Según indican las estadísticas, antes de la guerra el valle del Parque del Lago Hula, el lugar de mayor concentración de grullas en el país, recibía 400.000 aves al año, como parte de su migracion estacional.
Hace años, los trabajadores de distintos equipos de conservación trabajan por proteger la biodiversidad y garantizar que especies clave como las grullas puedan seguir cumpliendo con sus ciclos migratorios naturales.
Un ejemplo de esto es el equipo del Centro de Aclimatación de Vida Silvestre del Parque del Lago Hula (KKL), quienes rescataron y rehabilitaron a una joven grulla gris atrapada en una cerca en una zona agrícola cercana al Kibutz Gonen, en la región de Galilea.
El ave fue encontrada exhausta y con una grave lesión en su pata derecha, una condición peligrosa para las grullas debido a su estructura corporal de patas largas.
Shadi Da’abous, inspector de la Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel, explicó que recibió “un informe de un excursionista sobre una grulla atrapada en una cerca al atardecer. Sus patas estaban enredadas y una de ellas estaba herida, por lo que la trasladé al centro de tratamiento en Agamon”.
Las grullas son especialmente vulnerables al estrés extremo, lo que puede provocar una afección mortal conocida como miopatía por captura. Además, su aversión natural a la presencia humana hace que el proceso de rescate deba realizarse con sumo cuidado para evitarles daños adicionales.
Para su recuperación, la grulla fue sedada y recibió líquidos, vitaminas y atención en un entorno tranquilo y libre de estrés. Tras varios días de recuperación, el ave pudo volver a ponerse de pie y fue liberada en los campos del Parque del Lago Hula, donde los investigadores creen que su familia la esperaba, justo antes del inicio de la migración de las grullas hacia el norte.