El presidente del Líbano, Joseph Aoun, encabezó este martes la primera reunión del nuevo Gobierno de su país, en la que pidió al primer ministro, Nawaf Salam, y a los miembros de su gabinete “reformas”, lucha contra la corrupción y “lealtad al Estado” libanés.
La reunión del gabinete, formado el pasado sábado un mes después del nombramiento de Salam, y con el que se puso fin a un Ejecutivo interino que administró el país durante dos años, se celebró en el Palacio Presidencial de Baabda.
“La primera reunión del Consejo de Ministros fue encabezada por el presidente de la República y la presencia del primer ministro (…) Al principio del encuentro (Aoun) pidió un minuto de silencio por los mártires de la agresión israelí”, dijo el ministro de Información, Paul Marcos, en una breve comparecencia ante la prensa.
Indicó que el jefe de Estado se felicitó por la formación del “Gobierno de la reforma y salvación”, ya que “según el presidente, el camino hacia la salvación pasa por la reforma”. Pidió también a los ministros trabajar por esta transformación política de Líbano, pues “no hay un país en quiebra sin una administración en quiebra”.
Según Marcos, el jefe de Estado exhortó a los ministros “lealtad al Estado” libanés, que se esfuercen “para estar en el servicio de la población y que cooperen y debatan “para salir con soluciones” para las crisis del país.
“La pertenencia y la lealtad, según dijo el presidente a los ministros, deben ser al Estado, y no a cualquier otra parte”, dijo Marcos a los periodistas.
Aoun se refirió así a la fragmentada situación política del Líbano, en la que las cuotas de poder se reparten en función de las confesiones religiosas cristiana, suní y chií.
“Trabajaremos por la reforma y el desarrollo de los Ministerios (…) lo importante no es sólo la formación del Gobierno, sino que (éste) se esfuerce para (obtener) confianza empezando con la lucha contra la corrupción (…) así como hacer frente a asuntos urgentes que son el presupuesto general y las elecciones municipales”, aseveró Aoun, según el ministro de Información.
Otro de esos asuntos urgente -agregó- es “la implementación de la resolución 1701 (del Consejo de Seguridad de la ONU), y asegurarse de la retirada israelí (del sur del Líbano) el 18 de febrero, pese a los desafíos”.
El mandatario también pidió a los nuevos ministros evitar “críticas a los países amigos y hermanos”, que “Líbano no sea plataforma para esas críticas”, y que “los ministros expresen sus opiniones a través de los canales oficiales como es debido”.
Por su parte, el primer ministro pidió a los miembros de su Gabinete “transparencia” y “dedicación”, y formó durante el encuentro un comité integrado por cinco ministros que se encargará de redactar el programa del Gobierno, que será presentado al Parlamento, agregó.
Este programa debe incluir, entre otros, los planes del nuevo Ejecutivo para afrontar la crisis económica que afecta al país desde hace años, así como la recuperación y la reconstrucción tras la guerra, además del seguimiento de la retirada israelí del sur según el acuerdo de alto el fuego con Israel, que entró en vigor el pasado 27 de noviembre.
Ese acuerdo, en principio de 60 días pero que fue prorrogado hasta el 18 de febrero, se basa en la resolución 1701 de la ONU, y estipula la retirada israelí del sur libanés y el repliegue de los combatientes del grupo terrorista Hezbollah al norte del río Litani.
Confío que ese nuevo líder del Líbano no se deje controlar por los asesinos terroristas de Hezbolá. Tiene la magnífica oportunidad de enfrentar a los culpables de la triste situación del pueblo libanés.
Concentrate en sacar a hesbolla y la plata va a ir apareciendo