Siempre en la mira

7 febrero, 2023 , ,
Benjamín Netanyahu Foto archivo: Alan Santos/PR Palácio do Planalto - Wikipedia - CC BY 2.0 vía Flickr

Elías Farache S.

Y el mundo entero sigue con mucho interés y espíritu crítico lo que sucede dentro de Israel y fuera de sus fronteras, en las también noticiosas y complicadas relaciones que sostiene o no sostiene con sus pares del planeta.

El espíritu crítico, a veces mal informado y otras mal intencionado, suele señalar a Israel como responsable de buena parte de los entuertos del Medio Oriente.  A decir verdad, los israelíes y los judíos se han acostumbrado a esto. El problema palestino, y la intransigencia de sus líderes se atribuye a las acciones de Israel. Pocos mencionan la verdad inminente, aquella que reza que el problema de los palestinos no es que no haya un estado palestino, sino que exista un Estado judío.

La ONU, tiene un récord de condenas a Israel. También, muy poco se habla de los desmanes que ocurren en otras latitudes. Hace unas semanas, la ONU decidió conmemorar la NAKBA, el Día de la Desgracia Palestina. Tiene lugar el 15 de mayo, pues siendo la fecha de la declaración de Independencia de Israel, se considera la causa de las desgracias. Este tipo de cosas, también, han caído en la monotonía de la costumbre.

Pero en las últimas dos semanas, algo llama a atención respecto al seguimiento que se le hace a Israel. El nuevo ejecutivo de gobierno, producto de las recientes elecciones que le otorgaron la mayoría parlamentaria, ha lanzado una iniciativa para reformar el sistema judicial. Esto ha generado una gran controversia en Israel. No es el tema de este escrito analizar la propuesta. Pero se debe mencionar que la polarización política en Israel en dos bloques casi paritarios, es una de las causas de la controversia. Además, está el hecho que Israel no tiene constitución, que la separación de poderes es fundamental. Que hay causas abiertas contra el primer ministro, algo que enrarece el ambiente. La forma como se eligen los jueces es motivo de disputas. Para colmo, un escándalo desagradable ha motivado la renuncia de una poderosa figura como es el presidente del colegio de abogados.

Lo anterior es muy noticioso y actual. Controversial también. Pero todo ha ocurrido dentro del marco de la legalidad y la democracia que rige en Israel. El gobierno de turno está en el derecho de someter en el legislativo una moción de reforma del sistema judicial. Es también natural, lógico, que la oposición al gobierno y cualquier otro sector esté en desacuerdo con la propuesta. En una democracia, la mayoría que ha ganado las elecciones ejerce su derecho y, en una próxima ocasión la oposición de ése momento puede ser perfectamente gobierno. Es el libre y legal juego de la institucionalidad.

A pesar de lo pulcro de los mecanismos y procedimientos, a pesar del origen democrático y legal de quienes proponen la reforma, un inusitado cúmulo de comentarios y críticas se ha suscitado. Es verdad, algunos alimentados desde dentro de Israel.

Hay quienes han señalado el peligro de las reformas, pues alejaría a los capitales de inversión de Israel. No hay nada en la reforma que sea vinculante a regulaciones económicas, pero se arguye que un clima legal de autoritarismo consecuencia de la reforma propuesta, sería motivo de inseguridad. La verdad, esto parece una gran sandez. A la realidad vale remitirse. Veamos, sin mencionarlos, los distintos países del Medio Oriente, por citar los más cercanos a Israel, y chequeemos sus sistemas de gobierno y sus sistemas judiciales, y cómo ello ha influido en los flujos de inversión. No hay mucho más que decir. Además, la propuesta de reforma, por más controvertida que pudiera considerarse, no convertiría jamás a Israel en una dictadura, ni en nada por el estilo.

La semana pasada, el secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Anthony Blinken, en visita a Israel, expresó su preocupación respecto a la propuesta de reformas. Se supone que habrá recibido las explicaciones de rigor del primer ministro.  Más tarde, en la misma semana, el mismo primer ministro en visita a Francia, recibió los comentarios de preocupación del presidente Macron. Es muy llamativo, muy interesante. Como los aliados de Israel para ciertos temas, se preocupan y hasta se atreven a tener injerencia en asuntos del país, aun cuando los mismos se desenvuelven dentro de los más estrictos cánones de democracia y respeto al estado de derecho. No se hacen las mismas consideraciones ni intervenciones con respecto a los demás países del Medio Oriente, de nuevo, por citar a los más cercanos a Israel.

El hecho cierto es que Israel está siempre en la mira. De los amigos, de los enemigos. De los aliados y de los contrarios. A veces con buenas intenciones, otras con inconfesables fines… pero siempre en la mira.

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eliasfaraches.blogspot.com  

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2 thoughts on “Siempre en la mira”
  1. En una democracia que se precie de tal, la composición de los miembros de la Corte Suprema, en Israel Ha Elion, es de suma importancia a efectos de mantener independencia e imparcialidad. La actual forma de designación cumple cabalmente estos principios al estar representados el Gobierno, el Parlamento, la misma Corte y representantes del Colegio de Abogados. Los propuestos a ocupar los cargos deben responder por su capacidad y experiencia profesional. Así ha sido hasta ahora. Que el gobierno pretenda cambiar la composición aumentando en 2 los miembros de gobierno, es un desbalance con claros signos políticos. O sea POLITIZAR la Corte. Así de simple y de peligroso. Es la llave que abre el control de la vida civil y las instituciones al gobierno. Y la senda que conduce a la dictadura. No por nada fue de las primeras acciones que tomo Hitler apenas llegado al gobierno para tener una Justicia ajustada a sus políticas y eliminar a la oposición por cargos como traición a la Patra o enemigos de la Nación. Una Justicia que aprueba y ejecuta leyes antiderechos, aprobadas desde el Parlamento no es una Justicia imparcial. Es una Justicia apéndice instrumental de un gobierno. No es un hecho menor es una reverenda salvajada.

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