El museo Wilhelm-Hack de Ludwishafen (suroeste de Alemania), con ayuda de la Municipalidad y del Gobierno alemán, llegó a un acuerdo con los herederos del coleccionista judío Alfred Hess para comprar el cuadro «El juicio de Paris» de Ernst Ludwig Kirchner, de 1913, que fue expoliado por los nazis.
«La compra del cuadro de Ernst Ludwig Kirchner ‘El juicio de París’ muestra de forma ejemplar como un museo público asume su responsabilidad en relación con el arte robado por los nazis», manifestó la ministra de Cultura alemana, Monila Grütters.
El cuadro forma, desde hace muchos años, parte de la colección del museo y es una de sus piezas más importantes.
El acuerdo con la heredera de Hess, según Grütters, y la ayuda estatal y privada permitirán que la obra siga en el museo de Ludwigshafen y que a la vez se haga justicia con los herederos del coleccionista.
«El juicio de Paris» llegó al museo de Ludwigshafen en 1979 como parte de la donación del mecenas Wilhelm Hack (1899-1985), que le dio el nombre al museo.
Alfred Hess era un fabricante de zapatos, mecenas y coleccionista judío que se concentró ante todo en las obras de los expresionistas; tras su muerte en 1931 su colección fue heredada por su hijo Hans, que abandonó Alemania poco después de la llegada al poder de los nazis.
Aunque su madre, Tekla Hess, logró enviar a Suiza parte de la colección a Suiza en 1937, los nazis forzaron el regreso de las obras a Alemania y entre ellas estaba «El juicio de Paris».
Después de la guerra, a la familia Hess se le comunicó que algunas obras habían sido destruidas y que otras estaban desaparecidas.
«El juicio de Paris» no reapareció hasta 1957, como parte de la colección de Wilhelm Hack, que en sus comienzos había sido ante todo un coleccionista de arte medieval, pero que después de la guerra se empezó a interesar por el arte moderno.
El cuadro reproduce, en estilo expresionista y en un ambiente que parece pertenecer al bajo mundo, el mito griego según el cual el príncipe troyano Paris fue nombrado juez para determinar quien era la diosa más bella y éste se decide por Afrodita, que le promete el amor de la mujer más hermosa del mundo.
Esa mujer es Helena, la esposa del rey de Esparta Menelao, que es raptada por Paris lo que termina generando la guerra de Troya.
El mito ha sido recogido con frecuencia en la historia de la pintura por pintores como Lucas Cranach o Peter Paul Rubens.EFE
Tratándose de un prostíbulo en sustitución de dioses y príncipes es normal que los nazis se interesasen por el cuadro.