Científicos encuentran la forma de reciclar las aguas residuales de ácido fosfórico de la industria de fertilizantes

18 septiembre, 2022 ,
El muro colapsado de la piscina de evaporación en ICL Rotem (anteriormente Rotem Amfert Negev Ltd), visto el 27 de enero de 2020. El colapso del muro en 2017 provocó una gran contaminación del Arroyo Ashalim. Foto: cortesía de Rael Horwitz, HaMaarag

Científicos de la Universidad de Ben-Gurion desarrollaron una forma de reciclar el tipo de agua residual de ácido fosfórico. Este tipo de residuos causó un desastre ambiental masivo en 2017 cuendo se filtró en el Arroyo Ashalim en el sur israelí.

Un derrumbe en la pared de una piscina de almacenamiento de fosfato, el producto de desecho de la fabricación de fertilizantes envió 100 mil metros cúbicos de agua ácida y otros contaminantes. Al menos ocho cabras montesas, varios zorros y pájaros terminaron muertos dos semanas después al derrame de las minas de fosfato Rotem Amfert en el desierto de Neguev.

El ácido fosfórico es el ingrediente clave de los fertilizantes industriales, una industria masiva y intensiva de agua en todo el mundo. El proceso de reciclaje desarrollado por GBU convierte el lodo tóxico para el medio ambiente en agua limpia, ácidos valiosos y roca de fosfato limpia.

Una cabra montés muerta encontrada cerca del arroyo Ashalim después de un derrame masivo de desechos ácidos el 30 de junio de 2017. Foto: Mark Katz/Autoridad de Parques y Naturaleza

Lior Monat, estudiante de doctorado en el laboratorio del químico del agua Oded Nir, dirigió la investigación bajo la supervisión de Nir. «La producción de ácido fosfórico genera una gran cantidad de aguas residuales industriales que no se pueden tratar de manera eficiente debido a su bajo pH y alto potencial de precipitación», explicó Nir, el co-investigador principal. “Hoy en día, las aguas residuales generalmente se almacenan en estanques de evaporación. Sin embargo, estos son propensos a brechas, fugas e inundaciones”.

El equipo evaluó métodos con aguas residuales sintéticas en el laboratorio y tuvo éxito. El proceso recuperó agua limpia y fosfato al tiempo que redujo el volumen de aguas residuales en un 90%. Tampoco generó incrustaciones minerales claves que interfieran con las membranas. “Este proceso es muy prometedor y alentamos a los actores de la industria a examinar su potencial y aplicabilidad en sus fábricas”, concluyó Roy Bernstein, coinvestigador principal.

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