Tres de las cuatro mutuas de salud del país confirmaron hoy que en los últimos días han registrado una disminución del número de personas que acude a vacunarse, aunque Israel se mantiene como el país con el porcentaje de habitantes inoculados más alto del mundo.
El Ministerio de Salud también registró una descenso en los últimos cuatro días en comparación con semanas previas, algo que un portavoz del Ministerio explicó que responde a los «altibajos» habituales de la campaña sin confirmar una tendencia.
Analistas israelíes habían alertado del estancamiento de la campaña de vacunación por la desconfianza en la vacuna entre amplios sectores de la población.
«En los últimos días ha habido relativamente poco movimiento en nuestros centros de vacunación», apuntó una portavoz de Clalit, el principal proveedor de servicios de salud que, aunque no pudo precisar cifras exactas, enfatizó que este descenso habría comenzado en la última semana.
Estas declaraciones coinciden con las de portavoces de otras dos mutuas, Leumi y Meuhedet, que también indicaron que han notado una merma en la cantidad de gente que acude a inocularse.
Todos coinciden en que esto podría deberse a que buena parte de la población mayor ya se ha vacunado y ahora son los jóvenes quienes deberían estar acudiendo a recibir su dosis, tras la decisión la semana pasada de autorizar la inoculación a todos los mayores de 35 años, además de los jóvenes de entre 16 y 18 años. Desde ahora, han comenzado a vacunar a todas las edades.
Tras difundirse ayer en los medios que Clalit habría desechado 1.000 dosis de la vacuna por falta de convocatoria, su portavoz lo negó categóricamente aunque admitió que en algunas «clínicas concretas» sí se registro un excedente de vacunas.
Tanto Clalit como Leumi han solicitado al Ministerio de Salud que la campaña de vacunación se abra a toda la población, sin límite de edad, algo que el propio ministro dijo podría autorizarse en los próximos días.
Ante esta situación, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, instó hoy a la población a vacunarse, sobre todo a los mayores de 50 años.
«La campaña de vacunación es la llave» para comenzar a desescalar el confinamiento, señaló y agregó que a partir de la próxima semana empezarán a levantar algunas de las restricciones.
Por otra parte, el ministro de Salud, Yuli Edelstein, reconoció hoy que mientras que «no hay una obligación legal de vacunarse», sí existe una «obligación civil».
Además, apuntó que es posible que, una vez comenzada la desescalada, las restricciones vigentes en cada localidad dependan del porcentaje de habitantes inoculados. EFE