Guefilte Fish. Foto: Ilustración Wikipedia

La diversidad de los platos judíos
Isaac Lupa
Soy una persona que desde que me retiré de trabajar tengo varios hobbies como pintura, escultura, cocina, y escritura.
En esta ocasión, mi hija me prestó un libro de cocina diferente e interesante, diferente a libros de cocina, un libro con sentimientos y recetas, ya que no se puede llamar un libro de recetas especiales, no es un libro de uno de los cocineros famosos, israelíes o internacionales, no es un libro que le va a enseñar muchos secretos de cocina, o comidas que no se conocían.Todo lo allí expuesto lo hemos probado en alguna ocasión, como todo guiso, puede haber gustado más o menos.
Me refiero al libro “La Abuela cocinó como gourmet” en el cual señoras de la tercera edad, la mayoría sobrevivieron el Holocausto, otras simplemente pasan los 80 años, cocinan al lado de los cocineros más famosos de Israel, además de que casi todas las recetas fueron hechas como la abuela las hacía hace muchos años, en los lugares donde nacieron, la misma receta la cocina el chef en su estilo, aunque sea el mismo plato, terminado no se ven iguales, y estoy seguro que el sabor es diferente ya que la abuela en Polonia, Rumania, Alemania, etc. no conocía todos los ingredientes que han entrado en la cocina moderna en los últimos 20 años. Hay que reconocer que todos los cocineros hicieron su trabajo como voluntarios, ya que el productos de la venta de estos libros va para la organización “Shorashim” –Raíces – para la ayuda de gente mayor que no tiene posibilidades.
Lo interesante es la relación que se formó entre las señoras y señores de la tercera edad y los cocineros, se ve cómo para nuestras madres la cocina era una parte muy importante de la vida.
Algunos de los platillos fueron cocinados con dedicación y con amor para las cenas del viernes o de las diferentes fiestas.
Entre las recetas se puede ver cuántas diferentes formas hay para preparar “guefilte fish”, pescado relleno, además que no es el mismo sabor en Rusia que en Polonia, asimismo de un pueblo a otro también cambian los sabores en la cantidad de pimienta o de azúcar que se le pone.
Estos sabores los podemos ver aún hoy si se compra el guefilte fish congelado en Bnei Brak: lo hay de diferentes sabores.
También se puede ver la cantidad tan diferente que hay para tratar a los fideos empezando por el famoso Kuguel, lo hay salado, o dulce, de este existen varios tipos.
En la actualidad hay otras novedades en el Kuguel, ya que se le pone queso, por las diferentes clases de queso los sabores son diferentes, a otros tipos de Kuguel el sabor se los da la cebolla frita.
Mencioné al principio que yo cocino, varios de los platillos que cocino vienen de la cocina de mi mamá, pero en ningún momento he podido llegar a sus sabores, que siempre han estado en mi paladar. Cuando yo empecé a cocinar, mi mamá ya no estaba en este mundo, no podía preguntar cómo cocinaba, y cuánto amor ponía en cada plato. Para terminar, no podemos olvidar la penicilina judía, un caldo verdadero de pollo con menudencias y fideos para curar infinidad de enfermedades.

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