¿Por qué el cese del fuego humanitario fortalecerá a Hamás?

Por Khaled Abu Toameh

El llamado “alto el fuego humanitario” sólo servirá para fortalecer a Hamás. Un genuino alto el fuego significa que ambas partes dejen de combatir. Un alto el fuego “humanitario” significa que sólo Israel dejará de combatir. No hay forma de separar a Hamás de la población palestina, ya que Hamás es un ejército sin bases fijas que opera en zonas residenciales y utiliza infraestructura civil como mezquitas y escuelas. Una “pausa” humanitaria beneficiará a los efectivos de Hamás y les permitirá reagruparse. ¿Cómo se puede declarar la guerra a una organización terrorista y luego concederle una pausa humanitaria?

Tampoco hay garantía de que una pausa humanitaria se traduzca en un alto el fuego completo. Hamás ya ha intentado sacar terroristas de contrabando a través del cruce de Rafah hacia Egipto. Tampoco hay garantía de que el combustible enviado a Gaza no se utilice para hacer funcionar los equipos que hacen circular el aire en los túneles.

Hace unos años, la UNRWA anunció que había encontrado túneles de Hamás debajo de las escuelas de Gaza, un abuso de los derechos humanos por parte de Hamás. Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos no han denunciado estos delitos porque son inherentemente parciales y hostiles hacia Israel. Lynn Hastings, coordinadora especial adjunta de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, por ejemplo, no ha condenado a Hamás, pero se queja de la crisis humanitaria en Gaza, causada fundamentalmente por Hamás.

Los estados árabes expresan retóricamente “hermandad y solidaridad” mientras que en realidad rechazan a los refugiados palestinos, racionalizando su decisión diciendo que los habitantes de Gaza deben mantenerse firmes sin importar las consecuencias. La comunidad internacional no ha condenado las negativas de estos países árabes.

Si Hamás quisiera, podría hacer una pausa y permitir que los civiles se fueran, y luego confrontar a los israelíes, en lugar de poner a los civiles en peligro. Cuando los civiles intentaron utilizar el corredor humanitario creado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Hamás abrió fuego contra ellos. Los muertos fueron captados en vídeo por un motociclista, donde queda claro que los civiles fueron utilizados como escudos humanos.

Los líderes rechazan proteger a los civiles

El líder de Hamás, Musa Abu Marzook, expresó descaradamente que los túneles subterráneos de Gaza son para “la Resistencia”, y dado que el 75 por ciento de la población de Gaza es considerada refugiada, son responsabilidad de la comunidad internacional, no de Hamás. Algunos líderes de Hamas, como Yahya Sinwar, permanecen en “túneles de lujo” subterráneos, mientras que otros pasan sus días en Qatar, Líbano y Turquía con sus familias mientras viajan por el Medio Oriente.

Noticias falsas

Casi no hay periodistas extranjeros en Gaza. Los informes proporcionados por periodistas palestinos se toman directamente de los medios de comunicación oficiales poco fiables de Hamás. No hay forma de verificar las cifras de muertos y heridos emitidos por Hamás, que tiene el control total de los medios de comunicación, las fuerzas de seguridad y la información pública. Sospechosamente, Hamás nunca informa el número de sus combatientes caídos: sólo cifras de mujeres, niños y periodistas muertos y heridos. Del mismo modo, el número de rehenes retenidos por Hamás no está claro, ya que la Yihad Islámica Palestina e incluso civiles pueden tener rehenes cautivos.

Altos funcionarios de Hamás han dicho que no liberarán a los rehenes israelíes a menos que Israel libere a todos los prisioneros de seguridad palestinos (unos 6.000). Cualquier intercambio de prisioneros con Hamás aumentará su popularidad y le dará más credibilidad pública. Existe un dilema a la hora de envalentonar y empoderar a Hamás y a su líder, Sinwar, convirtiéndolos en los héroes que lograron la liberación de los prisioneros de seguridad. ¿Se pueden liberar a los rehenes sin que se libere a los prisioneros?

La buena noticia es que no todos los palestinos en Gaza apoyan a Hamás, aunque muchos sí lo hacen. Muchos tienen miedo de hablar, pero expresan su desacuerdo en privado. Esto da la impresión de que todos los palestinos los apoyan. Incluso en Cisjordania, los palestinos dicen que Hamas provocó un desastre y que su comportamiento fue antiislámico y digno de condena. Los palestinos que condenan a Hamás necesitan empoderarse y comprometerse a desacreditar el mito de que “todo el mundo apoya a Hamás”.

Incluso el líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, ha denunciado a Hamás en reuniones privadas pero no en público porque teme la reacción. Abbas está comiendo el fruto amargo de su propia radicalización de la población en Cisjordania. Como resultado, Abbas fortaleció a Hamás y empujó a los habitantes de Cisjordania a sus brazos.

En 1995, Abbas proclamó públicamente que no permitiría que “los judíos profanaran nuestros lugares sagrados con sus pies”, refiriéndose al complejo del Monte del Templo, incitando y adoctrinando a su propia población. De manera similar, y en particular, “Inundación de Al Aqsa” es el nombre de la operación de Hamás del 7 de octubre. La retórica antisemita de Abbas, acusando a Israel de apartheid, y otros discursos extremistas han hecho que Hamás parezca heroico. Occidente cree que la Autoridad Palestina son los “buenos de la película”, mientras que Hamás son los “malos”, pero cuando se examina más a fondo, su retórica es casi idéntica, como se observa en sus medios de difusión.

Los palestinos necesitan un líder valiente que les dé una nueva dirección para aliviar su difícil situación. Los palestinos han sido masacrados en el Líbano y asesinados por el régimen de Assad en Yarmouk, Siria. Kuwait deportó a cientos de miles de palestinos tras la liberación del país del Golfo [ocupado por Saddam Hussein]. Los palestinos también están sujetos a una discriminación similar al apartheid en la educación, el empleo y la compra de bienes raíces en el mundo árabe. El único país que les ha concedido ciudadanía a los palestinos es Jordania. Al considerar que la causa palestina mantiene como rehén al mundo árabe, los árabes los ven como desagradecidos y poco dispuestos a tomar medidas positivas y decisivas para promover sus ambiciones estatales en Cisjordania y Gaza.

Los árabes israelíes, sin embargo, a menudo están satisfechos con su estatus en Israel, pero la mayoría, además de hablar de la boca para afuera, no están dispuestos a ayudar a proporcionar un liderazgo a Cisjordania o Gaza. El diputado Mansour Abbas, por ejemplo, sería considerado demasiado moderado. El asesor de la OLP, el diputado Ahmad Tibi, tendría que renunciar a su ciudadanía israelí, lo cual es poco probable. Muchos de los que se autodenominan ciudadanos palestinos de Israel –cuando se trata de asumir la responsabilidad y el liderazgo palestino– se niegan a hacerlo.

Ninguno de los líderes actuales en Cisjordania –y ciertamente tampoco en Gaza– dice nada nuevo. Majed Faraj, de Fatah, fue atacado por Hamás en 2012 por criticar el asesinato de palestinos por parte de Hamás. El propio Abbas impuso sanciones económicas a Gaza en 2018, antes de la “Gran Marcha del Retorno”, como represalia por la negativa de Hamás a asistir a una reunión de reconciliación. Abbas cortó la electricidad de Gaza de 12 a cuatro horas por día y suspendió los pagos de asistencia social a 70.000 palestinos necesitados como un “castigo colectivo” – un término que ahora emplea contra Israel en relación con Gaza.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

Khaled Abu Toameh es un galardonado periodista árabe israelí especializado en asuntos árabes y palestinos del diario Jerusalem Post. Es miembro distinguido del Instituto Gatestone y del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén.