La semana pasada, el primer ministro de Bahréin, que es también el príncipe heredero al trono, Salman bin Hamad Al Khalifa, llevó a cabo una cumbre de seguridad y defensa de Medio Oriente en la que condenó públicamente el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre sobre el territorio israelí. También pidió por un intercambio de rehenes entre Hamás e Israel y el alto en la violencia.
A partir de esto, el martes por la noche Bahréin sufrió un ciberataque a los sitios web de los ministerios de Relaciones Exteriores y el de Asuntos Informativos, que permanecieron inaccesibles hasta que el gobierno pudo desactivar la amenaza. El grupo autodenominado Al-Toufan, que en árabe significa la inundación, se atribuyó la responsabilidad del ataque. El grupo expresó que se trataba de una respuesta a la postura en el conflicto entre Israel y Hamás. Además, los responsables del ataque accedieron a escaneos de pasaportes de ciudadanos estadounidenses y un alto diplomático ruso en Bahréin.
Una vez controlado el ataque, el gobierno de Bahréin expresó en un comunicado oficial que “varios sitios web de agencias gubernamentales han sido el objetivo de ciberataques maliciosos”.
Después de…
Estoy seguro de que casi todo el mundo árabe sabe quién causó ese ataque. Del país que desea desestabilizar a todos los países de Medio Oriente.