Nehorai Nir, un estudiante de 10 años de la Escuela Experimental Argentina en Kiryat Hayovel, estaba en una excursión escolar en el barrio de Ein Karem, en Jerusalén.
El día transcurría con normalidad cuando se encontró por sorpresa con un medallón en forma de cruz, con intrincados mosaicos en miniatura. Mientras recolectaba plantas comestibles junto a su clase., Nehorai vio lo que describió como “un brillante objeto en la tierra mientras subía una colina”.
Además, contó que lo desenterró y se emocionó al ver que se tratab de algo especial. “El personal me sugirió contactar a la Autoridad de Antigüedades de Israel, y cuando llegaron, se mostraron muy entusiasmados con el hallazgo”, relató el niño.
La cruz, datada entre 100 y 200 años de antigüedad, ofrece un fascinante vistazo a la historia de los peregrinos cristianos que visitaron Tierra Santa. Al ser examinado por Amit Re’em, arqueólogo de distrito de la Autoridad de Antigüedades de Israel, se osbervó que la cruz está decorada con micro-mosaicos de vidrio y piedras preciosas de colores, ensamblados con gran precisión, con una técnica originada en Roma alrededor del año 1800, continuó hasta principios del siglo XX.
Aunque el medallón no es considerado una antigüedad según la ley debido a su “relativamente reciente” antigüedad, su hallazgo en Ein Karem le otorga un gran significado histórico y cultural.
El hallazgo del medallón refuerza la conexión histórica de Ein Karem con la peregrinación cristiana, ya que este es un lugar venerado en la tradición cristiana. Según el Nuevo Testamento, fue allí donde Elisabet, madre de Juan el Bautista, se encontró con María, madre de Jesús.