Ante Pavelić, antisemita croata fundador de Ustacha (rebeldes)

24 enero, 2023 ,
Pavelić (izquierda), junto al ministro de Exteriores alemán Ribbentrop, en Salzburgo, 6 de junio de 1941. El beneplácito alemán fue crucial para que Pavelić obtuviese el poder en el nuevo NDH (Estado Independiente de Croacia, del croata Nezavisna Država Hrvatska). - Foto: Wikipedia - CC BY-SA 3.0 de

Político y dictador croata, líder y miembro fundador del grupo Movimiento Revolucionario de Levantamiento Croata, Ustacha (en español, rebeldes o alzados) en la década de 1930

En su juventud se hizo miembro del Partido Puro por los Derechos,​ (partido ultranacionalista y contrario a la paz con los serbios). En 1918 fue elegido secretario del partido.

En 1922 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Zagreb y en 1927, diputado del Parlamento nacional yugoslavo.​ Fue uno de los dos únicos representantes de su partido en el parlamento de Yugoslavia​ pero asistía raramente a sus sesiones y, cuando decidía hacerlo, se apoltronaba en su banca y solo irrumpía ocasionalmente con una larga arenga de protestas contra las medidas que no aprobaba. Abogó con vehemencia por la independencia de Croacia con respecto a Yugoslavia.

Ante Pavelić – Foto: Wikipedia – Dominio Público

En 1927 fue reelegido concejal. Declamó allí su primer discurso notable, llamando a todos los diputados croatas a unirse en la consecución de la independencia de Croacia. En el verano de ese año ya comenzó sus contactos con la Italia fascista sobre el “problema” croata, presentando una memoria al Ministerio de Exteriores de Roma, en la que planteaba la independencia y creación de un estado independiente en Croacia, con ayuda italiana.

Ante se destacó en su partido por la crudeza de su discurso antiserbio y proindependentista. Gracias a esto muchos fanáticos se afiliaron al Partido Puro.

Poco después el rey Alejandro I de Yugoslavia declaró una dictadura, y el 19 de enero de 1929,​ Pavelić, ya destacado opositor y paladín de la independencia croata, huyó a Viena burlando la vigilancia policial​ y fue condenado posteriormente a muerte​ por rebeldía en Belgrado tras participar en las manifestaciones antiserbias organizadas en Sofía por los rebeldes búlgaros y macedonios,​ en abril de 1929, en las que firmó un manifiesto antiyugoslavo.​ Pavelić y otro de sus asociados fueron condenados por la ley de protección del Estado, al considerárseles culpables de alta traición y sedición

Poco después fundó la organización nacionalista Ustacha (los “alzados“ o “insurrectos“), con ayuda italiana.​ Con subsidios de Italia y una pequeña red de colaboradores de su antiguo partido comenzó a formar su nueva organización;​ ya había ofrecido a Italia concesiones territoriales en la costa dálmata y Bosnia-Hercegovina a cambio de su apoyo. ​

Hitler y Pavelić el 9 de junio de 1941. El continuo respaldo de Hitler permitió a Pavelić mantenerse en el poder en Croacia y enfrentarse a la creciente hostilidad del Gobierno de Roma, de los mandos militares italianos y alemanes y de la oposición interna, cada vez mayor. – Foto: Wikipedia – Dominio Público

Tras el relevo del primer ministro Milan Stojadinović a comienzos de 1939, Mussolini volvió a sopesar la idea de reactivar a los ustachas, reuniéndose con Pavelić en enero de 1940 y de nuevo en mayo.​ La oposición alemana a los planes italianos contra Yugoslavia frustraron la reunión de los ustachas hasta abril de 1941.​ Tras la decisión alemana de atacar Yugoslavia después del golpe de Estado del 27 de marzo de 1941, Pavelić volvió a reunirse con Mussolini y a confirmar su disposición a ceder parte de Dalmacia a Italia a cambio de su apoyo para tomar el poder en una Croacia independiente, cesión que ocultó a sus partidarios, opuestos a estas.​ El 6 de abril de 1941, fuerzas de la Wehrmacht y otros países aliados invadieron Yugoslavia.​ Entonces regresó junto con unos trescientos de sus partidarios junto a las tropas italianas que invadían el país;​ cruzó la frontera desde Trieste junto con sus seguidores venidos de Pistoia el 13 de abril. Otros trescientos ustachas volvieron a Croacia junto con los demás ejércitos invasores. Su única aportación destacada a la campaña del Eje fue la rendición de dos regimientos yugoslavos (unos 8000 hombres) que entregaron las armas sin combatir.

El 10 de abril, se proclamó el nuevo Estado Independiente de Croacia, dirigido por Pavelić​ y controlado de facto por Alemania e Italia, cuyas instituciones reprodujo. Pavelić había alcanzado el poder por el rechazo del principal político croata, Vladko Maček, dirigente del Partido Campesino Croata, a encabezar un Gobierno títere del Eje, y gracias a la invasión de Yugoslavia por este.​ Pavelić tomó el puesto de primer ministro y se reservó también el de ministro de Exteriores del nuevo país en el nuevo Gobierno formado el 16 de abril.​ Había regresado a Zagreb el día anterior, tras entrevistarse con representantes alemanes e italianos.​ Al día siguiente, el 17, declaró la guerra a Gran Bretaña e hizo más tarde lo mismo con los Estados Unidos y la Unión Soviética. En mayo viajó a Italia para firmar los Tratados de Roma, que establecieron las relaciones formales entre los dos Estados y sellaron la cesión de parte de Dalmacia a Italia. ​

Acciones del régimen

El programa de limpieza étnica de Ante Pavelić fue planificado por Eugen Dido Kvaternik y organizado por el ministro del Interior Andrija Artuković, mientras que Vjekoslav Luburić se encargó de la ejecución. La dictadura de Pavelić persiguió a judíos, serbios, gitanos y a la oposición croata (sobre todo a la comunista).​ Después de haber promulgado leyes antisemitas, abrió al menos 25 campos de concentración y de exterminio como el campo de exterminio de Jasenovac, donde fueron asesinadas alrededor de 600.000 serbios de confesión cristiana ortodoxa que no quisieron convertirse al catolicismo, judíos y gitanos. Fueron asesinados también cientos de sacerdotes serbios, así como fueron destruidas la mayoría de las iglesias ortodoxas en territorio croata. Mientras que las medidas contra judíos y gitanos fueron fomentadas por los alemanes, estos no respaldaron los ataques contra la minoría serbia ortodoxa, que favorecían el crecimiento de las fuerzas partisanas.​ La mayor parte de las atrocidades del régimen las cometieron los antiguos exiliados junto a Pavelić, a menudo de origen humilde, de regiones pobres y de población mezclada con otras comunidades, que habían regresado al país llenos de odio y sedientos de venganza. Las tropelías de los ustacha superaron en brutalidad incluso a las de los nazis: el comisario nazi en Croacia, Herman Neubacher, definió las bestialidades ustachas como “el crimen más feroz de la historia, que solo se puede comparar con el infierno de Dante”.​

En contraposición al marcado antisemitismo del régimen, no se desarrolló una actitud hostil hacia los musulmanes, a los que trató de ganarse para su causa y a los que consideró parte de la nación croata. Pavelić siempre se dirigía a sus tropas calificándolas como católicas y musulmanas y recordaba a menudo sus primeros años de escuela, donde todos sus compañeros eran musulmanes.​

El Ejército del Estado Independiente de Croacia combatió, junto a las fuerzas del Eje, a la resistencia de Tito (partisanos comunistas) y a los chetniks (nacionalistas serbios),

Las relaciones entre Pavelić y la Iglesia católica fluctuaron: satisfecha esta al comienzo por la proclamación de la independencia, pronto censuró las atrocidades del régimen. Fueron numerosos los roces entre Pavelić y el arzobispo de Zagreb, Aloysius Stepinac. Las relaciones con el Vaticano fueron muy tensas, aunque nunca llegaron a romperse. El historiador Deschner sostiene, en cambio, que el apoyo de la Iglesia católica al régimen de Pavelić nunca decayó. Según este autor probarían este apoyo, entre otras cosas: el silencio del papa ante los crímenes del régimen, que no fue tal en cuanto subió Tito al poder; las bendiciones papales a Pavelić, incluso a su muerte; el trato cordial o incluso preferente de la curia y del propio papa hacia los altos cargos ustacha; el visible apoyo al régimen de parte del episcopado croata, con obispos y clérigos que escaparon del país junto con Pavelić; y la participación directa de muchos clérigos, especialmente franciscanos, en las matanzas de serbios. ​

La desilusión con Pavelić y su régimen apareció pronto. El primer gran desprestigio del movimiento fue la publicación del acuerdo de Roma del 18 de mayo de 1941 por el que Pavelić cedía a Italia casi toda Dalmacia, gran parte del Primorje y una sección de Gorski-Kotar, regiones todas ellas con una abrumadora población croata y una insignificante población italiana.​ Las persecuciones de las minorías tampoco fueron vistas con buenos ojos por la mayoría de la población, que consideraba les ponía en riesgo de represalias.

Otro motivo para el desprestigio del régimen de Pavelić fue la mala situación económica del nuevo país. Este debía pagar los costes de las tropas alemanas estacionadas en su territorio y parte del de las italianas; además Italia le había privado de la mayor parte de su costa y de su industria de astilleros, Hungría de sus regiones agrícolas más desarrolladas, mientras que pronto los partisanos pasaron a controlar el campo, los recursos forestales y las comunicaciones.​ La población urbana, principal grupo aún bajo control del régimen, se veía oprimida por las necesidades económicas de este, mientras muchos pasaban verdaderas penurias y hambruna. ​

En el verano de 1944, ante el empeoramiento creciente de la situación, dos de los ministros de Pavelić se confabularon para retirarle del poder y establecer contactos con los Aliados y evitar la caída del país en manos de los partisanos comunistas. Con el respaldo alemán y de los ustacha más radicales, Pavelić sofocó la intentona y ejecutó a los cabecillas.Su régimen permaneció fiel a los alemanes hasta su derrota final.

En ocasiones, soldados italianos incluso intervinieron para salvar a una parte de la población serbia de la ciudad de Knin de la aniquilación completa. En 1945, los ustachas fueron derrotados por el Ejército Rojo, lo que supuso el fin del terror ustacha.​ Tras la derrota de Alemania en la guerra, en mayo de 1945, un ejército compuesto por 150.000 soldados croatas al mando de fuerzas alemanas intentó vanamente ofrecer la última resistencia en Croacia al ejército yugoslavo. Después de su capitulación, Pavelic abandonó Croacia, refugiándose temporalmente en Austria e Italia. La mayoría de sus seguidores fueron muertos en combate o ejecutados tras la derrota.

Pavelić en Argentina, tras el atentado contra su vida en 1957. – Foto: Wikipedia – Dominio Público

El 6 de mayo de 1945, huyó de Zagreb a Austria,​ donde permaneció algunos meses antes de huir a Roma,​ donde la Iglesia católica lo ocultó a pesar de su condición de criminal de guerra (como se prueba en documentos desclasificados de la inteligencia de los Estados Unidos). Detenido brevemente por los británicos en Austria, fue liberado.​ El centro de ayuda a los exiliados ustachas en Italia fue el Colegio de San Girolamo degli Illirici, dirigido por croatas. ​

Llegó a la capital italiana en 1946, disfrazado de monje y con pasaporte español. Durante ese año y el siguiente residió en el Colegio de San Girolamo y en otros lugares de la ciudad.Los servicios secretos estadounidenses sabían que residía en Roma pero no estaban interesados en la detención de ningún anticomunista de zonas del este de Europa, debido a la creciente tensión con el bloque soviético. Tras sopesar su arresto, la posible pérdida de las simpatías de los emigrados ustachas hizo que las autoridades militares desistiesen de arrestarlo.Seis meses más adelante, en noviembre de 1948, ​ huyó a Argentina,​ en el vapor italiano Sestriere.. Mantuvo durante la guerra una extensa relación epistolar con el Arzobispo de Buenos Aires Monseñor De Andrea, logrando con ayuda del Vaticano conseguir documentos falsos con pasaporte de identidad emitido por la Cruz Roja tomando la identidad de un siciliano judío que huía de Italia, con ayuda de De Andrea logró entrar al país bajo una falsa identidad que permitió eludir los controles migratorios.

En abril de 1957 el Gobierno del mariscal Josip Broz Tito intentaría en dos oportunidades asesinarlo por medio de los servicios secretos yugoslavos.​ Aunque este hecho es discutido, sobre todo por su hija que mantiene la autoría del atentado por compatriotas para arrebatarle el control del exilio croata.Pavelić huye de Argentina para evitar la detención y la extradición encontró refugio en España, siendo acogido por el franquismo​ que bajo la dictadura de Francisco Franco albergaba entonces a otros muchos exiliados fascistas y nazis de diferentes países.​ Murió por complicaciones derivadas de las heridas sufridas en el atentado, en el ostracismo, en un hospital alemán en Madrid el 28 de diciembre de 1959. ​ Está enterrado en el cementerio madrileño de San Isidro.

Fuente: Wikipedia

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