Una startup israelí aplica una capa delgada de cristal líquido para que las lentes se cambie al instante. Un solo desplazamiento a lo largo del brazo del marco agrega su propia prescripción de lectura personal a un par de anteojos de sol.
Deep Optics señala que se trata de “las primeras y únicas gafas de sol de enfoque adaptativo capaces de cambiar su enfoque a cualquier distancia”. La tecnología prácticamente no añade peso ni volumen extra al diseño de las gafas.
La empresa encontró la forma de usar los cristales líquidos que se ven en televisores, computadoras portátiles, teléfonos inteligentes y relojes. Lo hizo para cambiar la graduación de las lentes en un par de anteojos. El usuario desliza y activa un pequeño procesador integrado en los brazos de las gafas que calcula los datos de la lente para su aumento personal.
Envía esos datos a los millones de diminutos píxeles de cristal líquido dentro de la lente dinámica. Lo logra cambiando su estado eléctrico y girando instantáneamente para enfocar las cosas para el usuario. Las lentes de cristal líquido pixeladas funcionan como el ojo humano. Pueden reorganizarse en un número ilimitado de lentes dinámicos de alta calidad.
“Si abres tu teléfono y sacas la cámara, verás que tiene un pequeño motor adentro que mueve la lente”, aclara el CEO Yariv Haddad. “La característica más importante del cristal líquido es que es una capa muy delgada de material transparente que se puede controlar electrónicamente y no se mueve. Para cada enfoque diferente, aplicamos un perfil de voltaje diferente para crear una lente diferente”.
Con la edad, el mecanismo de enfoque de nuestros ojos se deteriora, por lo que luchamos con el cambio de la lectura a la visión de lejos. Su próxima generación de gafas de cristal líquido añadirá la graduación de lectura a las gafas corregidas. “El primer modelo no se basa en recetas”, concluye Haddad. Pero el próximo año los anteojos deberían estar disponibles con prescripción médica para personas miopes o hipermétropes.