Ataques hutíes/iraníes a Emiratos en respuesta a las pérdidas en el campo de batalla del Yemen

Un soldado saudita de la Primera Brigada Aerotransportada conversa con un militar emiratí en Yemen Foto: Saudi88hawk Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0

Por el Dr. Jonathan Spyer

Ahora, es vital que tanto EE. UU. como Israel ofrezcan apoyo a la causa emiratí.

El movimiento hutí respaldado por Irán en Yemen (también conocido como Ansar Allah) lanzó dos misiles balísticos hacia los Emiratos Árabes Unidos (EAU) el 24 de enero, pero el ataque fue frustrado por los misiles interceptores Patriot, de fabricación estadounidense.

Un portavoz militar hutí anunció que habían disparado misiles balísticos Zulfiqar contra la base aérea de al-Dhafra que alberga a las fuerzas estadounidenses y otros «objetivos sensibles», según informó Reuters. El vocero añadió que también lanzaron drones contra Dubái.

El ejército estadounidense manifestó que había disparado misiles interceptores Patriot contra dos misiles y que el ejército de los Emiratos Árabes Unidos hizo esfuerzos similares.

No se reportaron muertos ni heridos. Hay alrededor de 2.000 militares estadounidenses estacionados en la base aérea de los Emiratos Árabes Unidos.

Aquel fue el segundo ataque de los hutíes a la capital emiratí en enero. Un ataque con drones el 17 de enero provocó la explosión de un tanque de combustible, lo que causó la muerte de tres trabajadores extranjeros (dos indios y un paquistaní). Los tres eran empleados de ADNOC, la compañía petrolera nacional de los Emiratos Árabes Unidos. El ataque anterior coincidió con el lanzamiento de un misil hutí en el sur de Arabia Saudita, en el que dos personas resultaron heridas.

Estos últimos ataques representan una escalada significativa derivada del enfrentamiento en curso en Yemen entre las fuerzas leales al gobierno del presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, apoyadas por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, y los hutíes respaldados por Irán.

[El canal] Al-Jazeera citó al ministro de Información hutí, Dhaifallah Qasim Saleh al-Shami, quien afirmó que el “ataque del 17 de enero dentro de los Emiratos Árabes Unidos es para darles una lección, para detener su participación en la coalición liderada por Arabia Saudita (en Yemen).”

La agresión de los hutíes contra los Emiratos Árabes Unidos sucede a los importantes avances logrados en las últimas semanas por el gobierno en el campo de batalla yemení, específicamente en la disputada provincia de Shabwa en el sur de Yemen. Los 17 distritos de Shabwa están ahora bajo el control de los Emiratos Árabes Unidos y las fuerzas gubernamentales apoyadas por Arabia Saudita.

Ubicada en el centro del país y contigua a la provincia de Marib, Shabwa es la tercera provincia más grande de Yemen. Su dominio otorga a las fuerzas gubernamentales el control de una gran parte de la costa sur de Yemen.

Además, la provincia de Shabwa contiene importantes yacimientos de petróleo y gas y tiene dos puertos disponibles para su uso en la exportación de energía. Uno de ellos, Balhaf, cuenta con una instalación de gas natural licuado. La ofensiva ahora parece continuar en la provincia de Marib, rica en petróleo, el principal territorio en disputa entre las dos partes. Al oeste de Marib se encuentra la provincia de Sanaa y la ciudad capital controlada por los hutíes.

Foto: Wikimedia/NordNordWest

Como indica la declaración de al-Shami, los últimos ataques deben verse como una respuesta de los hutíes/iraníes a estos logros y un esfuerzo por aumentar las apuestas hasta un punto en el que los Emiratos Árabes Unidos se dobleguen y abandonen su actual apoyo efectivo al eje anti-Irán en Yemen.

¿Cuál es la naturaleza de esta estrategia emiratí y qué explica el momento de la última escalada iraní/hutí? ¿Y cuál debería ser la respuesta occidental e israelí a los últimos ataques?

Estrategia actual de los Emiratos en Yemen: guerra a través de apoderados [proxies]

Como se informó ampliamente en los medios regionales e internacionales, los Emiratos Árabes Unidos retiraron sus fuerzas convencionales de Yemen a mediados de 2019. La retirada se produjo cuando Irán renovó la agresión contra los petroleros de bandera emiratí en aguas del Golfo y contra la infraestructura petrolera saudí. Además, los Emiratos Árabes Unidos intentaron reactivar el diálogo con Teherán durante el verano de 2019, y se informó ampliamente que la retirada del Yemen reflejaba este giro en la política.

Esta descripción de los hechos, sin embargo, era algo simplista. La retirada de los emiratíes fue parcial y, como ahora está claro, representó una transición desde el compromiso con una torpe estrategia de intervención directa liderada por Arabia Saudita hacia un enfoque más sofisticado de asociación y apoyo a las fuerzas locales.

El analista James M. Dorsey comprendió con precisión la naturaleza de la retirada de los Emiratos Árabes Unidos y la describió en agosto de 2019 como “un ajuste fino en lugar de un cambio en la determinación de los Emiratos Árabes Unidos de contener a Irán y desbaratar al islam político”.

Entonces, ¿con qué fuerzas yemeníes se han asociado los EAU?

Los EAU se han mantenido en estrecha colaboración con el Consejo de Transición del Sur (CTS), una organización que busca la reconstitución de la antigua República Democrática de Yemen del Sur (RDYS) y cuyo liderazgo se remonta a la élite de conducción de ese estado.

La histórica RDSY, por supuesto, era un estado fuertemente prosoviético, que era conocido principalmente por albergar a los grupos terroristas de izquierda en la década de 1970. Poco queda de esta orientación en la actualidad, pero el CTS es una estructura coherente y bien organizada basada en la población yemení del sur más modernizada.

En los últimos meses, el foco crítico para los Emiratos Árabes Unidos y sus fuerzas asociadas ha sido la provincia de Shabwa. Los efectivos de los Emiratos Árabes Unidos han estado involucrados directamente en el entrenamiento de una fuerza conocida como las Fuerzas de Elite Shabwani. Como sugiere su nombre, esta fuerza es reclutada entre la población de la provincia de Shabwa. Está comandada por Mohammed Salem al Qumishi. Compuesta por alrededor de 6.000 combatientes, esta unidad ha sido vista portando la bandera de la RDYS, según informó el New York Times en 2017.

Además, Abu Dabi ha respaldado a la Brigada de los Gigantes compuesta por 30.000 efectivos y comandada por el general de brigada Abu Zarah al-Mahrami. A su grupo original, entrenado y apoyado por las fuerzas armadas de los Emiratos Árabes Unidos, se unió más tarde la Resistencia Nacional (anteriormente la Guardia Republicana del régimen de Saleh en Yemen), comandada por el general de brigada Tariq Saleh, hijo del expresidente Ali Abdullah Saleh.

Muchos de los combatientes de la Brigada de Gigantes son salafistas. Pero también se debe destacar la composición del sur de Yemen de esta unidad y que, a nivel de mando, tiene buenas relaciones con el CTS.

En la provincia de Shabwa, Hadi nombró a un gobernador con buenas relaciones con el CTS y los Emiratos Árabes Unidos que resultó significativo. El jeque Awadh bin al-Wazir al Awlaki reemplazó a Mohammed Saleh Bin Adio. Este último es miembro del partido Islah, asociado a la Hermandad Musulmana. Se opuso a la influencia de los Emiratos Árabes Unidos y se asoció con los intereses saudíes. Su reemplazo sirvió para unificar las fuerzas asociadas a los EAU.

En una ofensiva lanzada a principios de enero, estas fuerzas expulsaron con éxito a los hutíes de la provincia de Shabwa con apoyo aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudita

Las fuerzas respaldadas por Irán se vieron obligadas a abandonar las áreas de Ain, Usailan y Bayhan y retirarse a las provincias cercanas de Bayda y Marib. La reconquista de Shabwa sirve para revertir la dinámica de la guerra en Yemen. Es probable que la próxima fase sea un esfuerzo por eliminar a los hutíes de la parte occidental de la provincia de Marib, ubicada directamente al este de la capital, Sanaa.

Los logros de Shabwa se producen después de que los hutíes se apoderaran de un barco emiratí frente al puerto de Hodeidah, alegando que transportaba armas.

Los avances logrados por las fuerzas asociadas a los Emiratos Árabes Unidos en Shabwa representan un giro significativo en la dinámica de la guerra en Yemen. Por lo tanto, no sorprende que los iraníes y sus aliados busquen revertir este proceso.

La operación Shabwa de 10 días es el resultado de una estrategia de asociación efectiva con las fuerzas locales de los Emiratos Árabes Unidos en el sur de Yemen. Desde un punto de vista ideológico, la asociación puede parecer extraña: los monárquicos de los Emiratos Árabes Unidos, los remanentes socialistas seculares de la RDYS, ahora organizados en el CTS, y los combatientes de base salafistas de las Brigadas de los Gigantes.

Sin embargo, desde este punto de vista, la alianza no es más improbable que la asociación de EE. UU. con las fuerzas asociadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la guerra contra ISIS [Estado Islámico], una asociación que también resultó ser un acuerdo exitoso y duradero.

Esta astuta asociación con las fuerzas locales es un elemento clave para el éxito de la contrainsurgencia. Los Emiratos Árabes Unidos parecen haber hecho avances considerables en este sentido durante la última media década.

Lo que sucederá en la siguiente fase es crucial. Es un interés apremiante para Occidente e Israel que los hutíes e Irán se mantengan fuera del sur de Yemen y, lo que es más importante, se les impida tomar el control del puerto de Hodeidah y más al sur del estrecho de Bab al Mandeb. El control de este último permitiría a Teherán asfixiar el tráfico marítimo entre el Golfo de Adén, el Mar Rojo y el Canal de Suez.

La cobertura occidental de la guerra de Yemen ha tendido a centrarse en el tema humanitario. Si bien esto es sin duda importante, no significa que los problemas estratégicos dejen de ser urgentes. Es imperativo que la causa del Gobierno en Yemen no sea derrotada.

Indignados por los recientes logros del gobierno, los iraníes buscan intimidar a los Emiratos Árabes Unidos para que cambien de rumbo. En este momento, es vital que tanto EE. UU. y, a través de canales más discretos, Israel ofrezcan apoyo explícito a la causa de los Emiratos Árabes Unidos.

El regreso de los hutíes a la lista estadounidense de organizaciones terroristas y la reanudación del apoyo activo a los esfuerzos de la coalición en Yemen serían unos primeros pasos útiles.

Fuente: JISS – The Jerusalem Institute for Strategy and Security

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