Después de Mosul

20 octubre, 2016
Iraqi army soldiers from 1st Battalion, 4th Brigade Combat Team, 2nd Iraqi Army Division patrol a street in Mosul, Iraq, Feb. 18, 2008. (U.S. Air Force photo by Staff Sgt. Jason Robertson) (Released)

Pablo Sklarevich
La ofensiva de la coalición internacional liderada por Estados Unidos sobre la ciudad iraquí de Mosul tiene un objetivo principal: darle al presidente norteamericano, Barack Obama, una victoria militar antes de que termine su mandato a mediados de enero, según señaló un analista en una comunicación privada. Probablemente, la ofensiva comenzó poco antes de las elecciones para que su probable sucesora, la candidata demócrata, Hillary Clinton, disfrute del carisma bélico.
El Estado Islámico es un enemigo fácil, sin Fuerza Aérea ni tanques ni defensa antiaérea. Sin aliados internacionales, está completamente deslegitimado y aislado.  La crisis y descomposición de los estados del Oriente Medio y el Norte de África es su principal alimento.
Los norteamericanos y europeos combatirán desde el aire, muy lejos, o practicarán ejercicios puntuales con sus fuerzas especiales. Mientras que otros aliados menores regionales serán los combatientes y cargarán con el peso de las bajas.
Tal vez, Obama haya sido involuntariamente el principal patrocinador de los jihadistas al sacar apresuradamente las tropas norteamericanas de Irak y dejar el país a las milicias chiís y a Irán. Ahora tratará de taparles la boca a sus críticos con un triunfo guerrero antes de dejar la Casa Blanca. La ciudad siria de Alepo parece habérsela dejado a los rusos, para que hagan lo que quieran.
Mientras tanto, el primer ministro, Biniamín Netanyahu, teme que si hace tiempo, Obama le pegue un enganche con un levantamiento del veto a una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU contra los asentamientos.
La reciente declaración del Departamento de Estado norteamericano en defensa de la organización de derechos humanos B’Tselem, que salió a hablar en la ONU en contra de la empresa colonizadora israelí en Cisjordania (Judea y Samaria), indica que la Administración en Washington lo tiene aún apuntado a Netanyahu.
¿Podrá Netanyahu enrolar al líder de la oposición laborista Itzjak Herzog para un gobierno de unidad como un antídoto para una movida diplomática internacional? Todo depende. Por ahora la atención de la Casa Blanca está puesta sobre el río Tigris.

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One thought on “Después de Mosul”
  1. Como Pablo apunta parece que Obama pretende sacarse una molesta espina en una operación de imprevisibles consecuencias. Mientras tanto estudia la manera de presionar a Israel para satisfacer a sus aliados árabes, Rusia, además de las supuestas naciones conciliadoras dentro de la UE. En un tiempo en que el republicanismo está siendo seriamente dañado por no haber sabido frenar las payasadas de Trump, Obama recupera protagonismo y prestigio perdido.
    El tiempo dirá.

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