Miles de israelíes residentes en Ucrania siguen en el país, a la espera de poder salir, mientras continúan los combates por la invasión rusa, que ha generado 116.000 refugiados huidos al extranjero y 160.000 desplazados internos.
La operación para evacuar a varios miles de ciudadanos que siguen atrapados en territorio ucraniano «es muy difícil», aseguró hoy a la radio del Ejército (Galei Tzáhal) el embajador adjunto de Israel en Ucrania, Yoav Bistritsky.
Según concretó, hay personas que «están solas», y otras «se subieron en autobuses» y esperan salir a través de vía terrestre por las fronteras occidentales de Ucrania, donde las autoridades israelíes han destinado a personal diplomático que las atienden.
Unos 12.000 israelíes vivían en Ucrania, que también acoge a una importante comunidad judía de entre 120.000 y 150.000 personas, según datos del Ministerio de Exteriores israelí.
De entre los ciudadanos, unos 4.000 fueron evacuados en las semanas previas a la ofensiva militar rusa, pero otros 8.000 se quedaron y han intentando salir en los últimos días.
Ante la situación, Israel también espera que aumente el número de judíos ucranianos que emigren al país, y la Agencia Judía, encargada de este proceso, ha puesto en marcha una operación para ayudar en la evacuación de personas que lo han solicitado.
Según los reportes, la Agencia Judía consiguió trasladar ayer a un primer grupo de migrantes a Polonia, donde permanecerán afincados varios días en un hotel para ser después trasladados a Israel.
La invasión rusa de Ucrania ha causado que 116.000 personas hayan huido del país, a las que se suman 160.000 desplazados internos, mientras que al menos 64 civiles han fallecido y unos 180 resultaron heridos, indicaron hoy agencias humanitarias de Naciones Unidas.
Los principales flujos de refugiados se han registrado en países vecinos como Moldavia, Rumanía o Polonia, país este último donde las autoridades fronterizas han informado de la llegada de unos 100.000 ucranianos, según los datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). EFE