Después del 7 de octubre, y con la consecuente escalada de violencia del conflicto entre Israel y Hamás, los eventos deportivos se vieron afectados, y los que se llevaron a cabo se hicieron con los estadios a puertas cerradas, sin público. Las restricciones fueron impuestas por el Comando del Frente Interno de las Fuerzas de Defensa de Israel sobre todos los eventos multitudinarios.
Además, después del inicio de la guerra, la UEFA suspendió todos sus partidos programados en Israel, y estos fueron trasladados a distintos estadios en países europeos.
El lunes 11 de diciembre, el Ministerio de Cultura y Deportes informó que a partir de ahora, los eventos deportivos comenzarán su retorno a la normalidad. En esta primera fase de apertura, los partidos tendrán un límite de hasta 1.000.
El ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, y el jefe del Comando del Frente Interno de las FDI, Rafi Milo, fueron los que acordaron este regreso gradual de los fanáticos a los estadios. Los aumentos en la capacidad del público serán determinados a partir de las evaluaciones de seguridad del Comando del Frente Interno.
Zohar declaró que “sin público, la experiencia deportiva se ve afectada y pierde su valor. Era importante trabajar para devolver a los fanáticos de fútbol a los campos, con un poco de sentido de normalidad, aunque sea momentáneo, en este momento difícil”.
Parece una medida apresurada .