Comenzó con un Bar Mitzvá y terminó en un casamiento

Jupá frente al mar - Créditos David Lisbona - Wikipedia

La vida, tanto la religiosa, la laica, la dogmática, la racional, la emotiva, la que fuere suele darnos sorpresas. Es que el hombre para crecer necesita sorprenderse para sentir y convencerse que todo es posible.

Comencemos con el matrimonio judío.  La visión judía del casamiento es que la pareja no sólo se une bajo la Jupá, sino que se reúne. La pareja comparte una misma alma que, al nacer, se divide en dos, y al casarse vuelve a reunirse. En otras palabras, los dos son partes incompletas de una unidad hasta el momento de reencontrarse en matrimonio. ¿Por qué casarse? Si dos personas se quieren ¿por qué no convivir? La institución del matrimonio es una idea Divina que sirve para más que simplemente formalizar una relación. Es un proceso por medio del cual dos partes de la misma alma logran fusionar y completarse.

También representa el pacto o “casamiento” entre el pueblo judío en el Sinaí y la ceremonia nos lleva con simbolismos a ellos. Ambos novios deben ser judíos, solteros y sin hijos de adulterio. Para qué explico esto? Para entender los procesos del casamiento y del divorcio para comprender esta historia que sucedió hace muy poco en Israel. En un momento del casamiento, la mujer da siete vueltas alrededor del novio. La explicación es la siguiente:

1) Los siete días de la Creación;

2) Una muralla protectora alrededor del marido;

3) La derrumbe de las murallas de Jericó, que fueron derrumbadas cuando los judíos hicieron siete vueltas alrededor de las mismas.

Significa que está en poder de la mujer construir las murallas externas que protegen al hogar y a la familia y derrumbar las murallas internas que dividen y debilitan a la familia.

Pero veamos algunos pasos y condiciones para el divorcio judío.

Tanto el divorcio civil como el Guet tienen como objetivo disolver el matrimonio. Es ahí donde termina su similitud, ya que el matrimonio civil y el matrimonio religioso operan en dos planos diferentes; se producen por medio de dos sistemas diferentes y se disuelvan por medio de dos procesos totalmente diferentes e incompatibles. El divorcio civil puede disolver los lazos creados por medio del matrimonio civil. Son lazos creados por el hombre y es el hombre quien los puede deshacer. En el matrimonio que se realiza bajo la Jupá la pareja se casa en base a normas divinas. No puede disolverse si no es por medio de un proceso basado en las mismas normas divinas, delineadas en la Biblia. Dicho proceso es conocido como el Guet. Es únicamente por medio del Guet que es posible disolver el matrimonio realizado en base a las normas divinas.

Dicho esto, vamos a nuestra historia. El Rabino Sabar participaba, como muchos, de un Bar Mitzvá en la ciudad de Beit Shemesh (ubicada a unos 30km al oeste de Jerusalén).  Los invitados festejaban, conversaban, bailaban…. Aún nadie había notado que había una pareja que comenzaba a conversar mientras sus miradas se iban transformando.

Se trataba de una pareja, divorciada según la tradición judía hacía unos ocho años. Se reencontraron en esa fiesta. A medida que avanzaba la hora, más a gusto se sentían. Sin dudas, hablaron de su pasado, del divorcio y de sus vidas en el presente.

En un momento de la noche, y luego de conversar entre ellos, se acercaron al Rabino. Le explicaron su situación, su divorcio de tantos años y que habían decidido “volverse a casar”!

El Rabino, lleno de alegría, mandó a hacer una Jupá en el lugar (generalmente un talit o pañuelo ritual que va sobre los hombros del hombre colocado sobre cuatro elementos verticales que la sostienen por sobre los novios). Era tan importante esta decisión de volverse a casar como lo fue la decisión de casarse por primera vez…. O más….

Es así, que en esa noche de Beit Shemesh,  un festejo llevó al otro y reinó la felicidad esa noche. Qué la hizo tan especial? La Halajá (es el cuerpo colectivo de reglas religiosas judías, extraídas de la Torá Escrita y Oral) incluye los 613 mitzvot («mandamientos»), la subsecuente ley rabínica y talmúdica, y las costumbres y tradiciones compiladas en el Shulján Aruj («La Mesa Servida», pero más comúnmente conocido como «El Código de Ley Judía»).  En ella, hay  una Mitzvá  (un mandamiento) que justamente alaba  la elección de abandonar el divorcio y volverse a casar entre ellos.

(Fuente religiosa: Chabad.org)

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