El monumento al gueto de Varsovia se representa durante el concierto que conmemora el 75 aniversario del levantamiento del gueto de Varsovia en Varsovia - REUTERS/Kacper Pempel

La historia nos muestra que los acuerdos fruto de un tratado de paz se pueden romper con facilidad. Eric Hausbaum

Las épocas han cambiado, la vida ha seguido adelante, las naciones se han reconstruido luego de lo acaecido durante la Segunda Guerra Mundial, pero lo que en verdad es asombroso es ver cómo los demagogos y tiranos resurgen empleando el mismo método discursivo dirigido a las masas realizado por Hitler en su tiempo. Este en sus arengas usaba “profecías” que amenazaban con el exterminio del pueblo judío y que hoy lo emulan los árabes empleando un discurso hiperbólico y rimbombante, un lenguaje carente de alternativas en la polarización “blanco-negro” basando sus dichos, nos referimos a Hitler, en supuestas investigaciones con autoridad científica y médica, y si esto no alcanzaba empleaba una terminología religiosa.

Vemos así que es el precursor de la propaganda con lemas mentirosos, apuntando a las antípodas de lo que es la cultura dado que un pueblo embrutecido es más maleable y más fácil de sojuzgar.

No obstante, los alemanes eran testigos de las deportaciones al Este camino a los campos de concentración, y se anunciaban en los periódicos remates de las viviendas expropiadas de los judíos, al comienzo negaban su desaparición, pero ya a finales de la guerra el 45% de la población alemana sabía que “los deportados al Este” era sinónimo de exterminio y aniquilación definitiva de sus vecinos judíos.

La propaganda se manejaba en los noticieros pero dada la reacción negativa que tuvo en la población “aria”, luego de la Kristallnacht se ocultó por ese medio la destrucción y fue la prensa escrita la que más utilizó por éste medio la forma de hacer propaganda en contra de los judíos.

El diario del Strümer, de corte absolutamente nazi, era el que más daba a conocer el estado de la judería en el Este, pero con anuncios falaces repletos de estereotipos antisemitas, a saber, en 1941 describe la pobreza y las condiciones precarias de higiene en los guetos, y lo relata de tal manera que daba la impresión de que los judíos eligieron vivir en tales condiciones, y que el gueto de Varsovia hasta llegaba a comerciar con los cadáveres tirados en las calles. Textualmente citamos “Sie machen mit sterben geschefte”, a lo que el artículo de la prensa acota “para nosotros está bien que se atraganten en su mugre”. Nada de piedad y de conmiseración por los niños hambreados y los ancianos enfermos hacinados en el reducto del gueto donde vivían 500.000 habitantes en un espacio reducido.

Los alemanes arios se quejaban de que por qué quedaban aún judíos en su país dado que ellos eran responsables de provocar la guerra. Es así como la prensa les da una respuesta aduciendo que los guetos son tan sólo una solución provisoria dado que no quedaría un solo judío en la nueva Europa que se crearía una vez ganada la guerra. Y así se consolida la gran “profecía” de Hitler en cuanto a “die Juden Frage”, la cuestión judía y su destino Final.

El 28 de marzo de 1942 Der Strümer publica una fotografía de una mujer que sería deportada a Auschwitz y dice. “antes de subir al tren que la llevaría al Este (eufemismo de Auschwitz) lanza una mirada envenenada a los espectadores que no lloraban por su partida”.

De la misma forma cuando en 1945 mis padres vuelven del Este y el tren para en la estación de Varsovia, una multitud chusma se agolpa, curiosa y obscena, y vocifera “miren cuántos quedan todavía”. Una maldad descarnada, cruel y sin ambages y el mundo no obstante sigue negando la Shoá.

Ahora bien, en cuanto a Goebbels él controlaba las cuatro compañías filmográficas alemanas: Ufa, Deuling, Bavaria y Fox. Se hicieron dos películas, una Jud Süss conocida en 1938 y la otra Die Ewige Jude, la película del gueto de Terezín que se uso como pantalla de humo para la Cruz Roja Internacional y que se la conoce como The Führer gives a city to the jews, mostrando un gueto modelo y de vida armoniosa en familia.

Todas las imágenes fílmicas no eran tal cual acontecía en la realidad. En junio de 1942 un equipo de rodaje llega a Varsovia para filmar las condiciones de vida de los judíos allí. Las escenas fueron falsamente montadas pues lo que se da a ver en los noticieros alemanes eran escenas de una Varsovia antes del ghetto y la miseria humana que acontecía allí no la mostraron, sólo dieron a ver en la filmación escenas donde aparecían buenas casas, mujeres bien vestidas y judíos bien alimentados bebiendo y comiendo en restaurantes del gueto mostrando falazmente que llevaban una “vida normal”.

Las directivas de Goebbels desde 1938 fueron muy claras y precisas. La prensa no podía imprimir noticias sin antes comprobar si con ello se podía explotar algún fin propagandístico sobre la influencia nefasta de los judíos sobre la población alemana y que no se debía publicar ninguna novela por entregas al diario si no incluía algún elemento antisemita. Y así lamentablemente desde todos los ángulos, la propaganda antisemita iba minando las mentes de los fanáticos alemanes donde se les inculcaba una política xenofóbica en cuanto a los judíos que ya no eran considerados ciudadanos alemanes, destruyendo al pueblo judío sin sentir por ello ninguna culpa ni responsabilidad moral a cambio.

El pilar propagandístico cuando surgió la guerra fue que cualquier acontecimiento significativo se “veía bajo el prisma de la influencia judía en la política internacional”, o sea, los judíos son culpables de todo y de haber destruido la economía mundial y sobre todo la alemana durante la Primera Guerra Mundial. Siempre el mismo chivo expiatorio.

La propaganda tenía como principal objetivo que el ciudadano alemán vaya aceptando la exclusión del judío de su país y de su cultura y para ello se precisaba de una preparación mental y la formación de una sociedad alemana que acepte la persecución de los judíos. Después del 9 de noviembre de 1938, noche de la Kristallnacht se implementó una medida jurídica donde los judíos que aún residían en Alemania serían colocados bajo la ley policial. Esta medida formalmente establecía por Decreto Ley número 13 de la ciudadanía del Reich después del 1 de julio de 1943 que establece que ya no quedaban organismos legales a los que los judíos pudieran apelar en su defensa como ciudadanos ya que habían sido excluídos de la sociedad y quedaban desprotegidos de todos sus derechos, o sea, pasan a ser los parias del Tercer Reich. Esta medida fue acompañada con la exclusión de la vida económica, profesional y social amén de que autorizaban el robo de su patrimonio. Siguiendo la tesis de Raul Hilberg, él marca una evolución paulatina en cuando a los designios políticos del Tercer Reich en cuanto a la cuestión judía y es así como establece cuatro pasos: definición, expropiación, concentración y finalmente aniquilación.

Y esta pasión anti judía no sólo afectó a los alemanes sino inclusive a Inglaterra donde en marzo de 1942 tuvo lugar en la Cámara de los Comunes donde allí el diputado Beverly Bexter hace un llamado a la comunidad judía de Inglaterra de que intervinieran acerca del mercado negro operado por los judíos de ese país sobre los alimentos, caso contrario los judíos extranjeros que vivían en ese país perderían sus derechos civiles si continuaban con dicho comercio de tráfico ilegal, y toda esa falsa información venía teñida, como es de suponer, con una interpretación y una campaña antisemita por cierto muy conveniente en un país que ya había expulsado a “sus judíos” en los años 1300. Las manifestaciones antisemitas no solo se dieron en la Alemania nazi, Inglaterra como lo establecido más arriba, sino ya en 1941 Francia adoptó la medida de deportar judíos, ciudadanos franceses a Polonia y contó con la “patriótica cruzada de Radio París” que pedía la expulsión de todos los judíos de Francia. Y es así como se concretó en aplicar una Europa limpia de judíos, Judenrein, y hoy en día sufren las consecuencias de una Europa que perdió el aporte de la cultura judía y a cambio está atestada de sus musulmanes que acorde a su religión “todos somos infieles y herejes”. Entramos en la misma bolsa judíos, católicos, protestantes, budistas, en fin, se están comiendo su producto pues sobre todo Francia e Inglaterra son los países dilectos para el asiento de las comunidades árabes. Les volvió el espejo en aquello que generaron y les vuelven los métodos del nazismo que ellos inventaron siendo ahora las nuevas víctimas discriminatorias.

Vemos que la difusión se hace de manera poco clara, decir sin decir, o decir con eufemismos, para que el lector del diario o el oyente de los discursos se hiciera responsable de lo que comprendía y lo dedujera bajo su propia responsabilidad. Cada cual debía sacar sus propias conclusiones cuando el diario escribía “los judíos de Europa habían descendido sustancialmente” ¿Qué quería decir descendido, emigrado, viajado? Nadie ponía la palabra deportado a las cámaras de gas. La falta de detalles certeros creaba incertidumbres amén de que prevenía al debate público y una supuesta oposición del pueblo alemán al empleo de métodos de exterminio masivo de los judíos. El modelo fue así la ambivalencia y la alusión para que ningún político fuera incriminado y pueda defenderse en un futuro de que “yo no dije eso”. La profecía del supuesto exterminio de los judíos de Europa ya había sido anunciada por Hitler en su discurso inaugural como Canciller el 30 de enero de 1933. Si bien la Endlösung fue decretada formalmente en la Conferencia de Wannsee el 20 de enero de 1942, ya en ese 30  de enero de 1933 , 9 años antes las cartas en cuanto al deseo y voluntad de exterminio de los judíos de Europa ya estaban echadas- Usando el eufemismo y un lenguaje no claro lleno de suposiciones en cuanto al tema Solución Final, manipulaban de forma cínica a la población alemana para que cada cual sacara sus propias conclusiones, desimplicandose así los funcionarios nazis de su obrar, embaucando a su propio pueblo amén de sumirlos en la mas absoluta ignorancia y poder manipularlos a su voluntad. ¿Pasado? no, los psicópatas y demagogos del presente han emulado el modelo y lo emplean a las mil maravillas en la actualidad.

Mundo, mundo, ¿a dónde vas? Y para nosotros los judíos en las palabras de Gershon Scholem, que las tomamos decimos “no basta tan sólo con creer, lo importante es hacer y ser justos.”  A, lo que nosotros agregamos, lo contundente es no olvidar, no perdonar, y para ello es necesaria la transmisión a las futuras generaciones de que hubo una masacre inédita en la Historia de la Humanidad y que lleva por nombre: Shoá.

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