El número de civiles iraquíes muertos en febrero pasado fue de 385, mientras el de heridos en actos de terrorismo, violencia y conflicto armado llegó a 613, según un comunicado difundido por la Misión de Naciones Unidas para Irak (UNAMI, en sus siglas en inglés).
En comparación con el mes anterior, la cifra de heridos disminuyó notablemente, concretamente unos 295 civiles.
Sin embargo, la misión no incluye, como ocurre desde diciembre, las bajas de los miembros de las fuerzas gubernamentales.
La última cifra al respecto se ofreció el pasado noviembre, cuando el número de soldados iraquíes muertos (1.959) se triplicó frente al mes de octubre, en el que fallecieron 672.
En cuanto a las víctimas civiles, la UNAMI detalló que la provincia de Nínive, donde sigue la ofensiva para recuperar su capital, Mosul, del grupo jihadista Estado Islámico (EI), fue la zona más afectada, con 201 muertos y 250 heridos, por delante de Bagdad, con al menos 120 fallecidos y 300 heridos.
En la provincia de Saladino se registraron 9 muertos y al menos 13 heridos.
El representante de la ONU para Irak, Ján Kubis, lamentó la pérdida de civiles entre los iraquíes, y condenó que el Estado Islámico «continúe teniendo como objetivo a los civiles».
Asimismo, saludó el «profesionalismo» de las fuerzas de seguridad iraquíes, que prosiguen con la contienda con los terroristas «intentando minimizar la pérdidas humanas» durante la ofensiva.
«Las fuerzas de seguridad están realizando progresos en Mosul, a pesar de las incesantes provocaciones de los terroristas», añadió.
Las fuerzas conjuntas -integradas por unidades del Ejército, la Policía, cuerpos especiales y milicias- lanzaron el pasado 17 de octubre una gran ofensiva para arrebatar al Estado Islámico Mosul y los otros territorios que el grupo extremista conquistó en la provincia de Nínive en verano de 2014. EFE