Trump pierde asesores y apoyo del partido por su reacción a Charlottesville

Donald Trump Foto: Casa Blanca vía Facebook

El presidente de EE.UU., Donald Trump, disolvió dos consejos de asesores que habían perdido integrantes por su polémica reacción a la violencia en Charlottesville, mientras más líderes de su partido criticaban la «equivalencia moral» que estableció entre los neonazis y los manifestantes de izquierda.
La decisión de Trump puso fin al Consejo de Fabricantes Estadounidenses, que había sufrido un éxodo gradual debido a la ambigua respuesta del mandatario a lo ocurrido en Virginia, y al Foro de Estrategia y Política, cuyos integrantes habían decidido renunciar en masa a sus cargos.

«En lugar de presionar a los empresarios del Consejo de Fabricantes Estadounidenses y el Foro de Estrategia y Políticas, voy a acabar con ambos. ¡Gracias a todos!», tuiteó Trump.

Aunque los consejos de asesores son órganos externos que generalmente desempeñan un papel meramente simbólico, la disolución de los dos principales foros empresariales que daban recomendaciones a Trump supone un golpe para un presidente que ha prometido reactivar la economía y beneficiar a las compañías de EE.UU.

Siete miembros del Consejo de Fabricantes Estadounidenses lo abandonaron, entre ellos los líderes de compañías como Intel, Merck, Under Armour y el presidente de la mayor federación de sindicatos del país, AFL-CIO.

En ese consejo quedaban aún una quincena de integrantes, incluidos representantes de gigantes estadounidenses como Boeing, General Electric, Dow Chemical, Lockheed Martin y Johnson & Johnson.

En cuanto al Foro de Estrategia y Política, sus miembros mantuvieron una conferencia telefónica y decidieron abandonar en masa el grupo de empresarios. Minutos después de que esa noticia se filtrara a los medios, Trump emitió el tuit en el que anunciaba la disolución de ambos consejos.

Trump evitó hacer más comentarios sobre la violencia en Charlottesville, y solamente destacó el servicio religioso que hoy se celebró en memoria de Heather Heyer, la joven que murió atropellada por un neonazi.

«Hoy hay un servicio en memoria de la preciosa e increíble Heather Heyer, una joven verdaderamente especial. ¡Será recordada durante mucho tiempo por todos!», escribió Trump en Twitter.

Durante el servicio religioso en Charlottesville, la madre de la víctima, Susan Bro, dijo que al acabar con la vida de su hija los neonazis «trataron de que callara», pero con su muerte «solo la han magnificado».

Mientras los demócratas criticaban a Trump por el impulso que dio a los supremacistas blancos con sus comentarios, en los que atribuyó la misma culpa a los neonazis que a quienes protestaban contra ellos, aumentaron también las reacciones entre los líderes del partido del mandatario.

Los dos ex presidentes republicanos de EE.UU. que siguen vivos, George H. W. Bush (1989-1993) y George W. Bush (2001-2009), emitieron un comunicado en el que llamaban a «rechazar la intolerancia racial, el antisemitismo y el odio en todas sus formas».

Varios legisladores republicanos criticaron las declaraciones de Trump, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y los senadores John McCain y Marco Rubio.

A ellos se sumó el líder republicano del Senado de EE.UU., Mitch McConnell, quien en las últimas semanas se ha distanciado de Trump y que tardó más de 17 horas en reaccionar a sus declaraciones.

«No podemos tener ninguna tolerancia con una ideología de odio racial. No hay neonazis buenos, y aquellos que comparten sus ideas no apoyan los ideales y libertades estadounidenses», dijo McConnell en referencia a la afirmación de Trump de que entre quienes acudieron a la marcha en Charlottesville había «gente buena».

Más duro fue el senador republicano Lindsey Graham, quien advirtió a Trump de que sus palabras «están dividiendo a los estadounidenses», y rechazó que haya una «equivalencia moral» entre los supremacistas blancos y los contramanifestantes.

Las críticas se han colado incluso en la Casa Blanca: el diario The New York Times informó de que uno de los principales asesores del mandatario, el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, que es judío, está «profundamente molesto» y «disgustado» por el tema, aunque no planea abandonar su cargo. EFE

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11 thoughts on “Trump pierde asesores y apoyo del partido por su reacción a Charlottesville”
  1. el partido republicano ya debe empezar a prepararle la jubilacion anticipada al gran donald……la primera potencia mundial de la que depende la seguridad.la economia y la estabilidad no solo de usa si no de todo el mundo……..no puede continuar en manos de semejante irresponsable.

  2. No tienen un mínimo de liderazgo, el líder no se forma con poder ex pureo, ni con plata, deben tener un mínimo de nobleza de base, como Mashemoc Macri, en Argentina, robo a Cristina el 40% del electorado, lacras, Cristina es una líder de verdad, estos son lacras, con poder,fugaz.

    1. CRISTINA UNA LÍDER DE VERDAD? ES SOLO UNA RATA MAS DE LOS ZURDOS, CREADA POR SU ESPOSO, QUE ERA PEOR QUE ELLA…TAN BUENA ES, QUE MANDO MATAR A NISMAN PORQUE LA IBA A PONER EN EVIDENCIA…

  3. Por mas animadversión que se pueda tener por un ‘progresista’, no es equiparable a un nazi. Ya Hayek decía que lo mas reputado y brillante de una sociedad se inclina por el socialismo, mas por ignorancia económica, que por odio o un fin malvado. Incluso el fue un militante socialista. Muy distinto al materialismo zoológico nacional-socialista, el cual su única que tesis es el odio irracional hacia las razas y culturas que no son idénticas a la suya ( no tiene en su acervo un pensador filósofico de peso ni mucho menos una mente brillante en economía y es por eso la dificultad de los legos y neo-nazis en explicar su doctrina económica). Es el instinto animal en traje Hugo Boss. Claro que el socialismo descansa sobre millones de almas y es un error intelectual, pero su basamento no es el odio y la destrucción.

  4. Pero hayek, repudio el socialismo que profesaba en su juventud, al conocer a su prof Von Mises.Adelante Trump, a conbatir los ataques del nazismo-comunismo, aliados en la actualidad,como en el pasado.

  5. DONALD TRUMP
    Charlottesville aleja a Trump de su partido, pero por ahora no de sus votantes
    Un 64% de los republicanos apoya la posición equidistante del presidente sobre los disturbios raciales. Romney pide una disculpa pública al mandatario

  6. El presidente desató una tormenta política cuando equiparó a supremacistas blancos y manifestantes antifascistas durante los enfrentamientos en la ciudad, donde un neonazi atropelló mortalmente a una manifestante en una marcha contra la extrema derecha e hirió a 19 personas. Nadie apoyó públicamente las palabras de Trump, excepto destacados supremacistas blancos.

    La cúpula del Partido Republicano, expresidentes conservadores, los grandes empresarios que le asesoraban y hasta altos cargos militares censuraron al magnate inmobiliario. En un reflejo del sentir en los círculos republicanos, Bob Corker, un destacado senador cercano a Trump, cuestionó el jueves la “estabilidad y competencia” del mandatario. Y el viernes Mitt Romney, candidato republicano en las presidenciales de 2012, instó a Trump a disculparse por su posición equidistante respecto a los disturbios en Charlottesville. “Fuera intencionado o no, lo que comunicó alegró a los racistas, hizo llorar a las minorías y puso en estado de luto a la inmensa mayoría del corazón de América”, escribió en Facebook el exgobernador de Massachusetts.

    Pero los guiños racistas en la enésima crisis de su corta presidencia apenas dañan a Trump entre sus fieles. La mayoría de votantes republicanos coinciden con la tesis del presidente de que tanto la extrema derecha como los contramanifestantes son responsables de la violencia racial en Charlottesville. Un 64% de republicanos tiene esta opinión, según una encuesta del jueves de SurveyMonkey. Un 18% cree que la extrema derecha es más responsable y un 17%, los antifascistas.

    Entre los votantes demócratas e independientes, la inmensa mayoría culpa de los disturbios a la extrema derecha. Si se hace una media de todos los adultos consultados, el 46% responsabiliza a los racistas, el 40% a ambas partes y el 9% a los antirracistas.

    George C. Edwards, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Texas A&M, subraya que Trump ha logrado mover al Partido Republicano hacia posiciones más extremas, por ejemplo en inmigración. “Eso no le gusta al establishment republicano, pero el establishment representa solo una parte del partido, que con Trump se ha situado mucho más alrededor de la clase trabajadora blanca”, dice por teléfono el experto en historia presidencial.

    Edwards recuerda que la reforma sanitaria fracasó en el Congreso por las divisiones republicanas que impidieron sumar los votos necesarios, pero enfatiza que un 90% de los legisladores conservadores votaron a favor de la propuesta de Trump. Del mismo modo que la mayoría de votantes mantienen un sólido respaldo al presidente.

    La fractura entre Trump y el aparato republicano ha crecido, pero no es insólita. “Transferimos el poder de Washington a vosotros, el pueblo americano. El establishment se protegió a sí mismo, pero no a los ciudadanos de este país”, proclamó el 20 de enero al jurar el cargo.

    El cese, el viernes, de Steve Bannon, el estratega jefe de la Casa Blanca, ubicado en el extremo ideológico de los conservadores, es una victoria del establishment y una derrota del espíritu más rupturista del presidente.

    Trump se presentó a las elecciones como el gran negociador y el antipolítico, pero en sus siete meses de presidencia no ha logrado ningún éxito legislativo. El mandatario no esconde su frustración pero se defiende, sugiriendo que la culpa es de otros. La investigación a los lazos de su entorno con Rusia es la “mayor caza de brujas de la historia” y es responsabilidad, entre muchos, de su fiscal general. Cualquier información crítica con su presidencia es una “noticia falsa” de la prensa. Y el naufragio de su propuesta de reforma sanitaria es resultado de la incompetencia del Congreso.

    Este último frente de ataque se agudizó la semana pasada, cuando Trump atacó al líder republicano del Senado, Mitch McConnell. La ofensiva empezó en Twitter y se redobló en declaraciones públicas, en las que el presidente llegó a sugerir que McConnell debería dimitir si en los próximos meses no logra la aprobación de ninguna de las iniciativas estrella de Trump, como una reforma sanitaria, fiscal o de infraestructuras.

    Lo que parece obviar el presidente son los riesgos de su retórica contra McConnell, arquetipo del aparato republicano y sabio conocedor de los pasillos del poder de Washington. “No es común. Los presidentes normalmente no critican públicamente a gente de la que dependen enormemente, como Trump con McConnell”, dice el experto Edwards.

    El historiador subraya que Trump y McConnell comparten objetivos, por ejemplo en su deseo de acabar con la reforma sanitaria de Barack Obama y bajar impuestos. Pero advierte de que el líder del Senado es mucho más reticente a apoyar grandes propuestas de gasto de Trump, como su paquete de inversión en infraestructuras o su promesa de levantar un muro fronterizo con México. En esos asuntos es donde enemistarse con McConnell —marido de Elaine Chao, secretaria de Transporte de Trump— puede ser un error fatal del presidente si pretende hacer avanzar su agenda legis

  7. Ojo, no hablar mal de Presidente Trump. Está haciendo por Israel lo q´ quizás no lo hizo otro mandatario antes en EE UU. No pasarse de «vivo».

  8. Lo q´pasa es algún estúpido se le ocurrió q´ el monumento era ofensivo por ser un sudita. Y q´ había q´ sacarlo. ¡ Estúpido!Entonces lo q´hizo ISIS en Palmira ¿está bien IMBÉCILES?

  9. El número de los criticones es enorme. Che, basta de criticar a Trump. No se sumen-menos en Israel, menos los judíos- a la horda de cerdos contra ese hombre público.

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