Rabino Meir Baal Ha Ness, “El hacedor de milagros”

2 octubre, 2022 , ,
Monumento en la tumba del rabino Meir Baal Haness - Foto: Wikipedia - CC BY-SA 3.0

Es el tercer sabio mencionado con más frecuencia en el Talmud (3). Su esposa Bruria es una de las pocas mujeres citadas en la Guemará (4). Las enseñanzas del rabino Akiva, a través de su alumno el rabino Meir, se convirtieron en la base de la Mishná. Muchos dicen que decir su nombre produce milagros y ayuda a traer la piedad de Dios por lo se acostumbra decir la frase: ‘¡Dios de Meir, respóndeme!’ y así serás salvado.

Meir infundió nueva vida al desarrollo de la Halajá (5). Introdujo la regla de probar la validez de una Halajá sobre bases racionales. El mayor mérito de Meir en el campo de la Halajá fue que organizó el rico material de la ley oral según los temas, allanando así el camino para la compilación de la Mishná por Judah ha-Nasí que se utiliza hasta el día de hoy.

Nació en Asia Menor. Según el Talmud, su padre era descendiente del emperador romano Nerón quien, se dice, escapó de la muerte en el momento de su destitución y posteriormente se convirtió al judaísmo.

Cuando una plaga mató a veinticuatro mil estudiantes de Rabí Akiva, este encontró a cinco nuevos estudiantes brillantes y el rabino Meir era uno de ellos. Rabí Akiva, reconociendo sus poderes dialécticos y, a pesar de su juventud, lo nombró director de muchos discípulos.

A diferencia de su maestro Akiva, Meir parece haberse mantenido al margen del movimiento revolucionario de Bar Kojba. Sin embargo, sufrió mucho por sus consecuencias. Su suegro, Hananiah ben Teradion, cayó mártir en las persecuciones de Adriano y su cuñada fue llevada a Roma y vendida a un burdel. Se cuenta una historia de cómo Meir la rescató con la ayuda de un milagro.

Durante las persecuciones de Adriano, Meir vivió en el extranjero, pero regresó a Judea después de la derogación de los edictos opresivos y tomó una parte destacada en el restablecimiento del Sanedrín en la ciudad de Usha. Poco después, Simeón ben Gamaliel II fue elegido patriarca y Meir fue elevado a la dignidad de Jajam (6), cargo en el que se le encomendó el deber de preparar los temas a discutir en el Sanedrín (7). A su actividad e influencia se debió la adopción de las leyes conocidas como las «Instituciones de Usha». A sus deberes en relación con el Sanedrín, Meir agregó el establecimiento de academias propias en Bethsan y en Amaús cerca de Tiberíades donde vivió y dio conferencias.

Una vez, en la víspera de Purim, Meir se encontró en una pequeña comunidad judía donde no se pudo encontrar ninguna copia del Libro de Ester; acto seguido, escribió el libro de memoria sin cometer errores.

La última parte de la vida de Meir estuvo entristecida por muchas desgracias. En un día perdió a dos hijos prometedores, quienes murieron repentinamente en sábado mientras él estaba en la casa de estudio. Se relata una historia de la fortaleza mostrada en esa ocasión por la sabia esposa de Meir, Bruria. Controlando sus sentimientos, ocultó a su esposo el conocimiento de su muerte durante el sábado para que el día no fuera profanado por llanto y lamentación, y al concluir el sábado trató de consolar a su esposo con una parábola. Poco después de la muerte de sus hijos, Meir perdió a su esposa.

Los últimos años de la vida de Meir transcurrieron en Asia Menor. Fue inducido a abandonar Judea a causa del conflicto que surgió entre él y el patriarca del Sanedrin.

En el Midrash (8) se relata un ejemplo de la humildad y el amor por la paz de Meir. Entre sus oyentes había una mujer que nunca se perdía una conferencia suya. Una vez, siendo el discurso más prolongado que de costumbre, la mujer regresó a casa tarde en la noche. Esto enfureció a su esposo, quien la echó y juró que no la aceptaría hasta que le hubiera escupido en la cara a Meir. Negándose a hacer esto, vivió separada de su esposo. Cuando Meir fue informado del incidente, se acercó a la mujer y, fingiendo tener un ojo dolorido, le pidió que le escupiera para curarlo.

La generosidad y la confianza en Dios de Meir se ilustran con los siguientes detalles de su vida privada que se dan en el Midrash. Como escriba público ganaba tres shekels a la semana. De estos, dos se gastaban en su hogar y uno lo entregaba a compañeros de estudios pobres. Cuando se le preguntó por qué no guardaba algo para sus hijos, respondió: “Si mis hijos son buenos, el Señor proveerá para ellos, porque está dicho: ‘Yo era joven y yo soy viejo, pero nunca he visto justo desamparado ni su descendencia demandando pan’. Si mis hijos no son buenos, no merecen nada, y sería una ayuda para los enemigos del Señor si les dejara riquezas”.

Según el Talmud de Babilonia, todas las Mishnás anónimas se atribuyen al rabino Meir. Se requería esta regla porque, luego de un intento fallido de forzar la renuncia del jefe del Sanedrín, las opiniones del rabino Meir se anotaron, pero no en su nombre, sino como “Otros dicen…”.

Bien versado en las literaturas griega y latina, citaba en sus conferencias hagádicas fábulas, parábolas y máximas que cautivaban a sus oyentes. A Meir se le atribuye también una colección de trescientas fábulas, tres de las cuales se mencionan en el Talmud.

Con toda su piedad, Meir mostró un espíritu de gran tolerancia. Declaró que un pagano que estudiara y cumpliera con la Torá era tan digno del judaísmo como un sumo sacerdote, porque está dicho: “Guardaréis, pues, mis estatutos… que si el hombre los cumple, vivirá en ellos”. Explicó que esto significaba que la felicidad eterna de la Torá no era patrimonio exclusivo de los judíos. Así, se dice que Meir vivió en términos amistosos con eruditos paganos, con quienes tuvo controversias religiosas; fue especialmente íntimo del filósofo griego Euónimo de Gedara.

El rabino Meir Baal Haness falleció el día 14 del mes hebreo de Iyar. Está enterrado a orillas del lago Kineret, a poca distancia de la ciudad de Tiberíades. Su tumba es uno de los lugares más sagrados del mundo judío y miles de personas acuden allí para orar por su salvación.

(1) La Mishná o Misná​ es la primera gran colección escrita de las tradiciones orales judías conocida como la Torá oral. También es la primera obra importante de la literatura rabínica.

(2) Las Tannaim fueron los sabios rabínicos cuyas opiniones se registran en la Mishná, aproximadamente entre el 10 y el 220 d. C. También conocido como período de la Mishnaic, duró unos 210 años.

(3) La Torá es el relato de la creación de la identidad judía y el Talmud contiene las leyes judías. Si bien ambos son textos religiosos y fundacionales del pueblo hebreo, la Torá y el Talmud son obras muy distintas en su carácter y composición.

(4) La Guemará y la Mishná juntas forman el Talmud. La Mishná es el texto base y la Guemará es el comentario y análisis que lo completa.

(5) Halajá es el cuerpo colectivo de reglas religiosas judías, extraídas de la Torá Escrita y Oral. 

(6) El jajam es un título equivalente a un sabio a un doctor en materia de Halajá, la ley judía. 

(7) El sanedrín fue una asamblea o consejo de sabios estructurado entre veintitrés y setenta y un rabinos en cada ciudad de la Tierra de Israel, que hacían la función de juez.

(8) Los midrashim (plural de midrash) son parte de la Torá oral; son enseñanzas contadas en forma de historias

Fuente: Grupo de Facebook Personalidades judías de todos los tiempos. Compilado por Raúl Voskoboinik.

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