El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden con la cual pone fin al proceso de separación de los niños de sus familias después de que sean detenidos cruzando ilegalmente la frontera estadounidense.
Fue un cambio radical para Trump, quien ha insistido, erróneamente, en que su administración no tuvo más remedio que separar a las familias detenidas en la frontera debido a la ley federal y una decisión judicial.
Las noticias de los últimos días han estado dominadas por imágenes abrasivas de niños encerrados en jaulas en instalaciones fronterizas, así como grabaciones de audio de niños llorando por sus padres, imágenes que han desatado la furia, la moralidad y la preocupación de los republicanos por un impacto negativo en sus carreras en las elecciones de mitad de período de noviembre.
Los abogados del Departamento de Justicia han estado trabajando para encontrar una solución legal para un acuerdo de demanda colectiva anterior que establece políticas para el tratamiento y la liberación de niños no acompañados que son atrapados en la frontera.
Aún así, es probable que la orden de Trump crea un nuevo conjunto de problemas que impliquen la duración de la detención de las familias y puede provocar una nueva pelea en la corte.
Melania Trump, esposa del presidente, hacía tiempo que ella se esforzaba en hacer todo lo posible para ayudar a las familias a permanecer juntas, ya sea trabajando con el Congreso o actuando por su cuenta.
Que las familias permanezcan juntas, obedece al sentido común y, salvo cuestiones de abuso familiar, es un derecho humano universal, es decir, está por encima de cualquier ley nacional.