En el 25° aniversario de la firma de los Principios de la Conferencia de Washington sobre Arte Confiscado por los Nazis, el Departamento de Estado de Estados Unidos organizó una reunión con enviados del Holocausto de todo el mundo.
Estuvo también acompañado por la Organización Mundial para la Restitución Judía (WJRO), organismo creado en 1993 para el trabajo sobre el reclamo de la recuperación de propiedades judías en Europa, además del trabajo de difusión de la historia de la comunidad judía durante el Holocausto.
En representación del Departamento de Estado participó del encuentro Ellen Germain, la enviada especial para cuestiones del Holocausto, y el asesor especial en temas del Holocausto, Stuart Eizenstat.
Luego del encuentro, la entidad emitió un comunicado oficial que explicaba que los “gobiernos y expertos discutieron formas de reforzar los principios y subrayar la urgencia de resolver las reclamaciones de propiedades restantes, ya sea en colecciones públicas o privadas».
Durante el encuentro, Luxemburgo presentó detalles sobre la implementación de su acuerdo de 2021 sobre problemas pendientes de restitución de propiedades del Holocausto, que el Departamento de Estado considera un modelo para otros gobiernos.
Por otro lado, los representantes de Luxemburgo compartieron los detalles del acuerdo que firmaron en 2021 con la WJRO y otras entidades para la restitución y la compensación de bienes saqueados durante la Shoá. Desde el Departamento explicaron que ese acuerdo histórico puede funcionar como modelo para la implementación en otros países.
Si analizan el ejemplo de España se ahorrarán mucho trabajo legal, que es en lo que más problemas suele haber a la hora de las restituciones, ya que no hay país con más enredos legales, sobre todo en cuestiones que no interesen a los fascistas españoles, o, ahora mismo, que no interesen a sus hijos y nietos. Estos cometieron crímenes y saqueos, no solo con los republicanos españoles, también con judíos españoles y con los que en ocasiones son denominados los judíos del fascismo español, los masones a los que trataron de exterminar, si bien en España nunca ha habido más de 5.000-7.000 masones debido a la antimasonería, que era pronulgada por la Iglesia Católica, aunque de paso también se llevaban por delante a los judíos. Durante la Guerra Civil asesinaron a unos 2.500 masones que no pudieron escapar de la zona sur de España por donde los fascistas comenzaron la Guerra Civil. Al poco de comenzar la Guerra Civil aprobaron leyes que legalizaban sus crímenes, en muchos casos los fascistas llegaron a realizar una especie de pantomima de juicio, al comienzo en juzgados militares, y por tanto bajo jurisdicción militar. La utilización de esta jurisdicción fue masiva y generalizada durante la guerra civil, con miles de condenas a muerte y cientos de miles de procesados. Luego al comenzar la dictadura fascistas la pantomima la continuaron en juzgados civiles que se amparaban en la famosa Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (del 1 de marzo de 1940). Con la llegada de la democracia actual, aparte de los partidos o sindicatos anarquista que en su día eran los más importantes pero hoy día está prácticamente desaparecidos, los masones han sido la única organización que no ha recibido ninguna compensación económica por los saqueos y robos de todos sus bienes y patrimonios, con los que los fascistas se enriquecieron o los repartieron entre sus amistades, existiendo una maraña legal debido a las varias reventas o traspasos de los inmuebles. En alguna ocasión leí en internet a un masón afirmando que no había lugar a reclamaciones, desconozco el motivo o si es una opinión común.
Durante la dictadura fascista los fascistas también incluían a los judíos en las mismas leyes antimasonería, así que tampoco podían ejercer de médicos, dentistas o arquitectos, ya no digamos de funcionarios, ya que también podrían haber espiado “desde el mismo interior de España” para robar la información tan relevante para el mundo que guardan como oro en paño cada uno de los fascistas españoles, para luego dársela a los judíos que están escondidos en cuevas y aprietan los botones y mueven las palancas con las que manejan el planeta Tierra. Según testimonios de los judíos españoles y de los pocos judios extranjeros que lograron refugio en la España fascista, hubo de todo en las relaciones entre los vencedores filonazis fascistas españoles y judíos, desde judíos que se las apañaban para hacer trueques de inmuebles que los falangistas criminales y ladrones se quedaron de sus víctimas; otros se salvaron de la cárcel o de ser asesinados al “explicar” a los fascistas que los habían confundido con masones. Por otra parte, a otros los asesinaron o torturaron durante los primeros días del golpe de estado fascista, con los falangistas actuando igual que nazis alemanes, sobre todo contra los judíos de izquierdas; o los conocidos líderes judíos portugueses Fortunato Benarroch y Samuel Sequerra, que ayudaron a muchos a refugiarse en España, recibieron amenazas de los falangistas y de sus camaradas nazis alemanes, a los que estos fascistas españoles dejaban actuar contra los judíos refugiados en España; también los fascistas les robaron el dinero, negocios y bienes a no pocos judíos españoles, llegaron a pedir a las comunidades judías españolas que donasen grandes sumas de dinero “voluntariamente” a la española, es decir obligatoriamente o si no…, dinero que formó parte del que destinaron a financiar a las 50.000 fascistas falangistas españoles de la División Azul que ayudaron a los nazis alemanes en la Operación Barbarroja del mediocre cabo Hitler. Aunque en general los fascistas españoles no hicieron nada contra los judíos españoles, pero tampoco hiceron nada a su favor, tan solo les dejaron seguir con sus costumbres judías en las ciudades españolas africanas de Ceuta y Melilla, pero dentro de la península, debido a las muy restrictivas leyes de carácter religioso, como la del registro de recien nacidos solo para bautizados católicos, en la práctica algunos judíos incluso se vieron obligados a la conversión al catolicismo. Actualmente los fascistas españoles o sus herederos de la derecha generalmente se desmarcan de todo este su pasado bochornoso, y también impiden por todos sus medios que se les investiguen o juzguen.