En el cuarto aniversario de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, una protesta en Buenos Aires clamó justicia en el caso, que para los manifestantes no ofrece dudas: «A Nisman lo mataron».
Bajo el lema «Todos somos Nisman», en torno a un centenar de personas se concentró en el céntrico Obelisco de la capital, con gritos en contra del Gobierno que presidió Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y pancartas entre las que se podían ver imágenes de la ex mandataria con sangre en sus manos.
Nisman era el fiscal al frente de la investigación del atentado al centro judío AMIA en Buenos Aires en 1994, que dejó 85 muertos y sigue impune; a comienzos de 2015 acusó públicamente a la ex presidenta de encubrir a los sospechosos iraníes, pero a los pocos días de sostener esa denuncia apareció muerto en su casa con un disparo en la cabeza.
Aunque las primeras pruebas y versiones de la Justicia apuntaron al suicidio, la causa cambió de juez y, tras una revisión del caso, la Justicia ya investiga la causa como un asesinato, aunque el debate acerca de lo que sucedió se ha convertido en un asunto nacional que genera una importante división con connotaciones políticas.
La mujer que encabezó el acto, Laura Marina Río Flores, explicó los motivos de la protesta: «Se está pidiendo justicia por la denuncia de Nisman, justicia y esclarecimiento de quiénes fueron sus asesinos, porque ya sabemos que fue un asesinato».
«En estos años la justicia no estuvo funcionando, porque pretendía decir a todos los argentinos que fue un suicidio, y no un asesinato», añadió Río Flores, fundadora de una asociación, Equipo Republicano, que nació durante el Gobierno de Fernández de Kirchner para denunciar su intromisión en la Justicia.
Sobre todas las contradicciones en la causa, afirmó que se debe a que «el kirchnerismo logró esta cuestión siniestra y perversa de formar una justicia paralela», y consideró que «hay muchos fallos (en la investigación) a los que la Justicia ahora pretende llegar, porque ahora se puede, antes no se podía».
Río Flores dijo tener «esperanza» en el esclarecimiento del caso, y cree que «la cosa no están tan confusa, hay cosas que están más claras ahora», aunque llegar a una resolución «va a depender de los ciudadanos y su presión social».
Marta Ojeda, otra de las manifestantes, expresó en la misma línea: «Estoy acá porque es lo que me corresponde como ciudadana. Es una causa nacional que nos convoca a todos. La Justicia es lenta, no resuelve los casos de forma rápida, nos sentimos impotentes, angustiados y no queremos eso para nuestra Argentina».
«Al fiscal Nisman lo mataron», aseguró Ojeda, y añadió: «El fiscal fue el hombre más custodiado de nuestra argentina. Tenía once custodios, y por arte de magia ese día los custodios desaparecieron, las cámaras dejaron de funcionar y nada se supo».
«Eso fue un complot mundial, no es nacional, esto tiene raíces afuera», opinó Ojeda, que cree que «hay muchos jueces cómplices», aunque «desde que está Cambiemos (el partido del actual Gobierno) la Justicia es independiente»
Además de la manifestación, se celebró en el cementerio de Buenos Aires un acto en el que está enterrado Nisman un acto, en el que estuvieron presentes miembros de la principal organización judía del país, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, y del oficialismo.
En Israel tuvo lugar, por su parte, un acto de homenaje a Nisman en el que participó su madre y se inauguró un monumento en su honor. EFE