año 2021 y 19 en 2020. “Esto es seguro ante la falta de gobernanza, el volumen de las armas de combate y la ineficacia de los mecanismos de seguridad palestinos. Frustramos 312 atentados significativos: apuñalamientos, disparos, [ataques] suicidas, atropellamientos [con vehículos]. Hicimos más de 2.000 arrestos y aumentamos el arresto de traficantes de armas varias decenas porcentuales».

“La incitación conduce a fenómenos masivos”, indicó el jefe del Shabak, “actúa sobre jóvenes inmaduros, lleva a las masas al círculo del terror y desafía así las herramientas tradicionales de recolección [de inteligencia]. En los recientes fenómenos violentos de la Operación Guardian de las Murallas, los disturbios del Monte del Templo y los Jóvenes de las Colinas se encuentran en gran número adolescentes de 14 a 24 años. Se trata de una generación [como rebaño] sin pastores».

Bar señaló el temor a la copia o reproducción de los atentados y dijo que «todo lo que se necesita es caer en los oídos de una audiencia atenta y alentarlos a tomar acción. En el Ramadán pasado, Hamás desde Gaza logró convencer a los jóvenes [palestinos] de que [la mezquita de] Al Aqsa estaba en peligro. Eso movilizó a los grupos y algunos de ellos son difíciles de definir como musulmanes estrictos. Los que jugaban al fútbol en Al Aqsa no cumplen las cinco reglas del islam”.

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