A principios de noviembre pasado, en horas de la madrugada, un terrorista palestino arribó a Efrat, en el bloque de asentamientos Gush Etzíon, en Judea (sur de Cisjordania), al sur de Jerusalén, con la intención de perpetrar un ataque.
Empero, cuando trató de abrir fuego, su fusil de asalto M-16 se trabó, por lo que se vio obligado a huir sin haber cumplido su misión.
Tras una intensa persecución, tropas de la Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y la Guardia de Frontera localizaron al decepcionado agresor un día después del incidente.
Durante su interrogatorio, el jihadista reveló que era integrante de una célula de Hamás, y que el grupo pretendía celebrar con un hecho de sangre el trigésimo cuarto aniversario de su fundación.
La información recopilada permitió a las fuerzas de seguridad detener en las semanas siguientes a una amplia red de la organización terrorista islámica, compuesta por 34 miembros, en la urbanización de Sufit, al noroeste de Hebrón. La localidad cisjordana a de Sufit se encuentra dentro de la zona controlada por la Autoridad Palestina.
En los operativos de arresto participaron fuerzas especiales de las FDI, entre ellas la Unidad 127 de combatientes encubiertos conocida como “Dubdevan” y el grupo de contraterrorismo LOTAR, junto con efectivos la Guardia de Frontera y soldados de infantería regular.