El golpe

29 diciembre, 2016

Durante estos últimos ocho años, toda la política del primer ministro, Biniamín Netanyahu, había sido de patear la pelota al córner, sacarla afuera, y “hacer tiempo”, si se uno toma prestado el lenguaje del fútbol como metáfora. Ya sea porque no quería un arreglo, porque el caos en la región no lo permite, por el auge del islamismo, o por las negativas de los líderes palestinos para alcanzar un compromiso aceptable.
Pero el presidente palestino, Mahmud Abbás, tuvo todo el tiempo el comodín, y esa carta era el presidente norteamericano, Barack Obama, que en el minuto noventa, antes de que finalice su mandato, la metió.
La resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU fue como el título del libro del escritor colombiano Gabriel García Márquez, una “muerte anunciada”. No sorprendió a nadie.
Lo sorprendente fue la irresponsable actitud del primer ministro que sabiendo lo que se venía optó por dejar la valla sin defensores y darle a Obama un pase a la olla. La infeliz saga alrededor del “outpost” o asentamiento ilegal de Amona y la “Ley de Regulación”, apoyada neciamente por Netanyahu, para legalizar retroactivamente, los asentamientos construidos en terrenos privados palestinos era todo lo que el presidente norteamericano precisaba para adornar el remate. Lo expresó claramente su representante en la ONU, Samantha Power, al justificar la abstención.
Obama facilitó la firma del acuerdo de armas de 38 mil millones de dólares, que es básicamente la prolongación del Memorando de Entendimiento de la década anterior más la institucionalización de la ayuda extra que otorgaba el Congreso para el sistema antimisiles. Con un granito de mentalidad conspirativa se podría pensar que tal vez lo hizo pensando que eso le permitiría promover una medida contra Israel sin ser acusado de antisemita o anti-israelí.
Ahora, Netanyahu está histérico dando patadas al aire. Tratando de tapar su fracaso diplomático con medidas de boicot cuya efectividad es cuestionable; y aterrado por la idea de que el presidente norteamericano prepara un segundo “golpe”.
Pablo Sklarevich. ■

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5 thoughts on “El golpe”
  1. Pará la mano, Pablo. Teresa May nos dió una mano, Trump nos díó otra. Bibi no está histérico. Cuando el enemigo ataca no es bueno sacar a relucir nuestros trapos sucios, dejemos nuestras diferencias internas para mas adelante. Shalom

  2. Tu problema, Pablo, es que no te fijaste en la tabla de posiciones, ni siquiera en el resultado del parcial. Se te corto la transmisión y no viste que fue anulado por fuera de juego. La muerte anunciada es la de la social-democracia decadente, histéricos están los que no aceptan el resultado de las urnas; y vos pareces esos futbolistas alcahuetes que se tiran al piso y miran al árbitro pidiendo tarjeta. ¿No serás ese gordito de anteojos al que en el barrio lo mandaban siempre al arco?

  3. Convengamos 2 cosas : En politica no se puede actuar en base a supuestos… Netanyahu no debia hacer por intuir que Obama podia hacer algo.. Salvo que sea Maniqueismo Politico.
    segundo , bibi asi haya o no haya hecho nada tocante a los asentamientos no podia detener la verdadera esencia de Obama y que al final le ponga la cereza al pastel dando la puñalada a Israel.
    Aveces la politica es como la vida… debes vivirla dia a dia.

  4. Obama esta obsesionado con golpear a Israel de una manera de que no puede volver a levantarse nunca más, la estrategia es la aniquilación diplomática de Israel, dejar al país en un grado total de indefensión diplomática de manera que no tenga más opción que volver a unas fronteras indefendibles de hace medio siglo y entregar Jerusalén a los musulmanes y el Golán a la dictadura genocida siria, esa es la jugada de apuro y sangrienta de Hussein Obama, sacada en los descuentos antes de que termine el partido.

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