Burman regresa a la Berlinale con una serie que acompaña a un héroe en redención

Rescatistas de las Fuerzas de Defensa de Israel tras el atentado a la AMIA en Buenos Aires Foto ilustración: FDI vía Flickr CC BY-SA 2.0

El realizador argentino Daniel Burman regresa a la Berlinale para presentar su serie «Iosi, el espía arrepentido», la historia de «un héroe lleno de contradicciones y dilemas morales» que recorre un «complejo» y «extraordinario» camino de redención, explica el director.

La serie está basada en el libro homónimo de Miriam Lewin y Horacio Lutzky, que cuenta la historia real de Iosi (José Pérez), un espía de la policía que en la década de los 80 se infiltra en la comunidad judía de Buenos Aires con el objetivo de desarticular una supuesta conspiración para instalar un Estado judío en el sur de Argentina, llamado «Plan Andinia».

Sin que él lo supiera, estaba allanando el camino para dos devastadores ataques terroristas: los atentados con bomba contra la embajada de Israel en 1992 y contra el edificio de la AMIA en 1994.

La serie muestra a un héroe con «un montón de contradicciones y dilemas morales» que comenzó como un infiltrado con esta «idea antisemita» instalada, «muy común entre los servicios de inteligencia de aquella época en Argentina», y que «hace un camino extraordinario de redención», señala Burman.

Es un camino «complejo», agrega, como todos los caminos de redención, que «no son lineales, no son del mal al bien».

Como director o como autor, señala, «hay historias de todo tipo que quieres contar, pero algunas de ellas, y eso es un fenómeno que diría casi darwiniano, sobreviven a las otras; historias que cuentas porque no puedes dejar de contarlas», revela el realizador al explicar las razones que le llevaron a trasladar el libro a la pantalla.

Es una historia «extraordinaria», además, porque durante los más de veinte años de infiltración y en su «camino heroico» ocurrieron grandes hechos en la historia de Argentina, que si bien no son el centro de la historia, «son sucesos que básicamente están unidos por un hilo invisible que se llama impunidad», apunta.

La serie muestra esta construcción de la impunidad que durante más de veinte años atravesó Argentina y es una historia atravesada por elementos de la geopolítica internacional, indica.

«Muchas veces algunos países funcionan como el patio de atrás o la cocina donde se dirimen conflictos geopolíticos ajenos a esos países, como ocurre en Argentina y como ocurre también con el trafico de armas», afirma.

Según Burman, la impunidad que por muchos años fue parte del escenario en Argentina «hoy día ya no es soportada por la sociedad».

«Hay una sana reactividad hacia la impunidad que hace que sea un gran momento para vernos reflejados en esta historia», agrega.

El realizador opina que el antisemitismo es uno de esos temas que «son tan difíciles de tocar que no se tocan» y entonces no generan reflexión en la sociedad y «siguen existiendo».

En este sentido, construir este héroe que parte de una posición antisemita hacia un camino de redención y comprensión fue interesante en tanto que «la comprensión del otro es un fenómeno, una necesidad de nuestra existencia, también para conocernos a nosotros», indica.

«El antisemitismo, como todos los prejuicios, parte básicamente del miedo al otro. Lo contrario al miedo es el conocimiento», añade.

Burman, Oso de Plata en 2004 por «El abrazo partido» y rostro habitual del festival, ve en el estreno en la Berlinale de los tres primeros capítulos, que abren además la sección Berlinale Series en esta 72 edición del festival, «lo mejor de los dos mundos»: el del cine y el de las plataformas.

Se refiere así al hecho de hacer una serie para una plataforma global como Amazon, y saber que hay un día que millones de personas «van a poder verla al mismo tiempo en decenas de idiomas y van a poder acceder de manera muy democrática y global» y a la «experiencia cinematográfica con el público», que es «extraordinaria», en la Berlinale.

«No imaginaría un escenario más maravilloso para mí como autor, como cineasta, que lo que va a ocurrir hoy», dice a pocas horas del estreno en el festival.

Burman asegura que no siente una diferencia relevante entre hacer una película o una serie, como tampoco le importa si la trama va a ser exhibida en una sala de cine o en una plataforma, porque de lo que se trata es de «plasmar dentro de un rectángulo» una historia que emocione al espectador.

Cada sistema tiene «sus pros y sus contras» pero a él lo que le gusta es «contarle a alguien un cuento y que se conmueva», y el cine y las series son un «instrumento» para eso, añade.

«Evidentemente, la experiencia cinematográfica de la luz que se apaga y esa emoción que viene (…) obviamente es irreemplazable», concede. EFE

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