Muchos padres creen que protegen a sus hijos fumando en el porche o junto a la ventana de una habitación. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv concluye que, contrariamente a tales creencias, restringir el consumo de tabaco al porche no protege a la mayoría de los niños de la exposición al humo del tabaco.
En un estudio israelí único, el equipo de investigación analizó la presencia de nicotina en el pelo de los niños cuyos padres fuman. Entre los padres que restringen el consumo de tabaco al porche o al exterior de la casa, los resultados son extremadamente preocupantes: en seis de cada 10 niños analizados se encontró nicotina en su pelo.
Los investigadores subrayaron lo siguiente: “En Israel, los porches de las casas deben considerarse parte del entorno del hogar. Fumar junto a una ventana o en otro lugar específico de la casa no protege a la mayoría de los niños de la exposición. Nuestras recomendaciones son inequívocas: para reducir la exposición de los niños al humo de tabaco, debe evitarse por completo fumar en un radio de 10 metros de la casa. Asimismo, en espacios abiertos, los fumadores deben mantener una distancia de al menos 10 metros de los niños“.
El estudio fue dirigido por la profesora Leah (Laura) Rosen, de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv. También participaron en el estudio El Prof. David Zucker, del Departamento de Estadística y Ciencia de Datos de la Universidad Hebrea de Jerusalén; la Dra. Shannon Gravely, del Departamento de Psicología de la Universidad de Waterloo (Canadá); el Dr. Michal Bitan, del Departamento de Informática de la Facultad de Administración; la Dra. Anna Rule, del Departamento de Ingeniería Sanitaria y Medioambiental de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore; y la Dra. Vicki Meyers, del Instituto Gertner de Epidemiología e Investigación de Políticas Públicas del Centro Médico Sheba. El estudio se publicó en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.
En el estudio, el equipo comprobó el nivel de exposición de los niños al humo del tabaco analizando muestras de pelo de los niños para detectar la presencia de nicotina. Esto proporciona una estimación de la cantidad de exposición al humo del tabaco en los últimos meses. El análisis de los datos mostró que entre las familias fumadoras que limitaban el consumo de tabaco al porche o al aire libre, y no fumaban dentro de casa, el 62% de los niños estaban expuestos al humo del tabaco.
Se observó que en la primera fase del estudio (que se publicó hace unos dos años), el equipo de investigación comprobó la presencia de nicotina en el pelo de los hijos de padres fumadores, y entonces se descubrió que el 70% de los hijos de padres fumadores tenían nicotina medible en el pelo. Ahora, como se ha descrito anteriormente, los investigadores examinaron los datos según el lugar donde fumaban los padres.
Rosen aclaró: “Se sabe que fumar fuera de casa, incluso cuando las puertas y ventanas están completamente cerradas, no protege completamente a los niños de la exposición al humo del tabaco. La situación israelí es muy preocupante porque, en muchos casos, los porches en Israel están directamente adyacentes a las zonas de estar, e incluso pueden estar parcialmente abiertos parte del tiempo; la proximidad permite que el humo se desplace desde esas zonas al interior de la casa. Los padres creen erróneamente que el porche ofrece un lugar “seguro“ para fumar. De hecho, es probable que los niños estén expuestos directamente cuando salen al porche y alguien está fumando, o cuando el humo entra en la casa“.
Y amplía su concepto: “Una vez en el hogar, el humo se absorbe en el ambiente, por ejemplo, en los muebles, las paredes o las alfombras, y luego se libera gradualmente en el aire durante semanas o meses. Además, este humo residual, conocido como humo de tercera mano, puede ser absorbido por el organismo desde el ambiente a través de la ingestión o de la piel, especialmente entre los lactantes y los niños pequeños. Además, los padres fumadores transmiten las toxinas del humo del tabaco en la piel, en las manos, en el pelo y en la ropa. Por eso se recomienda cepillarse los dientes, lavarse las manos y cambiarse de ropa después de fumar, antes de entrar en contacto con los niños“.
La profesora Rosen señala que esta nueva información es directamente relevante para el asunto 1416/21 sobre el tabaquismo entre vecinos, que se está dirimiendo actualmente en el Tribunal Supremo. El recurso contra los Ministerios de Medio Ambiente, Sanidad e Interior se refiere al humo de tabaco que penetra en los apartamentos como peligro medioambiental, una alegación que se apoya en la definición de peligro medioambiental de la Ley de Aire Limpio, la Ley de Prevención de Peligros y el Código Penal.
Y Rosen concluyó: “Los resultados de este estudio muestran que, entre las familias fumadoras, restringir el consumo de tabaco al porche no protege a la mayoría de los niños de la exposición al humo del tabaco. Por lo tanto, el planteamiento del Ministerio de Sanidad, que se opone a proteger a las personas de la incursión del humo en sus propios hogares para proteger a los hijos de los fumadores, no protege a los hijos de los fumadores y, además, puede causar daños sustanciales a los vecinos y a los hijos de los vecinos. Pedimos al Ministerio de Sanidad que reconsidere su postura a la luz de estas conclusiones“.
Es lo que llamamos fumador pasivo, aproposito con cuantos niños hicieron la prueba? se constato fehacientemente que los padres fumaban «afuera». se probo ventilar bien las casas y comparar los resultados de nicotina antes y después?