El Kurdistán iraquí rechaza la ley seca de Bagdad

6 noviembre, 2016
Bazar en Erbil Foto: Leviclancy Wikimedia CC BY-SA 4.0

La región autónoma del Kurdistán iraquí, con amplias competencias propias, no adoptará la reciente ley aprobada por el Parlamento iraquí que prohíbe la importación, fabricación y venta de alcohol en el país. Sus vecinos lo celebran.

«Aquí tenemos total libertad para hacer lo que queramos, en Bagdad, no. Allí no podría abrir esta tienda, me matarían o harían explotar el negocio», dice Serbas Aisar Kutir, propietario de una licorería en Erbil de confesión yazidí, una minoría kurda cuya religión se basa en el zoroastrismo.

El negocio, afincado en el acomodado barrio de Ankawa de la capital del Kurdistán iraquí, de mayoría cristiana, no se esconde, sino todo lo contrario. Grandes carteles publicitarios anuncian la cerveza y el whisky que se bebe en el interior.

Eso sí, el cliente, cuando compra sus botellas, se las lleva, como en la mayoría de los países árabes donde se vende alcohol, en una bolsa opaca y negra.

La razón detrás de este detalle puede estar en que muchos de los clientes son musulmanes, cuya aplicación estricta de los preceptos religiosos prohíbe beber alcohol, por lo que prefieren esconderlo.

Media docena de clientes musulmanes que se encontraban en el local comprando bebidas alcohólicas rechazaron valorar la decisión tomada por la Asamblea Legislativa o hacer declaraciones al respecto.

Kutir, de 28 años, explica que la razón por la que en el Parlamento central, en Bagdad, han prohibido el alcohol es «porque dicen que es ‘haram’ (pecado, en árabe)».

Sea cual sea la razón, la realidad es que los ciudadanos que no cumplan la ley en el resto del país deberán abonar una multa no inferior a 10 millones de dinares iraquíes (8.460 dólares) y no superior a 25 millones (21.150 dólares), según la normativa.

Sin embargo, para Kutir, «los musulmanes son libres de beber o no beber (alcohol), es algo personal».

De la misma opinión es Marsel Muafaq Siaus, de 18 años, cliente cristiano de otra tienda de venta de alcohol en el mismo barrio.

Para él, la decisión de la Cámara de Bagdad «es una cuestión política, pero es una mala decisión porque la gente debería ser libre para decidir si quieren beber (alcohol) o no».

El joven cliente no cree que una ley así se pueda aprobar un día en el Kurdistán, ya que, según él, en esta región autónoma «la gente tiene la mente abierta, no quieren hacer de esto un tema político».

Así lo piensa también Martein, un holandés de 21 años que trabaja en un restaurante en Erbil y que ve el Kurdistán «casi como otro país».

«En Bagdad no lo sé, pero en el Kurdistán hay mucha gente buena a la que le gusta relajarse después del trabajo con una bebida, así que creo que sería malo que lo prohibieran aquí también. Aquí está bien relajarse con alcohol (…) en mi opinión es un poco más divertido», señala.

Aparte de las licorerías, en el barrio de Ankawa, también abundan los bares, que tampoco esconden su comercio con alcohol.

En uno de ellos, el Layale Qamar (Noches de Luna) trabaja como camarero Sherif Bashar, un yazidí de 28 años que también piensa que la vida en el Kurdistán es muy diferente a la del resto del país.

«Especialmente, desde 2003 (cuando Estados Unidos invadió el país), la región del Kurdistán es cada vez más libre, la gente viene aquí a divertirse», indica.

Además, se muestra sorprendido por la nueva regulación aprobada en la capital del país, ya que «todo el mundo sabe que en Irak se bebe alcohol desde hace mucho tiempo y no ha estado prohibido».

Asimismo, se muestra contrario a la nueva ley porque, según él, «la gente consumirá más drogas, como hachís».

Pese a sus recelos ante esta decisión del Parlamento de Bagdad, Sherif reconoce que a los que se dedican al negocio del alcohol en el Kurdistán les ha venido bien la nueva ley.

Desde el pasado 23 de octubre, cuando se dio luz verde a la normativa, «empezamos a recibir más clientes árabes de Bagdad (en alusión al resto del país). Quieren venir aquí porque se sienten más libres para hacer lo que quieran». EFE

 

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One thought on “El Kurdistán iraquí rechaza la ley seca de Bagdad”
  1. Que el alcohol sea buen depende de la cantidad consumida y es evidente que son muchos los que abusan, incluidos los menores de edad, y hasta hace unos días murió una niña de 12 años en España, que es el país donde más cultura de la borrachera existe. Ahora bien, tampoco es de recibo volver a los tiempos de la prohibición, que se aprobó por la mojigata y rancia sociedad cristiana y que fue un fracaso. En cuanto a las drogas se podría decir exactamente lo mismo, incluso el hachís y la marihuana consumidos con moderación y con control de calidad serían mucho menos nocivas que el alcohol, pero por alguna razón desconocida alguien o algo dice que no es así, excepto en algunos estados de EE.UU, Uruguay, Holanda donde se permite su consumo en determinadas circunstancias. En los países musulmanes no se permite el alcohol y no está el patio para decirles que están en otra época o mundo milenario antiguo, pero más paradójico es que exporten hachís en Marruecos o drogas tan nocivas como la heroína en Afganistán, donde también se consume por la población, y mejor no hablar de la lógica ética sobre no permitir el alcohol y sí apoyar el terrorismo.

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